Darío Brizuela · Escolta del Barça

Visita del Covirán al Palau

«He aprendido a no sufrir con el baloncesto»

–Vaya verano suyo. Juegos Olímpicos, paternidad...

–¡Complicado! Pero disfrutando del baloncesto y la paternidad se pasa más rápido.

–¿Duerme?

–No mucho (risas). Lo llevo con mucha paciencia y ayuda de mi mujer, que es una crack. Intento ayudar en todo y descansar a cada ratito que puedo, pero entiendo que en casa hay muchas cosas que hacer, más importantes que el baloncesto. Estoy para mis hijos y mi mujer y luego intento dar el máximo en el trabajo. Es difícil, pero el proceso luego es fácil.

–¿Cómo está el Barça tras la Supercopa?

–Fue un final de partido difícil, porque estábamos haciendo un buen trabajo y a un minuto íbamos empate. Pero bueno, es el primer partido, estamos mejor de lo que estábamos el año pasado a estas alturas y hay que intentar ser positivos. Así que dolidos, pero en el buen camino.

–¿Con el paso de los días ven más cosas positivas?

–Ese es el trabajo de cada uno: dejar lo malo a un lado, que siempre va a estar ahí. Si sirve se usa y si no, se desecha. Es mejor trabajar sobre lo positivo, intentar mejorar. No sirve quedarse en la angustia. Creo que fuimos rápidos y ahora estamos con buena mentalidad para el inicio de liga.

–A usted se le vio bien.

–Sí, pero yo juego para ganar y ayudar al equipo. No fue suficiente y a mí lo que me gusta es ganar partidos.

–Dice que están mejor que hace un año. ¿Muchos cambios entre Grimau y Peñarroya?

–No es por eso, sino por el hambre del equipo. El año pasado venía de ser campeón de Liga y no hubo pretemporada en conjunto, por la Copa del Mundo. Ahora, al no venir de un buen año, por no ganar ni un título, hay mucha hambre. Con todos desde el primer día, se siente diferente.

–¿Sufrió mucho el año pasado?

–No, sinceramente. He aprendido a no sufrir con el baloncesto.

–¿Se siente más asentado ante su segundo curso como culé?

–Sí, bueno. No fue sencillo adaptarme a un equipo más grande y a la Euroliga, me costó unos meses, pero lo hice. Ahora me siento más preparado, no hay excusas. Tengo claro mi rol, eso no ha cambiado, y muchas ganas de seguir jugando para el Barça.

–Sobre ese rol. ¿Le molesta que le encasillen como 'microondas'?

–Me he hecho esa pregunta más de una vez, pero gracias a esa etiqueta estoy en el Barça. Soy de este equipo desde pequeño, y si ese rol me ha abierto esta puerta, sería tonto si me quejara. Sí creo que puedo hacer más cosas, pero esto es un equipo, y si cada uno cumple su rol, será mejor para el grupo. Y es parecido al que tengo con España o al que tuve en Málaga. Como digo, lo que me interesa es ganar, nada más.

–En su posición han fichado a todo un Kevin Punter.

–Su nivel es indiscutible, tiene mucho talento y ha encajado muy bien. Le veo con ganas y hambre, que es importante. Entrena a un nivel muy alto, y eso te obliga a igualarle y a dar el máximo. Personalmente, enfrentándome a él todos los días, estoy encantado.

–¿Siente que aspiran a todo?

–Sí... Así de contundente.

–¿Lo pensaba hace un año?

–Sí, porque estando en el Barça compites por todo y casi es una obligación. Tuvimos opciones, pero ahora veo esa sensación de mayor hambre y de responder a dudas que hay sobre nosotros.

–¿Qué saben del Covirán?

–Tiene a muchos jugadores que conocen bien la liga, veteranos y con calidad que no se van a achantar por jugar en el Palau. Será difícil, porque además el primero siempre es un poco trampa al haber menos información. Pero lo preparamos como si fuera un partido de Euroliga, no hay distinciones entre rivales. Con todo el respeto del mundo, pero tenemos que ganarlo.