Las No-Kachi de Granada
Obdulia Martínez es un hito del kárate en Granada, además del club que regenta desde hace más de 30 años, lleva ya nueve de seleccionadora de los equipos andaluces
«Hace tan sólo unos ocho lustros, quizá algo más de cuarenta años, nadie o casi nadie practicaba kárate en España, y si se practicaba, ... a nosotros no nos ha llegado el menor rastro de ello», son las palabras con las que empieza a escribir la Federación de Kárate su historia en España. La misma data el dos de mayo de 1970 como la fecha en la que tuvo lugar en el polideportivo del INEF de Madrid el primer campeonato de kárate nacional. En este mismo año, a más de 400 kms de distancia, nacía la pequeña Obdulia Martínez, que acabaría por resultar ser un hito en la historia del arte marcial japonés en la provincia granadina.
Con doce años, era la menor de una familia de siete hermanos. La joven granadina era también una apasionada del deporte, y siempre que podía trataba de probar algo nuevo con lo que ejercitarse. Cuando comenzó a impartir kárate por primera vez en su colegio, y aún sin haber escuchado nunca hablar del mismo, Obdulia no dudó ni por un solo minuto en apuntarse. «Me gustaba que requiriera unas condiciones extra que no tenían otros deportes, como el conocerte a ti mismo, controlar tus sentimientos y tu agresividad», recuerda y aclara que «entrenar kárate no solo es un tema físico, sino psicológico y en gran parte emocional».
Club propio
Del colegio a un club ajeno y a instaurar el suyo propio en 1988. Esos fueron los pasos que siguió la karateka al ir dándose cuenta de que seguía necesitando más y más a la hora de entrenar, de que ningún límite era suficiente.
Ya en su primer campeonato de Andalucía, con tan solo 17 años, alcanzó el segundo puesto y con él la plaza para el nacional, que no llegó a realizar por su corta edad –en ese tiempo, la categoría de mujeres solo se consideraba de manera oficial a partir de los 18 años–. Siendo tan joven fue que también comenzó con el club que lleva ya rigiendo más de treinta años.
«Empecé dando clases en colegios para pagarme la carrera y acabé buscando un local para dar clases en un sitio fijo». Su pequeño club ha ido creciendo poco a poco hasta acabar por convertirse en todo un gimnasio, que se encuentra ahora en la calle granadina Santiago Lozano. Su nombre: No-Kachi, que en japonés significa paradójicamente 'Campeón'.
Desde el mismo, ha sacado a decenas de karatekas triunfadores en el plantel nacional e internacional, como sus últimas promesas: Marta Cortés (17), Ruth Trenado (15) y Mar Trenado (14). Las dos últimas son sus hijas, las dos primeras tienen ya la plaza prácticamente asegurada en la selección nacional, que viajará también a Chile para el próximo campeonato del mundo.
Único séptimo Dan andaluz
En cuanto al tema de la igualdad de género en su disciplina, Obdulia afirma ahora que «hasta hace relativamente pocos años las categorías masculinas eran mucho más amplias que las femeninas», y lo dice sabiéndose testigo de «varias transiciones importantes en la historia del kárate». Comenzó siendo de las pocas mujeres sobre el tatami, cuando solo existían un par de categorías de combate –a la hora de competir, la división es por pesos– y yendo siempre casi sola en su género a las reuniones de los técnicos nacionales.
Ahora mismo, declara creer ser «la única mujer séptimo Dan en Andalucía y una de las más jóvenes de España». Debido a su larga carrera como karateka y sobre el tatami, «a nivel andaluz tengo un gran cargo técnico y además creo que soy la única seleccionadora masculina nacional, las mujeres solo trabajan con mujeres».
«Chocante»
De hecho recuerda que, al comenzar con la selección absoluta masculina andaluza, «fue un poco chocante porque había mucha gente que creía que no iba a dar la talla por ser una mujer», pero «ya había sacado a unos cuantos campeones nacionales a pelear internacionalmente, así que algo bien tenía que estar haciendo». Con la misma, lleva ya nueve años, en los que acabó ampliando categorías hasta llegar a ser seleccionadora de todas las existentes. En su primer año como tal, acabó por llevar al equipo andaluz a ser por primera vez en su historia campeón de España.
«Creo que el reto mereció la pena y que al final parece ser que di la talla», afirma entre risas.
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