La energía de España tumba la anarquía de Turquía

La selección lleva consigo un carácter competitivo de serie y tiró de sangre fría para ganar un duelo trascendental pese a una nueva bajísima asistencia en el Tiflis Arena. Con menos talento que Turquía, pero mucho más conjuntado, y un segundo quinteto casi tan relevante como el primero se explica la victoria tras un inicio impreciso y errático. Tuvo que aparecer el fondo de armario de España para coger el mando en el marcador y, pese a algunas desconexiones a corregir, reaccionar a cada cuchillada de los turcos, mucho más inspirados en el tiro.

Estadísticamente brillaron Willy Hernangómez (15 puntos y siete rebotes) y Lorenzo Brown (11 puntos y siete asistencias), una conexión en ciernes que podría dar aún más rédito. Pero igual de determinantes fueron los minutos de Sebas Sáiz en el segundo cuarto, subiendo la intensidad defensiva e incomodando en cada ataque rival, la magnitud de Garuba, la fiabilidad de Xabi López-Arostegui (9 puntos), los recursos de un Pradilla que en cada partido añade un argumento más para calificarlo como el heredero de Felipe Reyes, y la actividad defensiva de Alberto Díaz. Cuando más se complicaba el partido, con un parcial de 9-2 (59-58) en el inicio del último cuarto, el base malagueño le sacó la quinta falta a un Alperen Sengun que parecía imparable, y cambió el signo del partido.

Con el pívot de los Rockets eliminado, España volvió a dominar el rebote (37-45) con suma facilidad gracias a la mayor energía exhibida desde el segundo cuarto. Al descanso, La Roja acumulaba ya 9 capturas en ataque y 12 puntos de segunda oportunidad. También mejor juego en equipo, con cuatro asistencias más que una Turquía empecinada en jugar uno contra uno o dos contra dos y proponer poco más en ataque. Si los españoles hubieran afinado su lanzamiento y sus porcentajes de tiro (5 de 25 en triples), el triunfo podría haber sido más holgado.

El partido fue cogiendo temperatura tras un inicio a trompicones en el que se sucedían los intercambios de golpes. Lo máximo que logró despegarse Turquía fue un 11-7, y España, 29-34 tras una gran acción de Sebas Sáiz. Cedi Osman, con 20 puntos, y Korkmaz, con 16, se echaron a su espalda al conjunto de un Ataman sobrepasado. Larkin, su jugador de confianza, apagado durante todo el duelo (solo tres puntos), no le está ofreciendo ni de cerca el rendimiento del Efes, allí donde junto a Micic gobiernan con puño de hierro la Euroliga. El técnico desveló tras el partido que el base tiene una lesión en su mano de tiro y viajará a Estambul para hacerse una resonancia.

Alberto Díaz supo contenerle a la perfección y Lorenzo Brown le ganó el duelo en los minutos finales de un partido en el que Brizuela fue expulsado por dos técnicas y Rudy Fernández fue baja por sus molestias en la rodilla derecha. Su comparecencia en los octavos será clave para una España que con su primera posición ha logrado allanar el camino a las medallas. Lituania es un mal menor dentro del grupo de la muerte. En cuartos de final evitará a las que son consideradas como las grandes favoritas al oro.