LeBron James 'trolea' al mundo del baloncesto con una maniobra publicitaria

Cuando todas las redacciones del planeta se disponían a lanzar una noticia de trascendencia histórica y las web de medio mundo bullían con directos para cubrir minuto a minuto un acontecimiento de extraordinario alcance en el mundo del deporte, la firma Hennessy se anotaba una canasta desde el centro de la pista mediante un vídeo de poco más de un minuto de duración que dejaba boquiabiertos a propios y extraños.

«Llevaré mi talento a HennessyVSOP, esa es la conclusión con la que me he levantado esta mañana. Es la mejor oportunidad para seguir ganando en cóctel, en pasar buenos ratos y en hacerlo todo más fácil. Me gusta mi decisión», explicó LeBron James antes de brindar con el entrevistador que supuestamente iba a participar en una de las exclusivas del año, pero que no era sino un convidado en una puesta en escena que pilló desprevenidos a casi todos, especialmente en Estados Unidos, donde se había desatado la histeria ante el posible adiós de quien es uno de los máximos emblemas del deporte en el país de las barras y las estrellas.

La historia comenzó el lunes cuando LeBron dejó un críptico mensaje en redes sociales en el que anticipaba que un día después tomaría 'La decisión de todas las decisiones'. Todo apuntaba a que, camino de los 41 años, y con 22 campañas a sus espaldas en la mejor competición de baloncesto del planeta más otra que está por venir, el astro nacido el 30 de diciembre de 1984 en Akron (Ohio) iba a confirmar su adiós a las canchas una vez finalice el curso 2025-26 mediante una escenografía que recordaba poderosamente a la que orquestó en julio de 2010 cuando comunicó su marcha de los Cleveland Cavaliers rumbo a los Miami Heat. Pero a aquella 'Decisión' de profundo calado que derivó en dos anillos para la franquicia de Florida acabó siguiendo, quince años después, otra que se quedó en una farsa a mayor gloria de una marca de coñac. De coña.

De lo que no cabe duda es de que LeBron James sabe cómo hacer que todo el mundo baile a su ritmo. Así volvió a demostrarlo este martes con un quiebro que dejó asombrados a unos, felices a otros y desconcertados a la mayoría de sus fans, especialmente a quienes se habían abalanzado a adquirir, a precios desorbitados, entradas para el Lakers-Jazz que hay programado para el domingo 12 de abril de 2026. Parecía que ese duelo, a disputarse en el Crypto.com Arena, iba ser el último de LeBron si los Lakers no alcanzaban los 'playoffs' y nadie quería perdérselo. Sin embargo, dichas ilusiones se tornaron en reacciones de incredulidad cuando LeBron agarró el vaso para brindar por un negocio que ha desatado un torrente de críticas debido a las formas empleadas.

La buena noticia es que, al menos de momento, LeBron James mantiene todas las opciones abiertas a las puertas de una campaña en la que se dispone a pulverizar algunos de los pocos récords que le restan. Máximo anotador histórico de la NBA (42.184 puntos), jugador con más minutos (59.041) y segundo que más partidos ha disputado (1.562), cazará a Robert Parish (1.611) de no impedírselo alguna lesión en la que nadie quiere pensar y escribirá con ello otra página para la historia.

Cabe recordar en este sentido que el Rey ejerció a finales del pasado mes de junio la 'player option' que contemplaba su contrato con Los Angeles Lakers para seguir vistiendo de púrpura y oro durante otra campaña, la octava desde que recaló en la franquicia californiana, con la que conquistó el anillo de campeón en 2020, el cuarto en su cuenta personal tras los dos consecutivos que sumó durante su estancia en los Miami Heat (2012 y 2013) y el que logró en el 2016 como líder de unos Cavaliers de los que también formaban parte Kyrie Irving y Kevin Love. Percibirá 52,6 millones de dólares a lo largo de un curso en el que volverá a compartir cartel con Luka Doncic.

Si será el último o no para el alero lo dirá ya el tiempo. Hasta entonces habrá espacio suficiente para reconocer su ingenio -y el del equipo que le rodea- fuera de las pistas, o fustigarle por un 'troleo' que deja como principales damnificados a todos esos seguidores que abrieron sus carteras en previsión de ese último baile que, por ahora, no tiene fecha.