España sufre pero se cita con Bahamas por un billete olímpico

Y es que ya no había margen de error, pero sí ciertas dudas después de la apurada victoria ante Angola con la que La Familia cerró el primer puesto de su grupo el miércoles. El conjunto español saltó al parqué del Fuente de San Luis consciente de lo que había en juego ante un rival peligroso, capaz de dejar en el camino a Polonia a pesar de la trascendental baja en el torneo de Lauri Markkanen, jugador de los Utah Jazz de la NBA y referencia finlandesa incuestionable.

Willy Hernangómez comenzó y terminó con brillo en la pintura contraria, esa que domina de forma inversamente proporcional a la propia, donde se trata de defender. Tras ceder en la lucha bajo los aros ante Angola, se antojaba importante la reacción española en la zona. La respuesta llegó cerrando el rebote tras cada ataque rival, privando así al conjunto nórdico de segundas opciones, lo que sin embargo no evitó el intercambio de canastas bajo el signo de la igualdad durante todo el primer cuarto. Un arreón final de Finlandia, propiciado por el exceso de pérdidas de España, cerró el parcial inicial con el inquietante 20-17 finlandés.

Tocaba sudar sobre el parqué y ponerse el mono de trabajo para garantizar la cita ante Bahamas con el billete olímpico en juego, por lo que España se puso manos a la obra tras la pausa, con un 0-7 de parcial que calmó los nervios del animoso público valenciano y le dio la iniciativa en el marcador al conjunto liderado por Lorenzo Brown, el factor diferencial de este equipo en la generación de juego. Inspirado el base recientemente fichado por el Panathinaikos, el panorama ya fue otro. Una canasta 'in extremis' del jugador de origen estadounidense estiró la renta española hasta el +8 (30-38) justo antes del paso por los vestuarios.

Duelo al sol en la reanudación entre el poderío interior de Willy y el acierto en el triple de Finlandia, comandada por la mirilla afinada de Jantunen, Valtonen y compañía... Ya sin la brújula de Brown, España sumaba de dos en dos, pero su rival aumentaba su botín de tres. La distancia todavía era tranquilizadora a la hora de afrontar el final del tercer cuarto, pero unos minutos de desconcierto hicieron saltar por los aires el duelo y llevaron la pugna a su etrega final con una ventaja finlandesa de tres puntos.

Altas dosis de sufrimiento en Valencia y test de máxima exigencia para un equipo que últimamente ha perdido el aura de fiabilidad que exhibió durante más de dos décadas. Contra las cuerdas apareció un arma inesperada, el triple de Alberto Díaz. No destaca el base del Unicaja, un fantástico defensor, por su acierto de tres, pero exhibió muñeca justo en el momento preciso para apretar al máximo un partido no apto para cardíacos. Al borde de un ataque de nervios, ambos conjuntos se retaron en un inesperado intercambio de lanzamientos desde la larga distancia. Punto a punto, defensa a defensa, España sofocó la rebelión finlandesa en un sólido final. Bahamas separa a La Familia de los deseados Juegos de París.