La ausencia de amenaza interior y energía muestran en Vigo al Raca más vulnerable
La segunda derrota en apenas cuatro días muestra la peor versión de un equipo agotado física y mentalmente.
El Manuela Fundación Raca se ha quedado sin piernas y ha perdido la alegría. Pareciera que el depósito de gasolina –y adrenalina–, repleto en la ... heroica victoria ante el Barça hace diez días, estuviera ahora agotado, menos de dos semanas después. Y lo cierto es que tiene explicación.
Como frente al CAB Estepona el sábado, el Raca llegó en Vigo muy tarde al partido. Tanto como para que mediado el segundo cuarto el duelo estuviera resuelto, tras un descomunal parcial de 32-6 (del 8-8 al 40-14) de un Celta que supo hacer sangre
de la delicada situación de un equipo colegial cuya plantilla está cogida con pinzas. A las granadinas, que repitieron con una rotación de ocho jugadoras, no les falta entrega, pero sí capacidad en unas piernas fatigadas por la acumulación de minutos y a las que un partido en Vigo 72 horas después de la primera derrota del 2022 pareció terminar de rematarlas.
La otra gran carencia, evidente, es la falta de una mínima amenaza interior. Tras el fiasco de Sofia Roma y la marcha de Shannon Coffee, el Raca es el equipo más limitado en la pintura de todos cuanto aspiran a hacer algo importante en esta LFChallenge. Los rivales lo saben y el martirio por ahí empieza a ser constante. El Celta hizo lo propio, pese a no tener una MVP como Pocek, la figura del Estepona. Mulligan, Davydova y Musa martillearon de inicio la canasta granadina. Y cuando Piñar ordenó una zona para tapar la carencia de centímetros, Fequiere y Castro bombardearon desde el perímetro para desarbolar a un Raca superado. Las colegiales solo anotaron tres canastas de dos antes del descanso. Imposible competir así. No hay más.
Nada cambió tras el descanso. Quiero y no puedo, en la peor versión de la temporada. Lo del Barça fue un hermoso milagro de las de Maribel Piña, pero la situación es poco menos que insostenible. Con ocho el Raca no puede soñar. Más le vale al club colegial que los dos 'transfers' internacionales que espera lleguen pronto o la temporada se puede hacer eterna. El techo del equipo ahora parece mucho más bajo del que el trabajo de su plantilla y cuerpo técnico se merece.
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