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Solo uno de cada cinco pueblos de Granada tiene más niños que jubilados
La mayor parte de excepciones a esta regla se dan en el Área Metropolitana
Los procesos de envejecimiento y despoblación progresiva de amplias zonas a los que se está teniendo que enfrentar la provincia granadina han devenido en los ... últimos años en lo que los científicos sociales dan en llamar un «invierno demográfico» y que otros, como el antiguo primer ministro socialista francés Michel Rocard, no dudan en calificar de «suicidio demográfico». El reto es mayúsculo y no sobra el tiempo para encontrar soluciones. Los expertos calculan que en unos veinte años se producirá la avalancha de jubilaciones de la generación del 'baby boom', que pondrá a prueba la sostenibilidad del Estado del Bienestar y de sistemas públicos como las pensiones si no hay suficientes cotizantes en activo respecto al número de personas que ya salieron del mercado laboral. Los números que podrían ayudar a respirar mejor, sin embargo, no se ven por casi ninguna parte. Sólo uno de cada cinco municipios de Granada tiene hoy más jóvenes que mayores, cuando únicamente una clara tendencia en sentido contrario permitiría mirar al futuro con un cierto margen de tranquilidad.
De acuerdo con la información municipal sobre Granada de la que dispone el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), sólo en 37 de los 174 pueblos que componen la provincia el número de habitantes empadronados de menos de 15 años supera al de los mayores de 65. Es la cifra que arroja esa proporción de uno de cada cinco; en concreto, el porcentaje es del 21,2% sobre el total. Además, este conjunto se ha reducido en los diez últimos años; señal de que la demografía ha seguido profundizando en su tendencia sin grandes variaciones. En 2008, la cifra era de 47. Esto supone una caída porcentual del 21% en una década en el número de municipios con mayor proporción de jóvenes.
Lo que no ha variado de forma sustancial es dónde se encuentran estos municipios. La inmensa mayoría de ellos forman el Área Metropolitana que rodea a la capital. De entre los 34 ayuntamientos que componen de manera oficial la conurbación granadina, sólo hay cinco que no figuren en la lista de los que tienen empadronados a más jóvenes que mayores. Uno de ellos es la capital, donde el envejecimiento y la progresiva despoblación favorecen que continúe el desarrollo demográfico negativo en favor de muchos de los municipios colindantes. Los otros cuatro son Colomera, Dílar, Pinos Puente y Valderrubio. Los 29 restantes forman parte de esa llama de juventud que brilla en mitad del invierno demográfico granadino.
Los 17 municipios más 'rejuvenecidos' de la provincia se sitúan en el entorno de la corona metropolitana
Al otro lado del muro se encuentran los 135 municipios en los que el grupo de empadronados de más de 65 años representa un porcentaje total del censo mayor que el de los jóvenes de menos de 15. En algunos casos, los datos son realmente alarmantes. En especial en el caso de comarcas como la Alpujarra o el entorno de Baza. En ciertos municipios llega a haber hasta 13 mayores por cada joven; un diferencial que, salvo actuación de las autoridades, suena prácticamente a sentencia de muerte a medio plazo para el municipio. Los expertos afirman que hay localidades en las que, por sus particularidades históricas o demográficas, no queda demasiado espacio para la esperanza.
«El 'boom' inmobiliario tras la liberalización del suelo municipal explica el rejuvenecimiento del Área Metropolitana»
Eugenio Cejudo, Director del DeparTamento de Geografía Humana de la Universidad de Granada
Un oasis de juventud
Vegas del Genil limita con la capital granadina a través del borde del distrito Ronda. En su censo aparecen registrados 10.981 habitantes, según la información del IECA relativa al año 2018. De ellos, 2.823 todavía no han cumplido los quince años. El número de personas de la tercera edad empadronados es de 882. Esto supone que hay tres veces más en un grupo que en el otro, y se convierte así, en este sentido, en el municipio más 'rejuvenecido' de toda la provincia. Los que le siguen en este escalafón, que son las localidades de Jun y Las Gabias, lo hacen con diferenciales sensiblemente menores; en concreto, de 2,41 y 2,28, respectivamente.
«Aquí todavía se escucha a los niños todas las tardes corriendo por las calles y jugando a la pelota mientras algunos mayores les regañan de vez en cuando». La imagen, cada vez menos común en lugares como la capital, la describe Matilde Ramiro, concejala de Igualdad, Asuntos Sociales y Obras y Servicios del Ayuntamiento de Vegas. No siempre había sido así. Hasta 1976, la ahora ciudad ni siquiera existía; la componían los núcleos de Ambroz, Belicena y Purchil. Pero el cambio importante, el que permite que sea hoy el lugar más 'rejuvenecido' de la provincia granadina según las estadísticas, se produjo en las dos últimas décadas, al calor del 'boom' económico que siguió a la crisis de 1993.
«El proceso por el que se encuentra el mayor número de jóvenes en el entorno del Área Metropolitana es fácilmente explicable», asegura Eugenio Cejudo, director del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Granada (UGR). «El peso específico de la capital dentro de la provincia se incrementa sobre todo a partir del éxodo rural de la década de los sesenta, pero no es hasta los años ochenta y noventa cuando comienza el progresivo desarrollo de las segundas residencias», explica el profesor: «Muchas de ellas se acabaron convirtiendo en viviendas habituales», por lo que este sector de población, en muchos casos parejas jóvenes, iniciaron sus proyectos familiares en estos municipios.
«Tengo dos nietos propios, pero en este pueblo es como si tuviera otros veinte»
Antonio, Vecino de Vegas del Genil
Una de ellas era la de la propia concejala, como ella misma reconoce, señalando también a un factor que Eugenio Cejudo considera destacable. En este lapso de tiempo se produjo también la liberalización del suelo que comenzó en el año 1996 y se afianzó con una sentencia que emitió en 1997 el Tribunal Supremo y que dictaminaba que los ayuntamientos tendrían competencias propias en urbanismo. Como consecuencia, explica el profesor, «comienza a producirse el auge de de la construcción en el Área Metropolitana, coincidiendo además con una saturación de vivienda en la capital y una mejor conexión gracias a la autovía A-92 y que en muchos de estos lugares era posible volver a una suerte de campo idílico, a la casa con el jardín y la piscina a un precio asequible». El resultado: la progresiva pérdida de población y el envejecimiento de la capital mientras se disparaba el crecimiento de municipios como Vegas del Genil. Los 17 pueblos más 'juveniles' de Granada forman parte de la corona metropolitana.
El proceso ha obligado al pueblo a adaptarse a toda velocidad, como explica Matilde Ramiro, a través de la rehabilitación y construcción de nuevo equipamiento, sobre todo para niños, y la consolidación de los colegios de primaria y la atención sanitaria para los más pequeños. En este momento, el Ayuntamiento pelea para que la Junta construya un instituto en el pueblo, que es el único de más de 10.000 habitantes en la provincia que no cuenta con uno. Mientras tanto, una de las prioridades de la concejalía de Igualdad y Asuntos Sociales es fomentar la convivencia entre niños y mayores, considerada muy positiva para ambos grupos. La edil del ramo explica que, por ejemplo, suelen pedir que sean los que juegan en los parques infantiles quienes canten los números del bingo al que prefieren jugar los abuelos.
Despoblación, repoblación y muerte
La historia ha tomado derroteros bastante distintos en lugares como Turón, en la Alpujarra suroriental. De sus 255 habitantes, un tercio tiene 65 años o más, mientras sólo hay siete censados que no alcancen los quince años de edad. Así, la proporción en 2018, el año al que llegan los datos del IECA, es de 13 mayores por cada joven. Una cifra muy similar a la registrada en Lobras, asimismo en la Alpujarra; son los dos municipios más envejecidos de Granada. También se ha asentado el invierno demográfico en la comarca de Guadix y en Los Montes; Gobernador, Gorafe y Gor cierran la lista de los cinco pueblos con mayor proporción de mayores. El alcalde de Turón, Juan Vargas López, del Partido Popular, prefirió no responder a las preguntas de este periódico.
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En algunos de estos municipios se da, además, una curiosa paradoja. Ocurre, por ejemplo, en el pequeño municipio de Cástaras, que también forma parte de la Alpujarra. Con apenas 244 habitantes censados en 2018, hace una década los menores de quince años empadronados casi se podían contar con una mano: eran seis. Los mayores de 65 eran 100. Hasta el pasado ejercicio, según las estadísticas, era el lugar en el que más había mejorado la proporción de jóvenes. Pero los números, en este caso, engañan. Los datos están influenciados por el incremento de la despoblación por la muerte de los mayores, que han pasado de ser 100 a 81 en este lapso de tiempo, mientras que el número de menores de 15 pasó de seis a dieciséis.
Eugenio Cejudo asegura que, a pesar de que los números sigan sin ser positivos, es precisamente en la Alpujarra donde se han cocinado algunos casos de éxito en términos de intervención de las administraciones públicas para no dejar morir algunos municipios, sobre todo a través del programa Leader, que financia la Unión Europea, y cuyo objetivo es «la puesta en marcha de estrategias, toma de decisiones y asignación de recursos para el desarrollo de las zonas rurales». «Estudiamos los niveles de éxito o fracaso de estas iniciativas en la provincia», explica Cejudo, «y vimos que los niveles de permanencia de los empleos y los negocios generados al albur de los programas europeos era altísimo». Reconoce, eso sí, que ayudó «el hecho de contar con la parte positiva de que la Alpujarra era una zona conocida y de alto valor turístico». Los números, en cualquier caso, hablan por sí solos: «el 60% de los negocios que se formaron durante aquella época han sobrevivido, y muchos de ellos han llegado a aguantar sin grandes problemas los años de crisis».
En su opinión, sin embargo, otros lugares no correrán la misma suerte. Son pueblos que nacieron al calor de actividades concretas, como explotaciones mineras o agrícolas, que ya no están en activo o han entrado en declive. Así no hay incentivo para quedarse.
Como demuestran los datos y las historias, a pesar de que la preocupación por el futuro demográfico de Granada sea grande, hay razones para acercarse al fuego y esperar a que pase el invierno.
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