«Espero que todos los que vayan el 21 de mayo al Palacio le puedan decir en un futuro a sus hijos o a sus nietos: yo estuve allí»

–«Cómo decíamos ayer», suscribe a Unamuno ¿verdad?

–Va a ser una entradilla recurrente, me temo. Incluso un buen nombre para una gira. Unamuno creo que lo dijo al retomar a sus clases al regresar del destierro, pero si no me equivoco creo que fue parafraseando a Fray Luis de León, que lo dijo cuando volvió a la Universidad de Salamanca después de estar en prisión cuatro años. Nosotros lo decimos después de estar en el dique seco casi un par de años por una pandemia. Un par de años muy duros en los que nadie ha salido indemne, pero los Cero siempre hemos estado preparados para todo lo que vendría después.

–Usted que ocasionalmente acude al refranero, ¿a la tercera resurrección va la vencida?

–El refranero es muy tramposo, lo mismo te encuentras un refrán que dice una cosa como otro que sostiene lo contrario. Lo que sí es cierto es que en el mes de mayo han sucedido cosas importantes en la historia de 091. En mayo del 96 dimos los conciertos de despedida en el Anfiteatro de Maracena donde se grabó 'Último Concierto'. En mayo de 2016 dimos los dos conciertos triunfales, permítaseme la expresión, en la plaza de Toros en los que se grabó 'Maniobra de Resurrección'. Y ahora, el 21 de mayo de 2022 podemos augurar que pasará algo grande en el Palacio de Deportes.

–Al principio de la pandemia 091 consiguió dar algunos conciertos; otros artistas decidieron parar hasta que se normalizara la situación (y los hay que siguen en standby) ¿Cómo recuerda esas noches de poco público, con el cinturón de seguridad puesto y enmascarados... ¡nada más lejos del espíritu del rock and roll!

–Bueno… El espíritu del r'n'r, sea lo que sea eso, tenía que adaptarse a las circunstancias. Realmente, cuando hicimos ese intento de retomar la actividad fue en el verano de 2020, que hubo una tímida apertura. Antes de eso habíamos tenido que cortar nuestra gira en marzo y todos los festivales que había previstos ese año se suspendieron. En cualquier caso, el recuerdo que tengo de esos conciertos no es negativo. Tocar con restricciones no es lo ideal pero era lo que había que hacer en ese momento. Digamos que es ahora cuando vamos a volver a los escenarios sin ningún tipo de cortapisas. Esperemos que al invocar el espíritu al que usted hacía mención, se nos aparezca en toda su plenitud.

–A algunos nos ha quedado cierta pereza, o hemos generado desconfianza a las multitudes, o… ¿nota alguna secuela personal tras un par de años en situación de alarma?

–Dos años no pasan en balde, con pandemia o sin ella. Seamos positivos por una vez y asumamos que tenemos que volver a las buenas costumbres: ir a conciertos con cierta asiduidad, ir a tiendas de discos, a librerías, a museos… a disfrutar de todo eso que nos hace mejores.

–Si bien nos ha sobrado tiempo, eso sí. ¿Ha sido productivo o la creatividad también se congeló? ¿Hay material de archivo para sus dos marcas: 091 y Lapido?

–Yo, durante este tiempo, sí he dado conciertos en solitario o en formato dúo. Ahora estoy preparando mi nuevo disco. Tengo las canciones que he compuesto durante este retiro forzado y no creo que tarde mucho en entrar en el estudio. El disco de 091, 'La otra vida', aunque es de 2019, lo tengo muy reciente porque apenas pudimos dar una decena de conciertos con ese repertorio antes de que todo se trastocara. Así que es justo y necesario que le demos a esas canciones una oportunidad de crecer.

–En el festival de Ucrania vimos a José Antonio pletórico…

–Sí, increíble. Habrá gente que no lo sepa, pero José Antonio lo pasó muy muy mal y ha tenido una larga convalecencia y un largo periodo de recuperación. Ahora, tras la dura experiencia, es evidente que ha vuelto a coger confianza en sí mismo, y lo demostró en el concierto del otro día. Estuvo fantástico.

–Me ha pasado con 'La otra vida' como con 'Todo lo que vendrá después', que es un disco que va creciendo lenta y continuadamente…

–Es verdad. Con 'Todo lo que vendrá después' pasó en su momento algo raro. Aparte de no tener la repercusión que creo que merecía, por azares del negocio, lo cierto es que contenía canciones que han quedado como fijas en el repertorio y como clásicos del grupo. Yo creo que con bastantes canciones de 'La otra vida' va a pasar lo mismo. Quedamos muy contentos con el contenido y con el sonido de ese disco.

–Cuando lo sacaron decían que «hacer un disco contra tu propio mito es un gran riesgo» ¿Qué balance hace a tres años vista casi? ¿Han ganado el pulso contra sí mismos?

–Convendrá usted conmigo que enfrentar canciones nuevas a otras que están marcadas a fuego en nuestra memoria y en la memoria de nuestros seguidores es un gran reto. La memoria y la nostalgia ejercen de ancla, y es misión casi imposible hacer navegar un nuevo barco. Dicho esto, nosotros nos propusimos grabar una nueva colección de canciones que no desmereciera a lo que habíamos grabado con anterioridad y creo que lo conseguimos con creces. Pulso ganado.

–Por cierto, ahora que los cito, en orden cronológico… («todo lo que vendrá después: la otra vida») tiene un sentido…ufff! Bien contemporáneamente pesimista… ¿Las casualidades existen?

–Todo era parte de un guion… De un guion enloquecido.

–¿Le ha dado ya la tarjeta 'fan platinum' a Miguel Ríos? Porque no hay quien les piropee más… ¡como jefe de prensa no tiene precio!

–Hombre… Recibir halagos de alguien como Miguel no tiene precio. Es muy generoso. Yo siempre que me llama para colaborar con él me lo tomo como un regalo de mi profesión. Una profesión que él ha ayudado como pocos a dignificar en este país. Son experiencias irrepetibles.

–En mayo regresan al sitio donde lo dejaron, al Palacio de Deportes, y arrancan precisamente aquí. ¿Cómo en casa en ningún otro sitio?

–Lo teníamos pendiente. Nuestro plan original era cerrar la gira de 2020 ahí pero no pudo ser. Todos los planes se autodestruyeron, así que, aunque sea dos años después, había que hacer algo para no dejar a los seguidores locales con las ganas. Tocar en casa es una gran responsabilidad y así nos hemos planteado la preparación de este concierto. Aunque sea un tópico, espero que todos los que vayan el próximo 21 de mayo al Palacio le puedan decir en un futuro a sus hijos o a sus nietos: yo estuve allí.