Víctor Manuel se acerca al público para cerrar el Festival de Poesía
Anécdotas muy poco conocidas se unieron a sus motivaciones vitales y artísticas en un acto que tuvo lugar en el Palacio de Carlos V
José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 23 de octubre 2021, 00:06
«Adónde irán los besos, que guardamos, que no damos», cantaba Víctor Manuel. Los besos –y los suspiros, que son hijos de estos en ocasiones– ... son aire y al aire van, le responde el poeta. De letras y poesía se tiñó en una ya fresca tarde otoñal el Palacio de Carlos V de la Alhambra para recibir al asturiano, uno de los autores musicales más prolíficos en lengua castellana en la época contemporánea, y sin duda uno de los más seguidos. Una manifestación en la Gran Vía impidió que muchos asistentes pudieran llegar a tiempo al inicio de un acto en el que hubo alegría, hubo gratitud y hubo palabras.
La gratitud la expresó Remedios Sánchez, codirectora del Festival, al propio Víctor Manuel, que «generosamente aceptó nuestra invitación y cuya presencia es un honor», según afirmó. Martín López-Vega, escritor asturiano como el propio cantante, dialogo con él y le tildó como «autor de la memoria musical de la Transición». También como parte de la historia reciente de España. Por su parte, el cantante recordó que es difícil señalar un punto en el mapa patrio donde no haya cantado, y que, desde esa realidad, ha tratado de describir una España sin superioridad, donde todos caben.
Repasaron ambos la influencia que en su creación han tenido autores como Blas de Otero, y cómo ha vuelto a revisitar lugares emocionales en su música, como Asturias, a quien dedica una canción en su último disco. Sobre el tradicional himno de su comunidad, afirmó con humor que «'Asturias, patria querida' no habla de hazañas guerreras y es el himno perfecto, porque está escrito por un cubano».
Hubo tiempo en la charla para rememorar sus problemas con la censura, y cómo se refugió entonces en la música tradicional –con un disco que produjera el recordado Juan Carlos Calderón–, «un manantial que nunca se seca», dijo. «La patria de uno es la infancia», aseguró a continuación, mostrándose casi ansioso de que las canciones de su primera época pasen a dominio público.
Otro de los autores de los que habló fue Miguel Hernández, «un poeta que me hace crujir los huesos, porque sus poemas son savia que te metes en las venas cuando los lees», dijo. Del mismo modo, afirmó que hoy los códigos comerciales de las discográficas han cambiado, y que sería muy complicado hacer un disco de homenaje a Pablo Neruda como aquel 'Neruda en el corazón', en el que participaron desde Enrique Morente hasta Lucio Dalla.
En cierta medida, su creación, como recordó, ha estado marcada por la censura, desde aquella 'La planta 14', en cuya letra relataba el drama de los enfermos desahuciados que en su dolor reniegan de Dios, hasta la pacifista –en un país por entonces impregnado de hazañas bélicas– 'El cobarde', a la que hurtaron un premio en Tenerife en favor de «Tenerife tiene seguro de sol», el estribillo pegadizo de 'El hombre del tiempo' de Los Mismos.
«Llegó un momento en que de diez canciones que tenía en un disco, tenía que tirar tres porque la censura no las permitía», recordó
«Llegó un momento en que de diez o doce canciones que escribías para un disco, la censura te tiraba tres para atrás», narró, para a continuación recordar el momento en que una filtración interesada e incierta sobre un espectáculo suyo le obligó a permanecer en México exiliado durante casi un año. Fue en aquel momento cuando personas por las que no esperaba ser defendido, como Julio Iglesias, dieron un paso adelante, facilitando su regreso. Ello le dio pie para narrar la divertida anécdota de una gira que compartió con el autor de 'La vida sigue igual', quien le dijo que «cuando tuviera 50 millones de pesetas, se retiraría». «Se ve que aún no los tiene», afirmó Víctor Manuel, provocando, como en varias ocasiones durante la tarde, la hilaridad del público.
Entre detalles sobre su trayectoria políticamente señalada, y las razones que le llevaron a alejarse de aquel ambiente, junto con sus planes de futuro –un concierto sinfónico– se fue agotando el tiempo del último acto del Festival de Poesía. Un Festival que, como recordó al terminar su codirectora, Remedios Sánchez, «ha conseguido, un año más, acercar la poesía a la calle». Sánchez quiso destacar además «que los actos se han contado por llenos, porque la programación, que a pesar de la pandemia ha traído a más de medio centenar de poetas a Granada, ha sido muy apreciada por un público que quiere tener a la poesía en su vida».
Sánchez agradeció a las instituciones –y singularmente a la Alhambra, la anfitriona del acto de ayer– su compromiso con un ciclo que después de 17 ediciones, es preciso alentar para que siga creciendo.
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