Las veinte primaveras del José Guerrero en Granada
El Centro celebrará su aniversario con seis exposiciones y ocho programas públicos | Casi un millón de personas han pasado por el edificio de la calle Oficios en las dos décadas de vida de este Centro dependiente de la Diputación
Jorge Pastor
Granada
Domingo, 2 de febrero 2020, 01:54
Fue el 14 de junio de 2000. Ese día, con todo el boato, los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, inauguraban el ... Centro José Guerrero y lo recorrían en una visita guiada realizada por Yolanda Romero, la primera directora del museo que alberga gran parte de la obra del pintor granadino y que, tras instalarse en Nueva York en 1949, no sólo se convirtió en uno de los grandes referentes del expresionismo americano, sino también, de forma global, en uno de los grandes referentes del arte contemporáneo. Y a eso se dedica el Centro, situado en la calle Oficios –enfrente de la Capilla Real–, a la divulgación y el estudio de la extraordinaria producción de Guerrero, por una parte, y al arte contemporáneo, por otra. Tanto es así que esta institución, dependiente de la Diputación, no sólo es un referente en Granada y Andalucía, sino incluso en España. Se estima que en torno a un millón de personas han pasado por el Centro desde que abrió sus puertas.
Pero la historia del José Guerrero empezó antes. Comenzó en 1988 cuando el propio artista, nacido en Granada en 1914, mostraba su deseo de que su legado fuera para la ciudad. Desde entonces la Diputación se embarcó en la aventura de crear el Centro Guerrero. El edificio del antiguo periódico Patria fue remodelado por Gustavo Torner, uno de los miembros destacados del grupo El Paso que también influyó en que Guerrero regresara a España en 1965 tras su periplo en la ciudad de los rascacielos. El arquitecto Antonio Jiménez siguió las instrucciones y consejos de Torner para crear un espacio que ya introduce al visitante en el mundo abstracto de Guerrero, donde los muros y la escaleras insinúan sus cuadros. Las cristaleras abiertas a la Catedral aportaban una perspectiva inédita.
En ese momento, en 2000, los herederos firmaron con la Diputación un contrato de comodato por un periodo de diez años que, una vez finalizado y después de cinco años de problemas y más problemas por la imposibilidad de constituir una fundación, no se pudo renovar hasta 2015 por otros diez años. Merced a este acuerdo la familia de Guerrero cedía un verdadero tesoro en forma de cuarenta lienzos realizados en las distintas etapas del creador, veinte obras sobre papel y un amplísimo archivo que recoge material tan valioso como fotografías o correspondencia.
Más allá de aquel día histórico en que los Reyes cortaron la cinta, el Centro Guerrero, con una programación estable de máxima calidad que se articula en planes de actuación anuales, ha vivido una serie de hitos en estas dos décadas de trayectoria. Uno de ellos es la exposición 'In the American West' de Richard Avedon (Nueva York, 1923), uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX y uno de los grandes cronistas de nuestro tiempo. En 2002 presentó en Granada una serie de impresionantes retratos encargados por el Museo Amon Carter de Fort Worth (Texas), donde trabajó entre 1979 y 1984. Desde el principio Avedon eligió hombres y mujeres que hacían trabajos duros y poco reconocidos. Siguiendo la tradición de los pintores retratistas itinerantes del periodo colonial, exploró pueblos y ferias rurales, rodeos y eras, minas y yacimientos petrolíferos. En la mayoría de los sujetos apenas había un signo de expresividad facial o de gestos extravagantes. Tan sólo había dos copias de 'In the American West'. Avedon trajo a Granada la que era de su propiedad, que después viajaría a Alemania. No sólo se presentó en las salas del Guerrero, sino también en las del palacio de los Condes de Gabia, un edificio propiedad de la Diputación.
Otra efemérides que situó el Centro en el primer plano de la actualidad cultural en España fue la conmemoración de los cien años del nacimiento de José Guerrero. La exposición, que se tituló 'The presence of black', igual que la que realizó en 1958 en la prestigiosa galería de Betty Parsons en Nueva York, se desarrolló entre finales de 2014 y principios de 2015. Fue la primera inmersión en los años americanos de Guerrero, los que más determinantemente marcaron su camino. La colección se iniciaba con sus primeras incursiones en la abstracción a través de los grabados y los experimentales frescos portátiles en los inicios de la década de los 50. Continuaba con su posterior y plena integración en el expresionismo abstracto americano mediada la década. Y finalizaba en el momento del reencuentro con su memoria española y el regreso a su país de origen en 1965.
Viñetas desbordadas
Más recientemente, en 2019, otro de los puntos de inflexión en la historia expositiva del José Guerrero fue 'Viñetas desbordadas', una propuesta donde Max (Barcelona, 1956) y Sergio García (Guadix, 1967) abordaban una nueva relación entre el cómic y el propio Centro mediante el denominado 'cómic de exposición'. Los autores 'desbordaban' las dos dimensiones para explorar el espacio tridimensional para producir una verdadera expansión del campo gráfico donde el lector se sumergía físicamente, lo habitaba y lo recorría. Más allá del objeto libro, se propiciaba que la 'historieta' se desarrollara en la arquitectura, como actualización de un sistema de representación que se remontaba a los murales prehistóricos y saltaba hasta las instalaciones posthistóricas.
El Centro José Guerrero es pasado, pero sobre todo es presente y futuro. Este 2020 de celebraciones y aniversarios viene cargadito. Por lo pronto, hasta el 22 de marzo, se puede disfrutar de 'Solovki', una exposición fotográfica de Juan Manuel Castro Prieto y Rafael Trapiello sobre las islas del archipiélago Solovetsky, en la mitad del Mar Blanco de Rusia. En Solovki se ensayaron los métodos de tortura, reclusión y trabajos forzados que se replicarían más tarde en los gulag, el terrible sistema de prisiones soviético. Castro Prieto y Trapiello realizaron dos viajes a Solovki para documentar ese mundo un siglo después.
¿Qué más podremos ver en este 2020? La programación incluye seis eventos expositivos de primer nivel. El primero ya se ha apuntado, 'Solovki' de Castro Prieto y Trapiello hasta el 22 de marzo. Después vendrán 'Los límites de la pintura' de Jordi Teixidor (2 de abril a 21 de junio);'Body as a brick' de Mar Reykjavik (3 de abril a 21 de junio); 'La colección del Centro' de José Guerrero (30 de junio a 6 de septiembre); 'The tension spaces have to breathe' de Fred Sandback (17 de septiembre a 22 de noviembre); y por último 'La colección personal de Guerrero' (3 de diciembre a 14 de febrero). De forma paralela se han previsto otras actividades como el XVIII Ciclo de Música Contemporánea, conferencias como 'Cuarenta pinturas en busca de voz' y 'Lecciones de cultura visual', el laboratorio 'Bastard scene' sobre análisis de los modelos de producción cultural y 'El cuarto lúcido' con Gregorio Reche y Emilio Pemjean. Centrados en el veinte aniversario se está trabajando en un concierto especial en la plaza de las Pasiegas y otro acústico en colaboración con Granada Ciudad del Rock. También se editarán varias publicaciones y habrá teatro para niños, talleres de creación y ficción sonora.
El director del Centro José Guerrero, Francisco Baena, comenta que las líneas de actuación trazadas para los próximos años serán continuistas respecto a lo que ya se viene haciendo. «Mantendremos los estudios sobre la figura de Guerrero y seguiremos con monográficos», refiere Baena, quien agrega que también se perserverará en la línea de exposiciones con un carácter experimental como la ficción literaria que se llevará a cabo en 2021 con el escritor Jorge Carrión. También hay en proyecto algo parecido con un cineasta y con un dibujante.
Baena considera que los granadinos sí entienden como algo propio el Centro José Guerrero. «Hemos avanzado en derribar las barreras que dificultan el acceso a la cultura contemporánea, muchas veces psicológicas, intentando hacerla más accesible y trabajando con la idea de que esto es un servicio público manteniendo, en la medida de nuestras posibilidades, los objetivos de excelencia», explica José Baena. «Traemos los mejores que están a nuestro alcance y también estamos abiertos a los agentes locales, profesiones y animadores socioculturales;siempre que podemos ayudar lo hacemos», asegura el responsable del José Guerrero.
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