Valladar responde a Falla: «Los cantos populares»

«Persistimos en nuestro propósito de no discutir acerca del cante jondo; nos reservamos nuestra modesta opinión para después, pero insistimos en algo muy importante: en lo del carácter de 'españolada' que pudiera tomar esa fiesta, ese concurso o lo que sea, pues en realidad aún se desconoce qué es lo que haya de hacerse en la plaza de S. Nicolás.

La causa de nuestra insistencia son las palabras que siguen, escritas y publicadas por el maestro Falla hace algunos días en los periódicos diarios, tratando de la influencia que el cante jondo ha ejercido fuera de Granada: en Rusia por medio de Glinka, y en Francia por los cantaores, tocaores y bailaores que de Granada y Sevilla fueron a París durante las dos últimas exposiciones celebradas en la gran ciudad. Desde entonces, las 'españoladas' aumentaron en número y en carácter y hemos anotado muchas y muy especiales en la páginas de esta revista. Los 'cantaores', 'tocaores' y 'bailaores' que de Granada se llevaron -no que enviamos los granadinos, que conste siempre así– fueron los que organizaron los conocidos Mayas, y algún granadino pudiera referir detalles muy interesantes referentes a la estancia de otros granadinos en la gran ciudad francesa en aquellos días… Vale más no hablar y aguardar el día en que todo esto se resuelva.

Sevilla propone un concurso de saetas y véase con que afecto trata a Granada. […] Los músicos manchegos, y especialmente el notable director de la Banda de Alabarderos D. Emilio Vega, […] además de haber escrito sus notables Rapsodias de la Mancha, ruega con encarecimiento a cuantos en la Mancha se interesan porque no se pierda lo que aún queda de música popular, para que le envíen con canto, acompañamiento y letra, a ser posible, seguidillas, canciones de cuna, cantos de trilla, de siega, de vendimia, de molineros, todos de sabor campesino; y también cantares de 'rondas' nocturnas, mayos, villancicos (que suelen conocerse con el nombre de 'aguilanderas'), danzas, rosarios de la aurora y otros cantos religiosos, para de todos ellos obtener lo más esencial y traducirlo en la continuación de las 'Rapsodias de la Mancha'.

Murcia se ha preocupado también de sus cantos populares y consiguió en Junio del pasado año, que por Real Orden del 14 de junio se implantaran en la Escuela Normal de Maestros de aquella provincia las enseñanzas de Canto escolar, teniendo como fundamento el Canto regional murciano Con ese motivo, publicamos en esta revista la Real Orden y unos extensos comentarios que pensábamos continuar y que suspendimos, en vista de que a nadie interesó tan importante cuestión.

Creímos y seguimos creyendo que debe imitarse el proceder de los manchegos y los murcianos, como antes hemos hablado de los catalanes y de sus trabajos de folk-lore musical. ¿El cante jondo interesa más?... Siga cada cual en su opinión».

('La Ahambra', 31 de marzo de 1922. Págs. 74-75.)