Manuel Sicilia
Rokyn Animation ·
Tras dirigir 'Justin y la espada del valor', el granadino ha pasado una década enfrascado en pequeños proyectos hasta llegar al éxito de 'Pobre diablo'Manuel Sicilia (Granada, 1971) sueña con contar historias desde que de niño le llevaron a ver 'En busca del arca perdida' al cine Granada 10. « ... Quería ser parte de eso, de la magia», recuerda tras dar un sorbo al café, en un taza de Superman. En 1994 fundó Kandor, el estudio con el que ganó varios Goyas y una nominación al Oscar. Pero hace 10 años, después del estreno de 'Justin y la espada del valor', Kandor desapareció. Años más tarde nació Rokyn, donde ahora sonríe como director creativo del estudio que ha conquistado lo más alto de HBO con 'Pobre diablo'.
En los tebeos, Kandor era la capital de Krypton, el planeta extinto de Superman. Rokyn, que significa 'regalo de Dios', fue la tierra donde se establecieron los supervivientes de la tragedia.
–Rokyn, un nombre que vuela.
–Sí, como Kandor, también tiene que ver con Superman. Cuando se creó la empresa, propuse el nombre porque sonaba bien y me hacía ilusión que conectase con ese universo.
–La última vez que supimos de usted fue con 'Justin y la espada del valor'. ¿Qué pasó después?
–Fue la última gran peli que hicimos en Kandor. Funcionó muy bien a nivel mundial, no tanto en España. En Inglaterra, por ejemplo, sigue dando cifras fantásticas en las plataformas digitales.
–Acabó Kandor y empezó Rokyn.
–Sí, no hubo continuidad con Kandor. Se creó la nueva empresa, hablaron con nosotros y estuvimos encantados de que todo ese talento de Granada se volcase en una nueva aventura. Y aquí estamos, intentado liderar la parte creativa (ríe). Y bueno, hemos estado años haciendo trabajos para otras compañías, publicidad, trabajos de apoyo… un montón de cosas. Pero 'Pobre diablo' ha sido con el que hemos vuelto a hacer un trabajo completo de estudio.
–Un estudio así, en Granada, sigue pareciendo un milagro.
–Quizás era más excepcional en la época de 'Justin' porque entonces hubo un equipo de 160 personas de 10 países distintos viviendo en Granada. El milagro ya no es tanto porque se ha roto el mercado, la deslocalización es total. Es alucinante, la gente puede acceder a casi cualquier puesto, en casi cualquier producción. Aquí agradecemos estar juntos porque los procesos son más rápidos, el feedback más interesante, surgen ideas… Yo siempre defiendo trabajar en el estudio, pero es cierto que ya no hace falta estar físicamente. Ese concepto que trajo la pandemia se va a quedar.
–Son una cantera formidable.
–El hecho de formar a gente desde cero, en Granada, y que esa gente pase de no estar trabajando a ser parte de los títulos de créditos de una serie de HBO, eso es súper chulo. Es una pasada. Lo que siempre ha jugado a favor de nosotros de estar en Granada es que aquí hay realmente un talento que en otras ciudades no encuentras tan fácilmente.
–¿Alguna vez le dijeron por qué no se va de Granada?
–Sí. Hemos tenido ofertas para irnos a Málaga, a Canarias… a un montón de sitios. Pero nosotros somos muy cabezones y somos, también, los mejores embajadores de Granada (ríe). Allá donde vamos decimos lo bonita que es nuestra ciudad. Cuando acabé la carrera tenía claro que había dos extremos: o Granada o Estados Unidos, pero nada de Madrid, Barcelona, Londres... Optamos por crear una pequeña empresa, Kandor, que dio trabajo a mucha gente y eso es lo que está pasando ahora con Rokyn.
«Es súper chulo ver cómo jóvenes que no trabajaban pasan a ser parte de los títulos de créditos de una serie de HBO»
–¿Qué supone el éxito de 'Pobre diablo' para Granada?
–Supone otro empuje más a esa corriente de arte que hay en la ciudad, junto al dibujo, a la música, al cómic… Puede hacer que Granada sea considerada como algo más que turismo y demuestra que es motor cultural de Andalucía. Y, aunque en la serie han trabajado profesionales de Madrid, Barcelona o incluso Alemania, el control y los puestos clave de la serie está ocupados por gente de Granada. Todo un orgullo.
–Y todo un hito.
–Hubo intentos antes, otras series de animación para público adulto, pero parece que 'Pobre diablo' es la primera que ha trascendido y ha cogido un formato más sólido. Joaquín Reyes, Miguel Esteban y Ernesto Sevilla están súper ilusionados porque puede ser el inicio de una edad dorada para este tipo de animación. La animación española está considerada la quinta del mundo, después de Japón, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, pero por primera vez una serie española puede plantar cara a otras producciones internacionales, es el inicio de algo que no existía. Una pica en Flandes.
–La pica es que han vencido a 'The Last of Us'.
–Mira, en el mejor de los escenarios pensábamos estar en el tercer o cuarto puesto del top de HBO… Cuando vimos que estábamos por encima de 'The Last of Us' no nos lo creíamos. Estamos hablando de la serie más publicitada y potente que hay en todas las plataformas. Y ahí hemos estado, diez días por delante.
–¿Qué esperan ahora?
–Estamos convencidos de que habrá segunda temporada por el respaldo de la gente. Hay comentarios negativos, claro, pero la mayoría son positivos. Ver que la gente tuitea y tuitea, que nos mandan mensajes, que nos dicen 'tío, con el siete me habéis hecho llorar'… La acogida ha sido muy bonita.
–¿Cuál es la clave para que funcione la serie?
–El ingrediente brutalmente necesario para una serie como esta es el guion. Todo lo que hacemos nosotros tiene que estar al servicio de contar una historia. Si la historia no es interesante, por muy bonito que sea el trazo, por muy bonitos que sean los colores, no sirven de nada. Que 'Pobre diablo' haya llegado donde ha llegado es, en un noventa y muchos por ciento, porque la historia merece ser contada.
–Y parece que merece seguir contándose en más temporadas.
–La perspectiva es súper buena, el éxito de 'Pobre diablo' augura un futuro muy bueno para el estudio. Hemos demostrado una cosa muy difícil, ¿sabes? Siempre digo que hacer una película o una serie es un desafío tan grande a tantísimo niveles, que terminarla ya es una proeza. Si encima te da la alegría de que gusta, como 'Pobre diablo', más todavía.
«La perspectiva es súper buena, el éxito de 'Pobre diablo' augura un futuro muy bueno para el estudio»
–¿Cuál es el gran sueño?
–La animación parece que fuerza a ser familiar, así que trabajar en animación para adultos era parte del sueño. Otro pequeño sueño cumplido es hacer animación tradicional, nos hacía mucha ilusión volver a procesos más clásicos. Y hay muchos más sueños en marcha… 'Pobre diablo' nos va a abrir la puerta a arrancar, a corto plazo, un par de proyectos súper interesantes que estaban en el cajón.
–¿Qué proyectos?
–¡Todavía no se puede contar! (ríe) Pero muy chulos, ya verás.
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