Get Back, regresa, Get Back
El eJe ·
Los Beatles siguen tan jóvenes como siempre. Tan jóvenes que da miedo
Me da miedo no ser nunca tan joven como lo fueron los Beatles. «Yo quiero una cerveza», dice John, apartándose del piano con un silbido ... que parece poesía. Paul aporrea una libreta como si fuera un interrogatorio: «¡Dame la canción!», grita, desesperado. Ringo está atrás, fumando entre las sombras al ritmo que marca la melodía, subiendo y bajando el cuello, jugando con la baqueta ta-ta-tatá. Y George, el más chico de todos, mira el mundo girar mientras su cabeza y sus sueños y sus complejos y su guitarra lloran suavemente. Los cuatro están dentro de un precioso casete azul, guardados en la guantera del coche.
Papá pide a mamá que saque la cinta y la ponga, a ver si así no nos mareamos. Ella sabe que no va a funcionar, pero lo hace de todas formas. Cuando aprieta el botón con un fuerte 'clac', los Beatles siguen por donde lo habían dejado la última vez: «Get back, get back, get back to where you once belonged». Atrás, nos ponemos de pie y saltamos en un espacio ridículo sin entender ni una palabra de lo que cantan: «Regresa, regresa, regresa a donde alguna vez perteneciste». Mamá insiste en que nos sentemos y dos minutos después ya estamos a punto de vomitar. En la entrada de Lupión, el pueblo de papá, suena 'Yesterday'.
Treinta años después, encuentro en la pantalla del salón aquel casete azul del coche. Me acerco lentamente, como Alicia cuando se asomó por la cerradura, y veo por el agujerillo a los Beatles, tan jóvenes como siempre. Tan jóvenes que me da miedo. Nos sentamos con ellos, en el sofá, y nos ponemos al día. Les cuento que papá ya no está y Paul, poco después, encuentra la melodía que estaba buscando. «Get back, regresa, get back...». De vuelta al coche, les ponemos música a lo niños y pienso en si alguna vez serán tan jóvenes como los Beatles.
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