Triunfo de la Filarmonía de Granada y Ricardo Espigares
El Auditorio Manuel de Falla acogió un lleno para esuchar a la joven agrupación
José Antonio Lacárcel
Martes, 2 de enero 2024, 23:54
El auditorio del Centro Manuel de Falla ha vuelto a felicitar estas fiestas navideñas y de Año Nuevo, con un interesante concierto con acento muy ... muy granadino. Concretamente intervenían la Orquesta Filarmonía de Granada, que dirige su mentor y alma auténtica de la agrupación, el joven director Ricardo Espigares Carrillo, y teniendo a un elenco solista constituído por las voces de Teresa Villena, soprano; Leticia Rodríguez,mezzo;y Víctor Cruz, barítono. El aforo del Falla se llenó completamente, con un público ávido de escuchar buena música, tanto española, como europea, y con una orquesta que ya tiene bien acreditada su solvencia, su capacidad interpretativa, su seriedad en los planteamientos y también en la obtención de auténticos resultados.
El concierto tenía eso que podemos llamar una línea argumental. De hecho se titulaba 'De Viena a la España castiza'. Toda una declaración de intenciones. Todo un argumento explicativo de lo que íbamos a escuchar. Y para concretarnos en el programa añadir que las obras eran de Suppé, Bizet, Johann Strauss, hijo; Federico Chueca; Gerónimo Giménez; P.I. Chaikovsky, J. .Offenbach, G. Rossini, Pietro Mascagni, Pablo Sorozábal, Ruperto Chapí, y como punto final, como corolario adecuado, pues ya sabemos, El bello Danubio Azul, como homenaje a la tradición vienesa que estamos copiando en todos los lugares de Europa y que sirve, y de qué manera, para felicitar estas fiestas tan entrañables y hermosas.
La Filarmonía de Granada es una orquesta que está cada vez mejor. Predomina una triunfante juventud, aunque a veces también se incluye la presencia de algún cualificado veterano. Es un elenco muy seguro, con una afinación muy lograda, con un adecuado equilibrio entre las familias instrumentales. Se advierte que a su frente hay un excelente músico como es el joven Ricardo J. Espigares Carrillo, un ejemplo claro de constancia, de trabajo muy serio, de asumir una serie de responsabilidades y entregar todo su entusiasmo, todo su saber, toda su calidad musical, a la hermosa tarea que se trazó desde hace algún tiempo. Y ahí están los resultados. Discípulo destacadísimo del maestro Enrique García Asensio, tiene un concepto muy claro y muy exacto de la música. Y la orquesta le sigue, como le han seguido los jóvenes solistas, donde me ha gustado especialmente la buena voz y el saber estar de Leticia Rodríguez, donde Teresa Villena hizo un buen alarde en su Me llaman la primorosa, de Giménez, y donde el barítono Víctor Cruz puso lo mejor de sí mismo en cada una de sus intervenciones.
Me quedo sobre todo con la excelentes versiones orquestales de El murciélago, de La boda de Luis Alonso, del Danubio Azul, sin olvidar el Vals de las flores y el intermedio de Cavallería. Gran concierto que se cerró con la tradicional marcha Radzetsky, coreado con las palmas del público.Muy buen rato y mucha buena música.
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