La OCG termina su temporada

El concierto se inició con la 'Fanfarria para el hombre común' del compositor americano Aaron Copland, una obra muy lucida, muy propia del estilo americano de mediados del siglo XX. Buena labor de las secciones de metal y percusión que, con unas trompetas muy seguras y un eficaz trabajo del timbalero J. Esteve, ofrecieron una buena versión de esta pieza. A continuación pudimos escuchar la 'Sinfonía num.1, Sinfonía clásica' de Sergei Prokofiev, una obra de clara inspiración en las piezas sinfónicas del Clasicismo pero con la sonoridad propia de las primeras décadas del siglo XX. Macías y los músicos entendieron bien la obra y obtuvieron un buen resultado de la misma; diferenciando bien los distintos planos sonoros pero dentro de un sonido compacto y bien empastado, nos hicieron llegar la frescura de esta pieza en la que debemos destacar el buen trabajo del metal y el excelente papel de la madera. El concierto se cerró con el 'Réquiem en re menor, op. 48' de G. Fauré, una obra que más que el carácter tétrico propio de su temática, nos transmite unas sensaciones de optimismo poco habituales en este tipo de piezas. En los papeles solistas el barítono Gianfranco Montresor y la soprano Natalia Laubordette ofrecieron buen nivel; con un registro medio muy bueno el primero y un timbre muy agradable la segunda, ambos solistas cumplieron sobradamente en sus intervenciones, demostrando eficacia y musicalidad. Creo que es meritoria la labor realizada por Héctor Eliel Márquez al frente del Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, pues ante dificultades ocasionadas por la situación sanitaria como son la excesiva distancia y el complicado hecho de tener que cantar con mascarilla, la formación vocal cumplió, yendo a más a lo largo de la obra.