«Telonear a Scorpions nos hizo sentirnos estrellas de la música por un día»

–Han pasado unos años pero ¿qué recuerdos conserva de aquel día que telonearon a Scorpions?

–Aquello fue un sueño no sólo cuando nos subimos en aquel escenario grandioso a tocar, sino todo lo que hubo antes. Fue increíble el trato que recibimos como artistas profesionales. El backstage, la vigilancia, los camerinos... tuvimos la sensación de sentirnos estrellas por un día.

–¿Qué queda en Espi de 'Retorno al paraíso', su primer disco en solitario, de aquel José Espigares, vocalista de Humano, que compartió escenario con Scorpions, Stereophonics o Pereza?

–Sigo siendo el mismo. Conservo la misma ilusión y pasión por la música, pero con unos años de experiencia que suman más que restan. Permanecen en mí intactas las ganas de hacer buena música, de crear temas nuevos, de sorprender, de experimentar… y por supuesto de disfrutar encima del escenario. A ello se le suma mayor calma, prudencia, crecimiento vocal y conocimiento del mercado. Ya no hay tanta prisa por llegar, sino de disfrutar por el camino. Desarrollar una carrera artística larga no implica una línea recta, sino que te lleva a transitar por muchos altibajos y recovecos.

–¿Cuál es el recorrido de este disco, donde experimenta con el pop, el rock y la música electrónica?

–El recorrido por mí sería hasta el infinito y más allá, pero la respuesta la dará el público. Él es el que decide. Los próximos meses tenemos previsto presentar este trabajo en salas de Granada, Málaga y Almería, y esperamos empezar el año con nuevas fechas y nuevos vídeos que consoliden esta apuesta. Creo que esa combinación que comentas de pop, rock y electrónica funciona muy bien tanto en pequeñas salas como en festivales o conciertos con toda la banda al completo, donde el sonido de Espi es como dices, más contundente. Tenemos un repertorio propio con mucha energía, que incluye algún cóver más intimista, pero en general muy cañero.

–¿Qué caminos le quedan por explorar a Espi?

–Espero que muchos y durante mucho tiempo, porque la música está viva. Cada día surgen nuevos estilos que incorporamos, a veces sin querer y otras queriendo. Me paso ocho horas cada día escuchando música. Me encanta que me acompañe en mi trabajo diario, y de repente subir el volumen porque he escuchado un sonido nuevo con el que conectas, te envuelve y ya lo haces tuyo.

–Sube al escenario acompañado de musicazos con larguísima trayectoria como Jesús Peinado (bajo), Enrique Espigares (teclados), Fernando Carreño (batería) y David Fernández (guitarra). Menudo lujazo. ¿Qué aporta la banda a este proyecto más personal?

–Es un proyecto personal pero rodeado de mi equipo de músicos de siempre. Si bien es cierto que yo tomé la iniciativa para hacer este trabajo y marqué el rumbo, somos una banda y cada uno da lo mejor de sí. Sobra decir que son excelentes músicos, y además tenemos mucha confianza en el escenario y fuera de él. Nos sentimos a gusto tocando; eso creo que se transmite en el escenario y es el verdadero lujo. Cada uno tiene proyectos independientes en la música y en otras profesiones, pero cada vez que ensayamos o tocamos en directo surge esa complicidad resultado de muchos años juntos. Para este disco he contado con la producción de Eduardo de la Osa Crespo, Chelui Salmerón como ingeniero de sonido y una letra compuesta por Pali lopez que se suma a las que hemos hecho mi hermano Enrique Ghares y yo.

–Los conciertos de Espi son una experiencia única por esa conexión inmediata con el público. ¿Cómo lo logra?

–Disfrutando. Creo que esa es la clave. Una vez que te pones frente al público tienes una responsabilidad que es darlo todo. Y eso intento, pero además pasándolo bien.

–Usted tiene una dilatada trayectoria en el mundo de la producción y la composición, pero sin lugar a dudas el directo es su terreno. Hay quien ha llegado a compararle con el mismísimo Bono. Tela marinera...

–No es falsa modestia, pero si alguna vez alguien ha visto en mí, aunque sea muy lejanamente, a Bono, me doy por muy satisfecho. La influencia de todo mi bagaje musical está ahí, y es lógico tener influencias de tus maestros, coger algo de Freddy Mercury, aprender algo de Farina, de los Stones o de Raphael… Da igual quienes te inspiren si son grandes como ellos. En esto no hay que perder nunca la humildad, pero tampoco las ganas de seguir mejorando. Y de quien mejor que de Bono, por ejemplo.