Manuel Coves | Director de orquesta

«Teatralizar la música es una forma excelente de acercarla al público»

–¿Quién es Manuel Coves?

– (Sonríe) Un músico que nació en Linares pero que lleva algunos años residiendo entre Granada y Madrid. Y que ahora está preparando con la OCG, una de las orquestas de referencia en Andalucía por su trayectoria, un programa que ofreceremos mañana viernes en Úbeda.

–¿Cómo se inició en la música?

–Soy hijo de la generación musical de los 80, cuando en nuestra tierra se abrieron 80 conservatorios casi de golpe. Por fin, quienes vivíamos en ciudades medianas teníamos la oportunidad de estudiar música. De aquella época se nutre hoy el profesorado de la práctica totalidad de los centros, y otros nos hemos dedicado profesionalmente a la interpretación, a la postre.

–¿Qué instrumento eligió en primera instancia, antes de convertirse en director?

–El piano. Siendo profesor en el conservatorio de Córdoba, entré en contacto, sin embargo, con las artes escénicas musicales: la ópera, la zarzuela y el ballet, y me fui al Teatro de la Zarzuela como pianista correpetidor, donde actué prácticamente con todas las que luego han sido o son grandes figuras del panorama internacional. Después, me acerqué a la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular del teatro, y seguí el camino habitual en estos casos:empecé a dirigir ensayos de orquesta desde el piano, hasta que el día en que José Ramón Encinar me hizo colocarme por primera vez ante el grupo para dirigir un ensayo de 'La voz humana', de Poulenc.

–¿Qué le gusta de dirigir la orquesta en escena?

–Que es un lío, a veces, bastante gordo... (ríe). No sólo tienes que estar pendiente de los músicos, sino de todo: escenografía, coro, cantantes... Se puede decir que 'me va la marcha' y me gustan los retos.

–¿Qué es lo más importante que debe tener un director con este perfil?

–Capacidad de gestión. Fui aprendiendo poco a poco, en los años de la Zarzuela, cómo funciona esa maquinaria escénica, Y lo asumes. Es tu hábitat. Sabes que cuando vas a empezar no eres tú quien decide, como ocurre con un concierto sinfónico, sino que hay muchos factores más.

–¿Cómo comenzó esa relación de amor que tiene con la dirección musical de ballets?

–Pues de la forma más natural. El Ballet Nacional necesitaba un director para dirigir un montaje dedicado a Sorolla, y hablaron bien de mí. Comencé a trabajar con Najarro, luego la CompañíaNacional, donde entonces estaba José Carlos Martínez, me reclamó. Posteriormente, comencé a dirigir en los grandes teatros europeos con ballets de primer nivel, y hasta hoy. Este año, por ejemplo, dirigiré en el centenario de Rainiero de Mónaco con la orquesta y el ballet de Monte Carlo, y en las óperas de París y Londres.

–¿Cuál es su repertorio favorito?

–Me gustan tanto los títulos clásicos como los creados en estas últimas décadas. Y no tengo problemas con una escenografía u otra, mientras lo que vea el espectador sea plenamente coherente con el mensaje que la música, las letras o el argumento transmiten. Teatralizar la música es una excelente forma de acercarla al público.

–¿Qué es lo que más le gusta de vivir en Granada?

–Todo. Tener aquí a mi familia, a mi hermano, músico como yo, a mi madre... Es estupendo.