Sierra Nevada, 'Grandes éxitos'
Por todo lo alto ·
El festival cumple 15 años con varios miles de invitadosJuan Jesús García
Domingo, 24 de agosto 2025, 01:12
Si se ha puesto de moda la celebración 'de los 15' entre la chavalería, ¿por qué no hacerlo con otros eventos? Así, el festival 'Sierra ... Nevada por Todo lo Alto' ha cumplido los tres lustros con un programa que, haciendo un símil discográfico, podría llamarse 'lo mejor de', ya que concentra en dos noches las treinta anteriores… ¡un mes entero de músicas ya!
La noche del viernes arrancó con las versiones de The Sastres, un nombre muy compartido y que tiene en Granada también su franquicia. Con las plazas hoteleras operativas completas, SNPTA es una cita ya estable en el calendario granadino (¡que, ay, este año coincide con el festival de Otura!), con características muy atractivas: gratuitos, familiares, 'dog fiendly' y a precios económicos de alojamiento.
Picnic de altura
Un millar y medio de espectadores acudieron ayer viernes para su primera noche, huyendo de la parrilla capitalina y esa, no se sabe si calima o humo con sabor a cenizas, que enturbia el horizonte. A ras de cielo, a la caída del sol, el fresco parece un regalo tras las semanas torrefactadas que llevamos; sí, frío, tanto que para los recién llegados antes había que encender el pebetero olímpico para que templaran algo sus cuerpos vestidos de verano. Sucede todos los años, y es que cuesta procesar que a 30 minutos de distancia la temperatura pueda bajar otros treinta grados. Los más habituales, en cambio, bien abrigados y pertrechados, se lo toman como un picnic de 'altura', escuchando la música desde el fondo con sus sillas, mesas familiares, meriendillas incluso, y ¡hasta tumbonas! La felicidad debe ser algo muy aproximado a eso.
Tras el bullicioso tono guatequero de los The Sastres, cuyas clonaciones hasta reconocía el mismo mismo 'Shazan' (muy ochenteros: desde Mecano a Tom Petty o Eurytmics), el turno fue para Mateo Ortega y sus Sugar Daddies, que hacen bueno su nombre, ya que combina juventud, mediana edad y veteranía. Es una formación completamente longitudinal con un inmenso Juan Justicia en plan ortodoxo como segundo de abordo, y Antonio Valero de jefe de máquinas junto al ubicuo Tomy Moore. Con semejantes socios queda claro que el blues rock más trotón y canónico manda en esa casa, coronado por una voz de retrosabor dulzón y tostado a lo Sam Cooke que contagia de buen gusto todo lo escuchado, por ejemplo ese 'Give me time' (de factura y propia muy Allman Brothers)… ¡Hasta que Justica rompe las costuras!
El cóndor de Sierra Nevada
Y es que al solista de los tremendos The Fixed es difícil sujetarle cuando sus dedos cogen la temperatura de demarre. Justicia y Pedro de Dios son de la la misma familia pero hablan dialectos distintos. Resumidos Guadalupe Plata a dúo tras la baja (que se echa de menos) de Paco Luis Martos, Pedro y Jimena se han reconcentrado, espesando su engrudo de paleoblues a pulso y demás ingredientes del terruño que han ido añadiendo, hasta ser un alucinado trip que se sabe cuando comienza pero no cómo termina: le dijeron al regidor que les avisara cuando agotaran su horario porque una vez en trance el tiempo dejaba de existir. Curiosamente su concierto, de ambientación infernal como siempre, siguió un cierto orden cronológico que permitía notar evolución de sus intereses, desde 'Cementerio' o 'Lorena y 'Qué se siente la matar un gatito', de hace década y media, a sus recientes versiones de la 'Cigüeña' (del folclorista castellano Agapito Marazuela), la andina 'Lo mataron' o el universal 'Cóndor' que sobrevolaba, en este caso, Sierra Nevada.
Fondo de armario
Pasada ya la una de la madrugada, con los más pequeños y los perretes resistiendo como jabatos/as, y echando a esas horas ya de menos el calorcillo vivificante del antiguo pebetero para templar los cuerpos enfriados, subieron a tocar los Limboos. La banda gallega puso el punto retro con su mambo&roll de calidad superlativa el final de la primera noche del festival alpino. Sobre un swing exquisito de la rítmica, animaron al personal con la música de sus padres, (o abuelos) fabricada con herramientas que eran vintage mucho antes de que se inventara la palabra, como por ejemplo un órgano Phillips Philicorda tan ye-yé. Pocas bandas tienen un fondo de armario tan rico que les permita mezclar culturas con tanta autoridad, conocimiento de causa y arrebato, para ir sin despeinarse del R&B, al fox-trot o al boogaloo y marcarse acto seguido, por ejemplo, una pieza de puro pop inglés digno de Brian Auger (y Julie Driscoll cuando canta la baterista). De 10 cum laude.
Para completar el fin de semana el sábado la plaza de Andalucía el cartel ha hecho una apuesta por el punk con los glamurosos Zutatem y los bregados estadounidenses Briefs, invitando a repetir por aclamación popular a los primos hawaianos de nuestro Raskayú, Los Tiki Phantoms. Sin olvidar una de las actividades más demandadas y que dan carácter a su programa: las matinales clases infantiles de música, que hace semanas ya tenían las plazas agotadas.
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