«El secreto es un vaso de gazpacho y escuchar a Camarón»
Los sevillanos, junto con Kiko Veneno, encabezan el Dee Festival de Dílar este fin de semana
Juan Jesús García
Miércoles, 4 de junio 2025, 00:35
La gran banda de Rock Progresivo Andaluz, Derby Motoreta's Burrito Kachimba, estará este fin de semana en el Dee Fest con el maestro Kiko ... Veneno, y escoltados por Repión, Los Mejillones Tigre, y los flamantes ganadores del concurso Emergentes Planta Baja 2025: Yo estoy bien, el mundo está mal. Música, turismo rural y ambiente familiar para una tarde irresistible. José Manuel Cabrera, Gringo, su guitarrista, nos sitúa en la actualidad de la banda, que pasa por el aclamado 'Bolsa Amarilla y Piedra Potente', su tercera referencia.
–Sevilla está en un momento muy inspirado… ¿Lo sienten así?
–Sí, Sevilla ha sido un sitio inspirado e inspirador, donde diferentes afluentes se unen. La tradición muy roquera, muy blusera y muy flamenca ha arraigado, y hay proyectos muy interesantes que están funcionando… ¡Pero ustedes siguen teniéndola corona de indie en Granada!
–En capítulos anteriores dijo que funcionaban internamente como una cooperativa.
–Sí, sobre todo a nivel compositivo somos una cooperativa de ideas. Uno será de habas o zanahorias, pero luego en la mesa comemos todos. Hay un trabajo en equipo que es el motivo de la solidez de la banda, que no responde solo a una sola voz, esa es nuestra riqueza.
–Cuanto más les oigo más pienso que se cayeron de pequeños en alguna marmita de poción psicodélica ¿existe la poción kinkidélica?
–Sí, nuestro secreto es un vaso de gazpacho cada ocho horas y escuchar a Camarón (risas).
–¿Les han dicho en su disquera que lo importante en estos tiempos son los primeros segundos?
–La verdad es que no, porque desde nuestros comienzos ya sabían lo que hacíamos, y no se acercaron a nosotros con ofrecimientos más allá de valorar un proyecto interesante.
–Y aún así saltándose las leyes de TikTok han sido número uno de ventas…
–La música no es solo la del que más reproducciones tiene en una plataforma, sino que hay que ir un poco a los conciertos a experimentar; ir a una sala donde toca alguien desconocido y dejarse llevar… Trabajar con los pies en todos los sitios. Hay mucha más música de la que escuchamos, y propuestas muy interesantes.
–Y por si fuera poco, en directo se dejan llevar...
–En el directo nos gusta que sea una experiencia, no como si le hubieran dado a un 'play' de un reproductor. Somos seis notas ahí, sudando, pasándoselo bien y disfrutando de lo que más nos gusta. Hace tiempo hicimos un pacto con el diablo como Robert Johnson, cruzamos el camino y decidimos que nuestra vida iba a estar intrínsecamente ligada a la música, y en directo nos dejamos arrastrar por la energía de la gente.
–Entre su gente hay muchos jóvenes, casi una anomalía…
–Esa sensación tenemos también. Es una suerte tener un abanico amplio de público, desde el colega de más de cincuenta que llegó a ver a Triana en su momento y siente una cierta nostalgia, a gente en la onda neo psicodélica, que es la nuestra, la de los King Gizzard, Impala, etc.
–¿Qué opinan de la que se está liando con los festivales que cotizan en Wall Street?
–Es una burbuja que está explotando. Después de la pandemia hubo un desequilibrio de música, y estamos viendo como fondos de inversión, cuya única mentalidad es ganar dinero se están metiendo en los festivales, que en su origen no eran tan economicistas, sino que lo primero era juntar en un día varias bandas y sus públicos, más que hacer caja. Es un terreno bastante peligroso.
–En 'Bolsa amarilla y piedra potente' tengo la impresión de que hay más presencia de teclados ¿el futuro inmediato va por ahí?
–No lo sabría decir. En ese disco trabajamos de una forma diferente, con tiempo para componer sin estar de gira, y empezaron a apreciar canciones que pedían otra serie de arreglos. Yo soy guitarrista, pero hay momentos en los que no quiero oír más guitarras; eso es parte de la riqueza musical. Uno de mis grupos favoritos fueron los Beatles, que comenzaron tocando una cosa y luego terminaron siendo inabarcables, y eso es lo que pretendemos
–¿Ser los nuevos Beatles?
–(carcajada) No, ni mucho menos, pero sí hacer la música a la que llegamos después de cada experiencia, colectiva o individual.
–Tras la peli de Monzón y el anuncio de Cruzcampo ¿han recibido algún tipo de propuesta más en este sentido?
–Hemos tenido algunas 'sincros' en varias series que han cogido algunas canciones nuestras, pero llamarnos para hacer música nueva de momento no hay noticias.
–Vienen a Granada y, perdone la rivalidad cervecera: ¿le podrían música a una Alhambra?
–(carcajada) Nosotros le podríamos música a todas las cervezas, siempre que estén fresquitas.
–También está Kiko Veneno. ¿Habrá emparejamiento? Porque ustedes no hacen versiones de nadie y sería una buena idea...
–Estamos viendo a ver si es posible combinar los horarios. Para nosotros estar con Kiko es como beber de la fuente; es un referente, un amigo y tiene una energía increíble. Es muy cariñoso y siempre está pendiente de lo que hacemos. Ojalá podamos cuadrarlo. Pero lo otro… Ya no sé, porque no somos muy amigos de las versiones. Solo hemos participado en la interpretación colectiva de 'La leyenda del tiempo' en el Monkey Week. Entendemos hacer una versión como coger una canción y hacerla nuestra, es un trabajo bonito pero lleva su tiempo, porque es como hacer una pieza nueva.
–¿Cuál es la pregunta que más les repiten en sus entrevistas?
–Todavía lo del nombre, tío, y ahora que hacemos excursiones por América más, porque allí arrancamos de nuevo y tienes que explicarlo todo otra vez.
–¿Y qué responden?
–Cada vez de una forma distinta. Primero tirábamos de inventarnos las respuestas e incluso de la triste y cruda realidad.
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