Santiago Auserón: Coloniales y ultramarinos
La banda de don Juan suena a disco de pizarra remasterizado, con un esforzado 'crooner' por delante
Juan Jesús García
Granada
Jueves, 22 de julio 2021, 00:18
P ara los chavales de la generación de Santiago Auserón, los establecimientos que colgaban ese rótulo encima de su puerta invitaban a soñar con territorios ... desconocidos, lejanos, culturas sorprendentes y aventuras infinitas. «Coloniales y ultramarinos», dos palabras que encendían la imaginación al menos tanto como el dial de Onda Costa de la radio repleto de ciudades ignotas, cuando el mundo era infinito y no estaba en un click. El doctor Auserón sin duda se sitió fascinado por aquellos territorios de ultramar, bañados por 'el gran azul', que envolviendo un Caribe lleno de pecios repletos de oro recoció tradiciones humanas, religiones, idiomas y culturas. En estas páginas dijo ya que le gustaría haber sido un «viejo bluesman de Nueva Orleans», y lo ha conseguido, con una orquestina de velador y baile (mayormente 'agarrao') completa.
Lo que para muchos fue una sorpresa fue descubrir sus dotes de 'entretenedor', armando un teatrillo cargado de erudición (citando a Estrabón, o a Góngora si hay controversia, que la hubo), humor fino, ironía, rozando la autoventriloquía, la telepredicación… en el punto medio entre Dalí, Amestoy, y (con perdón) José Luis Moreno. Locuaz y nutritivo aderezo a un cancionero equidistante de las costas de Cuba, México y Lousiana, con breve fondeo en algún puerto esclavista más al sur.
«Gracias por invitarme a este festival animalista, donde podemos entrar los perros», dijo como presentación (¡en un parque donde los de cuatro patas tiene el acceso prohibido, por cierto!), dando comenzó a un concierto a ritmo de cumbia. La banda de don Juan suena a disco de pizarra remasterizado, con un esforzado 'crooner' por delante. Pasan por el filtro de un elegante swing otros ritmos y cadencias, se atreven con el bolero 'filin', con la rumba soneada (dedicada al percusionista Tata Güines, ¡que pasó temporadas en Granada!), el rock tranquilo, los sonidos de ambos lados de Río Grande, y hasta el reggae levemente jazzificado. «Música popular», en sus palabras, de ida y varias vueltas, con visado y muchos cuños en su pasaporte. Expuesto todo con el exquisito soporte de la guitarra 'old style' de Joan Vinyals, una suerte de Ry Cooder personal para Auserón, y los muy matizados –aunque con proteico solismo en sus espacios– David Pastor y Gabriel Amargant en los vientos.
Para el doctor Perro 'la radio' es mucho más 'pasada' que para su público, que llenó completamente su concierto, con gente en la calle esperando las entradas sobrantes como el maná. Y es que su antiguo grupo marcó a una generación. No hubo concesiones a la sentimentalidad nostálgica. Recorrió su discografía solitaria, desde 'A un perro flaco' de 1995 a 'Ambar' de 2021, y al final, entre 'tributos' a Duke Ellington/Herb Jeffries y Fats Domino sonó apenas 'El puente azul': «Buscándose en los ojos la estrella del sur, cayeron las palabras como gotas de lluvia en el suelo» (¡a ver quién supera esto!). Mejor nos iría con menos autotune y más Juanes Perro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión