Ambiente
La Saikomanía arrasa GranadaLos prolegómenos del concierto componen una marea de juventud llena de oleadas de adrenalina y endorfinas
El año 2025 es para Granada y el mundo entero el año de la Saikomanía. La rutilante estrella del nuevo panorama musical celebró en el ... Centro Comercial Nevada, a escasos metros de su casa, su único concierto de todo el año y desató la Saikomanía en un verano del amor reflejado en oleadas de adrenalina y endorfinas envueltas en rap, reggaeton, pop y trap.
A las cinco de la tarde, hora de toros y toreros, hora de Lorca y poesía, el Centro Comercial Nevada y sus aledaños es un hervidero. Nunca mejor dicho. Jóvenes, adolescentes y algún que otro despistaíllo merodean por el lugar y se aprestan a hacer cola para disfrutar del gran concierto.
Quedan más de cinco horas, está previsto a las diez y media de la noche, y aquí hay mucho movimiento. Destacan los papis y mamis, que paran un poco donde pueden y del auto bajan hijos, hijas, amigos y amigas que no se van a perder lo de Saiko ni por todo el oro del mundo.
Los megafans y sus outfits
Están también los megafans, mayormente visten la camiseta del glorioso Granada C. F. Otros, los listillos, que tratan de colarse por entre las vallas del espléndido dispositivo montado por la Policía Local de Granada para la ocasión. También se ven a muchos voluntarios de Protección Civil.
De momento la función funciona, se aprecia la llegada escalonada de la chavalada, que en muchas ocasiones recordará más los momentos previos, la divertida espera, las caras conocidas, los flechazos y anhelos, que el concierto en sí, ése que ya han vivido soñado, cantado, coreado, gritado y bailado una y mil veces en Youtube, Instagram o TikTok.
Como en todo buen concierto que se precie, hay teloneros, aunque en este caso el recital más estridente es el que perpetra un agente con su silbato. Habemus un nuevo Pavarotti en la ciudad, y es bien de agradecer. De momento evita cualquier retención, parada o desvío del personal y los lleva a todos por la senda marcada.
Pasadas las seis de la tarde, un fogonazo, una luz cegadora, un disparo de nuevo, una furgoneta oscura con cristales más oscuros que sale del 'backstage' del escenario del aparcamiento del Centro Comercial Nevada. En las vallas de seguridad, medio centenar de adolescentes que gritan como si les fuera la vida en ello, que les va. Presientes que dentro está él, Saiko.
Emoción sin contener
El griterío es ensordecedor, en plan Beatles años sesenta. Hay conatos de histeria y niñas y niños llorando, emocionados. Saiko, apacible y encantado de mezclarse con los suyos, con los de siempre, con los de toda la vida, besa, firma, pilla los móviles que le ofrecen y se hacen selfies, firma todas las camisetas del Granada CF y todas las pancartas que le ofrecen.
El momento quedará grabado en la retina de todas estas personas, que han esperado lo suyo en la confianza de tener ese momento único, inolvidable, mágico con su ídolo. Saiko ha estado veinte minutos largos dedicado a sus mejores fans y se le ha visto en su salsa, en su Armilla, con los suyos.
Las puertas se abren a las ocho en punto de la tarde. Ordenadamente, la peña ocupa sus distintos espacios más o menos cerca del escenario. El concierto, en unas horas de esta jornada de viernes, tiene pintas de apoteosis.
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