Mil profesionales de las artes escénicas de Granada, al límite después de tres meses y medio con el telón bajado

Por eso, porque la situación es límite y porque necesitan respuestas ya –no mañana ni pasado–, se han unido en una plataforma que se denomina Gradae y que, por lo pronto, el lunes que viene ha organizado una marcha artística, a modo de manifestación, para que los ciudadanos de Granada visibilicen la preocupante coyuntura de actrices, bailarines, escenógrafos, guionistas, maquilladoras… pero también de una serie interminable de oficios asociados que van desde el técnico de luces o de sonido hasta los conductores de las furgonetas que hacen los transportes. Un enorme entramado empresarial en la cuerda floja.

La protesta del día 6, en la que los organizadores extremarán todas las medidas de protección frente a la Covid, está inspirada en la idea del éxodo –de hecho, el cartel está ilustrado con una foto icónica de Sebastiao Salgado relativa al destierro–. En la necesidad de marcharse para buscar el sustento. Todos los participantes vestirán de blanco, gris y negro, y llevarán maletas. Los granadinos también pueden sumarse. Gradae sólo ha pedido que, en la medida de lo posible, porten carteles donde ponga 'público'. Partirá a las 19.30 horas desde el Paseo del Salón y terminará a las 21.30 horas en la plaza de las Pasiegas. Previamente habrá una parada frente al Ayuntamiento de Granada, donde se ha previsto una performance y la lectura de unos poemas de Federico García Lorca.

Pero ¿qué es Gradae? Pues un colectivo que surgió hace dos meses y que ya ha logrado la vinculación de unos trescientos profesionales de las artes escénicas de Granada (teatro, danza, circo…) «Surgió de una manera espontánea ante la situación de parálisis e incertidumbre que estamos viviendo», señala Laura, una de las integrantes de Gradae. «Una de las cosas más interesantes de esta iniciativa es que nosotros no contamos con una asociación o un movimiento que sirva de catalizador, sino que algún compañero vio la necesidad de dar un paso hacia delante, envió un correo electrónico, nos fuimos sumando y hemos logrado que el primer comunicado cuente ya con 170 adhesiones», explica Laura. Una respuesta que evidencia dos cosas muy importantes: la primera que urgen soluciones y la segunda que tienen que llegar ya.

Para ello, para que todos sus movimientos estén coordinados y sustentados en argumentos sólidos, han creado una serie de grupos que no han parado de trabajar en estos dos meses. El de 'documentación', por ejemplo, se encarga de rastrear cuestiones tan importantes como protocolos de seguridad o qué se está haciendo en otras provincias. También hay otros que se dedican a la comunicación. Entre sus funciones, realizar los vídeos que tanto alcance han tenido en redes sociales o mantener la web actualizada con todas las novedades. También están los de 'negociación', que son los que sientan para hablar con los políticos cara a cara. O los de 'acción', que son los encargados de realizar las propuestas. Todos ellos convergen en asambleas virtuales que al principio se hacían una vez a la semana y ahora cada dos.

Ya han elaborado un listado de peticiones concretas que incluso han tenido la oportunidad de trasladar a responsables institucionales como la diputada de Cultura, Fátima Gómez, o próximamente al delegado de Cultura, Antonio Granados. También han mantenido contactos telefónicos con la concejala de Cultura, Lucía Garrido. ¿Qué reclama Gradae a la administración? Reclama que se mantengan las líneas generales de actuación en materia cultural. Reclama que se retomen ya todas las programaciones. Reclama 'residencias artísticas' en teatros y demás espacios para que las compañías puedan ensayar, investigar y también preparar actividades que impliquen la participación ciudadana. «Igual que fuimos muy importantes para los hogares durante el confinamiento, también podemos ser una herramienta muy útil para la reconstrucción», asegura Concha, otra de las portavoces de Gradae. Y también reclaman una revisión general de las políticas de gestión cultural y una menor opacidad de las convocatorias para evitar episodios como el ocurrido con el Anfitrión, un programa de la Junta de Andalucía con un presupuesto de 400.000 euros «del que no ha tenido conocimiento la mayor parte del sector».

Pero la principal reivindicación de Gradae es que los teatros vuelvan a funcionar al cien por cien del aforo con mascarillas. Y es que las comparaciones son odiosas pero necesarias. Si las restricciones se han redefinido para los bares o para el desarrollo de determinados eventos, resulta cuanto menos paradójico que se mantengan las fuertes limitaciones para el público en plateas, graderíos y palcos. «Todos los espectadores miran hacia delante, no hay contacto físico, las entradas y salidas se pueden ordenar perfectamente para que no haya aglomeraciones, se pueden diseñar itinerarios unidireccionales y los edificios son grandes y altos», afirma Laura. Todo pasa por el establecimiento de una normativa que garantice que los asistentes no se contagiarán y que, al mismo tiempo, confiera seguridad a los programadores que, ante la duda, optan por continuar cerrados, argumentan desde Gradae.