Los problemas de un palacio del siglo XVI abandonado en Granada

«También habremos de intervenir –añade Navarro– en la última planta del ala derecha, donde en algún momento se introdujeron elementos que han derivado en defectos que hay que resolver». A todo ello hay que sumar la reparación de las cubiertas, por las que también penetra el agua, generando humedades.

Según Antonio Navarro, lo primero fue la realización de un catálogo donde se analiza todo lo que hay que conservar, que no es poco. A partir de ahí, todas las actuaciones se dirigirán a los refuerzos de sustentación y estructurales. Una vez lograda la consolidación, lo siguiente será la redefinición del sistema interior de comunicaciones y la redistribución de algunas estancias.

La biblioteca, por ejemplo, será una suite con unas maravillosas vistas a la Cuesta de Gomérez, a las Torres Bermejas y a la Puerta de las Granadas. El penúltimo paso será la reintegración de todos los revestimientos y la solería. Se mantendrá el precioso zócalo de tonos azulados de azulejos vidriados que rodea todo el patio y que está datado en el siglo XX, cuando los dueños eran ya los Marqueses de Cartagena. Lo último será la implementación de las instalaciones –electricidad, fontanería, climatización– orientadas a los nuevos usos hoteleros.