Poemas almohadillados o 'Historias esporádicas en una red social' de Jonathan Muñoz
Este joven con raíces gabirras reconoce que su vena poética es «circunstancial» y en la adolescencia comenzó a componer canciones
En junio de 2019, tras haber escrito algunos poemas aleatorios, Jonathan Muñoz, se planteó la posibilidad de hacer un poemario, pues no tenía suficiente tiempo ... para continuar con la novela que estaba desarrollando. Así nacía, justo un año después, 'Historias esporádicas en una red social' (Aliar Ediciones). Previamente, este joven con raíces gabirras decidió publicar cada poema en las historias de Instagram, de modo que solo eran públicos durante 24 horas. A ese texto le añadía una imagen relacionada y alguna canción que le hubiese inspirado. «Decidí pasarlos al papel porque después de mucho tiempo sin tenerlo claro, en referencia a sacar a la luz mis áreas artísticas, por fin sentí que era el momento oportuno, estando seguro de mí mismo y con objetivos definidos», explica antes de añadir que los poemas llevan como título una cifra precedida de almohadilla que corresponde al orden en que los fue escribiendo o publicando. «La almohadilla es por el llamado «hastag» en las redes sociales. Finaliza en el #98 por ser la fecha de nacimiento de mi hermano Samuel, pues a él está dedicado. Mis padres y mis hermanos tienen sus poemas en sus fechas de nacimiento».
Jonathan Muñoz reconoce que su vena poética realmente «es circunstancial» pues hace veinte años, en plena adolescencia, comenzó a componer canciones. «Sentía que con la música podía expresar mucho de lo que llevaba dentro. Con el paso del tiempo, aparecieron nuevas formas de expresión. A mí personalmente, escribir un poema me parece una sencilla oportunidad de poder plasmar con palabras un momento de inspiración, una idea o un sentimiento», añade este compositor y guitarrista autodidacta, más lector de novela que de poesía. Por ello considera que sus poemas de temática diferente se dirigen a todos y otros para alguien en específico. «Quiero resaltar a Inma, una persona muy especial e importante para mí. Por ella me di cuenta que podía hacer este libro, probablemente sin ella, no existiría», concluye. Poemas que van desde el sentimiento trágico de la vida (Llegamos a este mundo sin pedirlo y nos vamos sin quererlo), cuentan las sensaciones previas a un concierto de música en la ciudad condal, que concluye: Solo espero decir dentro de un largo tiempo,/ que en 2020 hubo una pandemia,/ nos mantuvo en el encierro/ y empecé a valorar cada momento intenso./ Por eso así vivo, por eso así muero...». En otros se manifiesta contundente: «Es tan fácil provocar un seísmo/ en una sociedad donde reina/ 'más de lo mismo'». En los últimos invita a jugar al lector para componer los versos que faltan en los poemas.
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