Parque de las Ciencias, treinta años de una idea brillante

De hecho, se ha convertido en el museo más visitado de Andalucía, con una cifra que aspira al millón de visitas al año, aunque todavía se planta en 900.000 en 2024. Por comparar con otra de las joyas de la corona de Granada, con permiso de la sacrosanta Alhambra, Sierra Nevada ha cerrado su temporada con 1.250.000 usuarios.

La ciencia también es dulce y se respira esta jornada de sábado de cumpleaños en el ambiente, entre gusanos vivos como aperitivo en la Feria de las Ciencias, que asiste a su edición número 27, que se dice pronto; y la ronda de políticos, directivos y notables que celebran este magnífico cumpleaños con una sonrisa de par en par.

Ciertamente, la ciencia también es sexi. Sexi de atractiva, no de Almuñécar. Y seduce y se deja seducir por el encanto de las preguntas y, sobre todo, de las respuestas. Por ejemplo. Sitúense, «¿Es un garbanzo un ser vivo»?, pregunta un grupo de escolares a los asistentes. Las respuestas, más propias de un paseo peripatético a cargo de un Demóstenes en su mejor momento hacen olvidar la programación de Televisión Española con sus remedos de Sálvame.

Porque pensar no duele. De verdad. SI bien es cierto que el Parque de las Ciencias de Granada es el mejor ejemplo de gamificación posible, donde el entretenimiento se conjuga con la ciencia y su aprendizaje; también lo es que el público se siente encantado en este lugar lejos de la magia y lo incierto. Aquí todo es demostrable, tangible y comprobable. Verídico y veraz. Un laboratorio para despertar vocaciones que puedan mejorar la sociedad. El procomún. Y, además, público. Es decir, de todas y todos.

Por esta razón, todas la razones, este treinta aniversario se celebra este sábado por todo lo alto con presencia nutrida y vigorosa de las autoridades competentes. Y con público, porque como hemos dicho, esto es público. Lo es. Es así una jornada de puertas abiertas, modo fino para decir que es gratis la visita este sábado, y hay programa especial, sin tarta y sin payasos pero con todo tipo de actividades.

Treinta años cumple el Parque de las Ciencias este sábado y veinte tenía la actual consejera de Fomento, Rocío Díaz, cuando se inauguró el recinto. «Qué recuerdos», comparte emocionada mientras gira visita oficial con el resto de autoridades y representantes institucionales que forman parte del Consejo Rector del Parque de las Ciencias.

Es parte del 'Efecto Parque de las Ciencias', que si no existe, puede demostrarse. Porque es científico. Dice así: «Toda visita al Parque de las Ciencias de Granada produce una reacción directamente proporcional a la curiosidad y experiencia que genera». Acuñémoslo aquí en Granada frente a ferias que han robado el mes de abril y costas sin sol que venden la Alhambra como suya. ¿Me siguen?. Pues seguimos.

Aquí en el Parque de las Ciencias este sábado el ambiente es empírico. Por ejemplo. Las colas son largas porque doblan la esquina hasta la Avenida Fernando de los Ríos. El ambiente es asimismo risueño y feliz. La temperatura es de lo más agradable y un aire fresquito que cae de debajo de una nube gorda y oscura hace las delicias del público asistente. También es comprobable.

Todo está preparado para esta jornada tan especial, abierta y gratuita para todas las personas que sienten la llamada de la selva, perdón, de la ciencia. Durante esta jornada de sábado hay, ha habido o habrá música en vivo, teatro, magia, una sesión de diyei (DJ para los 'modelnos') y un concierto sorpresa para culminar esta celebración, con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Recordaba Ernesto Páramo, ideólogo y fundador del Parque de las Ciencias, no sin gesto adusto: «La Alhambra la heredamos, pero el Parque de las Ciencias lo creamos los granadinos». Así es, el Parque de las Ciencias de Granada, un gran invento.