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El otoño granadino suena a Buenos Aires
Presentada la 32ª edición del Festival Internacional de Tango de Granada, que dedicará una mirada especial a Julio Cortázar
Andrés Molinari
GRANADA
Miércoles, 30 de septiembre 2020
El patio del Ayuntamiento granadino acogió anoche la presentación de la trigésimo segunda edición del Festival Internacional de Tango de Granada, que se desarrollará desde ... hoy jueves y hasta el domingo día 4 de octubre.
Horacio Rébora, su director, y Ricardo Anguita por la Universidad de Granada, hicieron uso de la palabra para destacar el esfuerzo que ha supuesto no renunciar a una de las citas más importantes de nuestra agenda cultural anual. Ciertamente ha habido que trasponer de la primavera al otoño, renunciar a algunos artistas que no pueden venir a España en las actuales circunstancias y reorganizar todo el programa previsto, incluso un espectáculo con la Orquesta Universitaria, que queda para el año próximo.
Pero ha quedado un Festival escueto y preciso en su amplitud y calidad. Con una mirada muy especial a Julio Cortázar, el argentino que nos dejó hace 36 años, el amante del azar y la sorpresa para taracear sus relatos. Por eso, en su honor, se cantará su palabra, se recordará su figura y habrá conatos de libertad, por ejemplo maridando el tango con el break dance, en un juego doble de incursiones y excursiones.
Todas las sesiones serán en el Teatro Isabel la Católica, sede clásica de este Festival, el que muestra en algunos de sus zaguanes placas que recuerdan noches inolvidables de tango y Morente. El local ha sido dotado de todas las medidas de seguridad indicadas por el protocolo anti-Covid por las autoridades sanitarias. De forma que el aforo se ha reducido a sólo 200 personas por noche, se han neutralizado asientos intermedios para guardar distancias entre espectadores, se dispone de antisépticos en ambas puertas y siempre es obligatoria la mascarilla durante todo el espectáculo. Como apuntó Tato, se han contabilizado 'brotes' de esta maldita epidemia en residencias de ancianos, locales de ocio nocturno, celebraciones familiares, colegios… pero ninguno en un teatro con sus espectadores. Hay que seguir confiando en la estadística.
El abono para todo el festival cuesta 70 euros, cada entrada de patio se vende a 18 euros y las localidades de anfiteatro cuestan sólo 12 euros. Además, como cada año, el Festival emite sus ramas hacia otros lugares y públicos. Entre estas actividades paralelas destacan la exposición de Miguel Carino en la galería Collado del Zaidín, la actuación de la compañía La Morocha en el auditorio de Caja Rural, la tradicional cita Tango en la Universidad, hoy mismo jueves, desdeñando lugares tradicionales como el Aula Máxima de la antigua Facultad de Medicina para pasar al más amplio y seguro paraninfo del PTS, la extensión 'Tango en la Provincia' con la ayuda de la Diputación, etc.
Mientras el empedrado, algo enmohecido, del Ayuntamiento era compasivo con el zapato de tacón alto y el esmoquin su perseguidor, en un tango bailado visto y no visto, un lamento hondo de bandoneón nacía y moría al mismo tiempo en las manos del genial Daniel Binelli, el que un día tocó con los grandes, con Pizzola y los demás. Sentado en una silla que es un mito superviviente de La Tertulia. Sones mitad de órgano catedralicio, mitad de armónica arrabalera. Mínimo aperitivo para lo mucho y bueno que le espera estos días a Granada. Ni una brizna de aire del veranillo de San Miguel para estremecer los magnolios, pero todos los Buenos Aires australes brisando desde ese claustro, anoche tan hogareño como porteño, empapando de nostalgia y tango la casa común de todos los granadinos.
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