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josé antonio muñoz
GRANADA
Miércoles, 27 de marzo 2019
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La Orquesta Ciudad de Granada (OCG) es, proporcionalmente, una de las más baratas de España, y de las que cuentan con menos aportación pública, repartida entre la Junta de Andalucía (44,27%), el Ayuntamiento de Granada ( 44,28%) y la Diputación Provincial (11,45%), los tres entes que forman parte del consejo rector de Granada para la Música, la entidad que la sustenta. A pesar de ello, arrastra una deuda que supera el millón y medio de euros y que compromete seriamente su futuro. Los músicos, apoyados por el personal administrativo de la formación, han amagado en varias ocasiones con movilizarse ante la ciudadanía, pero ahora van muy en serio. El viernes, 5 de abril, a partir de las 12:30 horas, se concentrarán en la plaza del Carmen con el objetivo de pedir un presupuesto acorde con la realidad de la Orquesta, y que garantice su futuro.
El 'desideratum' confesado desde siempre por los miembros de la formación es que las aportaciones públicas lleguen de forma puntual y cubran al menos los gastos generales y de personal, mucho más teniendo en cuenta que la presencia de la formación en el Auditorio Manuel de Falla ya la paga el Ayuntamiento, y esta cantidad, que ronda los 300.000 euros, no figura en el presupuesto de la Orquesta. Como segundo paso, piden un incremento presupuestario que les permita mejorar los programas.
Comparando las dotaciones presupuestarias de las orquestas andaluzas, la OCG está en el segmento bajo en cuanto a presupuestos, ya que gasta 4.363.000 euros al año, con un montante desetinado a personal de 3.495.000 euros. La Orquesta de Córdoba tiene un presupuesto menor, con 3.078.000 euros, de los cuales los gastos de personal suman 2.773.000. Sus 47 miembros ofrecen un modelo de temporada muy parecido al de la OCG, aunque con menos conciertos, y partituras que apenas cuestan.
La Filarmónica –Sinfónica– de Málaga, es otro cantar. Actúa normalmente en el Teatro Cervantes de la capital, y ya se mueve en un presupuesto que para sí quisiera la OCG, 5,2 millones de euros. Cada año se pagan 4,2 millones de euros en salarios. Lo que no está al mismo nivel es la aportación pública: tanto Junta de Andalucía como Ayuntamiento de la capital ponen cada año encima de la mesa 2,5 millones de euros. Con esas cifras, se cubre el presupuesto en su totalidad, y aún les queda un remanente para pagar arreglos de instrumentos, partituras contemporáneas y cánones. Tienen, como la de Córdoba, el presupuesto equilibrado, ya que nunca han gastado más de lo ingresado. Tanto en Córdoba como en Málaga, los salarios de sus directores, Carlos Domínguez-Nieto y Manuel Hernández-Silva, ambos titulares, sonmás que razonables.
Por cierto que en Málaga hubo una fortísima contestación ante lo que consideran un agravio comparativo de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) con respecto al resto de las orquestas andaluzas. Y no es para menos: con un presupuesto de más de 7 millones de euros y 92 músicos en plantilla, los salarios se llevan más de 6,1 millones de euros del presupuesto. Ha sido, además, la orquesta con más 'marea' institucional: la controvertida dirección titular de Pedro Halffter –ganaba 317.000 euros al año–, y varios años sin gerente desde la dimisión de la anterior, Remedios Navarro. La ROSS recibió aportaciones extra de la Junta por valor de más de 800.000 euros en 2017.
Xoan Carreira es uno de los críticos de música clásica más reputados de nuestro país. Afirma que «el papel que tienen las orquestas como difusoras de la cultura no debe medirse en términos económicos, sino de rentabilidad social». Y añade: «Granada ha sido una de las mejores orquestas de España, pero la situación económica le ha pasado factura. Si no vienen invitados de nivel, la programación se resiente, y si no se hacen programas novedosos, también». Hoy por hoy, la OCG está en el pelotón de las orquestas 'pobres'. Para Granada, soñar con el presupuesto de formaciones como la Sinfónica de Euskadi –8.864.000 euros, que permiten programaciones de nivel, giras y grabaciones– o de la más equiparable Tenerife –6.180.000 euros– es, hoy por hoy, algo imposible.
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