La ópera 'Don Diego de Granada' se estrena esta noche en Motril

No menos importante en este estreno absoluto es el personaje sobre el que trata esta ópera: Don Diego Hurtado de Mendoza y Pacheco, el granadino que aunó en su persona las condiciones de poeta, diplomático e incluso espía. Un personaje al que Antonio Carvajal llegó tras un encargo: «Alguien cuyo nombre recuerdo muy bien pero lo callo», afirma, «quizá con el impulso de mi primera ópera, 'Mariana en sombras' –en torno a la figura de Mariana Pineda–, me pidió un libreto. Al cabo de dos años renunció al encargo. Y se la pasé a un compositor más joven, más capaz y más sabio de técnicas y de voces. Aquí está el admirable resultado».

¿Cómo es 'Don Diego de Granada' musicalmente? Una ópera de cámara de unos 50 minutos de duración, concebida en dos 'jornadas', con la misma denominación que se otorgaba a los actos de las obras de teatro en el Siglo de Oro, y que reúne en sus notas elementos clásicos, modernos –que no contemporáneos– y todo ello con cierto deje arcaizante, según el autor de la música. Juan Carlos Garvayo, director de Música Sur, asegura, por su parte, que «necesitábamos algo así para completar el concepto de festival de música de cámara que hemos transmitido en estos años. Hemos tenido ya espectáculos líricos, como el de La Caramba, pero esta ópera cierra el círculo, o abre otro más amplio, en torno a nuestras aspiraciones».

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El pianista añade que buscaba algo que no estuviera muy trillado: «No quería los típicos títulos de siempre, ni esas óperas que solo tienen un piano en la parte musical, ya que a veces asemejan ensayos con un pianista repetidor». El concepto que pone sobre la mesa 'Don Diego de Granada' es completamente distinto. Hay una escenografía –minimalista, pero sugerente– de Rafael Simón; hay un trío, el Trío Arbós, de piano, violín y violonchelo, y estarán también el flautista Juan Carlos Chornet (de la OCG) y el percusionista Néstor Pamblanco. Precisamente, ante la ausencia de foso, la escenografía será clave para colocarles sobre el escenario sin distraer la atención. Y hay cuatro cantantes: el barítono Víctor Cruz (Don Diego); la soprano Verónica Plata (Zoraida); el tenor Luis Arance (Veedor), y la soprano Carmina Sánchez (Elisa).

El retrato del poeta y diplomático granadino del siglo XVI parte de la propia imaginería de Carvajal: «Don Diego Hurtado late en mi memoria de lector desde que era niño. Había leído un libro de letrillas que mi padre tenía. Desde los diez años, cada vez que tengo delante alguien con vanidad y prepotencia, me acuerdo del estribillo, que incorporé a mi texto. Así, lo presento en primera instancia acosado por el régimen de entonces cuando lo querían humillado, no vencido. Y cierro la obra procurando mostrarlo viejo, enfermo y acosado, pero con toda la gallardía de un entendimiento superior». Esta noche, este personaje único tomará cuerpo en Motril.