La ONCE sigue apostando por los jóvenes flamencos
Crítica ·
Jorge Fernández Bustos
Viernes, 3 de febrero 2023, 00:27
Una agradable cita para tener en cuenta es el Aula Flamenca de la ONCE, que tiene lugar todos los lunes, últimos de cada mes, en ... su sede de la plaza del Carmen. Al final de la tarde y de manera gratuita, esta Organización le da espacio a los jóvenes flamencos emergentes de toda Andalucía (sobre todo cantaores) para que muestren sus primeros pasos ante un público más o menos fiel, con el doble objetivo de emprender el largo camino de los escenarios y el de participar en el concurso de la Bienal de la ONCE, que se celebra en Granada, coincidiendo con la Bienal Flamenca de Sevilla.
Este lunes, último de enero, dio comienzo la programación de 2023, con el adiós por jubilación de Alberto Morillas Hervás, director de la ONCE en Granada y verdadero impulsor de esta iniciativa. No obstante, el Aula Flamenca continuará su andadura de años y aplauso. Seguro que su sustituta, Carmen Aguilera Lucas, sabrá alentar este encuentro.
Desde Sevilla se presenta el joven cantaor Francisco Jesús Gallardo Gómez 'El Kili' de la mano del veterano guitarrista Fernando Rodríguez, asiduo a esta llamada. De hecho, la ONCE acude a algunos profesionales de la enseñanza para que presenten a sus alumnos. Fernando, con muchos años de experiencia como profesor e intérprete, ha estado alimentando la convocatoria desde el principio con los más de trescientos flamencos que han pasado por sus clases.
El Kili, aún muy inseguro, pero con la voz recia y muy flamenca, se inclinó por los temas menos festeros, mostrando la búsqueda del eco ronco deseado. En primer lugar anunció malagueña y abandolao. Llama la atención la elección de unas letras poco convencionales, como en la mariana, que abordó seguidamente, con mayor decisión. Es curioso que cuando se anuncia este cante, se dice que está olvidado o en desuso, cuando no paramos de escucharlo, en directo o en disco, siempre con la misma coletilla. Lo que sí es verdad es que no entra dentro del repertorio jondo y los cantaores se acuerdan de la mariana (como de otros palos) de forma marginal.
La única concesión a la fiesta vino por tangos. Con una introducción a la guitarra por tangos del Camino, el cantaor se sintió más cómodo acercándose a Triana y acabando en Extremadura, aunque, en su mitad, se asomó a Granada con 'El espejo del agua'. Sin embargo, cuando Francisco Jesús mostró sus credenciales, indiscutibles, fue en la soleá, verdadero examen de cualquier cantaor que intente llegar a la meta (aunque nunca se termina de aprender, como decía Morente). Terminó la velada por fandangos, que comenzaron fuera de tono y con algún despiste, para encontrar rápidamente la corrección que se precisa.
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