Ocho siglos de belén en la Curia
Más de medio centenar de piezas de colecciones privadas y diversa procedencia geográfica conmemoran aquel primer pesebre de San Francisco
Durante las próximas semanas, y como lógico acompañamiento a las fiestas de Navidad, el antiguo Palacio Arzobispal, sede de la Curia, acoge en su coqueta ... sala de exposiciones una muestra muy especial con figuras del belén, organizada por el Centro Cultural Nuevo Inicio. No es una exposición al uso. No es un derroche de medios al servicio de una recreación móvil del misterio. Es una oportunidad para ver poco más de medio centenar de piezas pertenecientes a la colección privada de dos familias granadinas, que permite recrearse en cada detalle de obras que reflejan una tradición que este año cumple ocho siglos, y que fue iniciada por San Francisco de Asís en una pequeña cueva de la localidad italiana de Greccio.
Fue sencillo: un pesebre, un buey y un asno fueron conducidos al lugar. El 25 de diciembre, frailes, hombres y mujeres de la zona se dieron cita en torno a este escenario llevando flores y antorchas. La historia del belén comenzó, pues, con un belén viviente formado por fieles de carne y hueso que celebraban juntos la pobreza de Dios hecho Hombre. La única estatuilla, fabricada en terracota, era la del Niño. En aquel 'praesepium', que significa pesebre, fue celebrada la Eucaristía.
La inmensa mayoría de las piezas que integran esta exposición han sido aportadas por el coleccionista Miguel Ángel Uribe, a excepción de una, cedida por la familia Liébana. A Uribe le inició en esta afición su madre, María del Carmen Ruiz. El primer belén entró en su casa en el mismo momento de su nacimiento. «Lo pintó mi madre», recuerda. «Y aún lo conservamos». A partir de entonces, fue adquiriendo elementos como Reyes Magos, pastores, ovejas, de tal manera que el número de piezas fue aumentando año tras año. La idea original no era coleccionar misterios, sino conseguir un repertorio de figuras suficientemente grande como para representar el nacimiento de Jesús en sus más pequeños detalles, pero poco a poco, Uribe fue adquiriendo pesebres de muy diverso origen y factura. Una pequeña parte de ellos, coleccionados básicamente durante los últimos 15 años, es la que se muestra en la Curia hasta el 12 de enero.
El coleccionista no se decanta por ninguna tradición belenística en particular. En su patrimonio hay belenes españoles de diversas regiones, hebreos, napolitanos, orientales y coloniales. Hay piezas talladas sobre madera y posteriormente doradas, otras de terracota pintadas al óleo o en acrílico, unos llevan vestidos y otros están realizados enteramente con barro, algunos son de papel... Ello demuestra que cada país muestra en su belén lo que tiene, desde las decoraciones hasta la factura de las figuras.
Precisamente, uno de los más curiosos también fue uno de los más difíciles de conseguir. Viene de Jalisco (México), es de la familia Lucano y está realizado en cerámica de petatillo. El coleccionista defiende que existe una nueva generación de creadores cuyas realizaciones son muy interesantes, y destaca la idea de permanencia en una sociedad de consumo rápido. «Existe un público que cada vez valora más el trabajo hecho a mano, y sabe que si compra un buen nacimiento, lo tendrá para toda la vida», señala Miguel Ángel Uribe, quien está especialmente orgulloso de que su colección se exhiba por primera vez en un marco como el de la Curia, para público disfrute.
Rostros de hoy
Una de las particularidades que se muestran en la exposición es la evolución de los rostros en las figuras a lo largo del siglo XXy primeras décadas del XXI. Artesanos como el madrileño Mayo muestran unas expresiones plenamente contemporáneas, mientras otros creadores se ciñen más al canon barroco. Por supuesto, está representado el taller de Jiménez Mariscal, uno de los pocos que trabajan solo con barro, y hoy por hoy, el más importante de los granadinos. Al margen de las figuras, dos elementos 'extra' llaman la atención del visitante: el cuadro del autor granadino Juan de Sevilla, una 'Adoración de los Reyes Magos' que normalmente no se muestra por encontrarse en una estancia administrativa del antiguo Palacio Arzobispal, y una pequeña concha pintada con un San Francisco en el primer pesebre, expresamente encargada para la muestra a la artista granadina Margarita Romero.
El profesor titular de Historia del Arte de la UGR, Francisco Manuel Valiñas, es uno de los mayores expertos en arte belenístico, y desentraña el origen de algunas de las piezas expuestas. «El belén ecuatoriano que se puede ver procede de la localidad de San Antonio de Ibarra, donde prácticamente todo el pueblo se dedica a esculpir. Tienen un estilo propio, trabajan siempre en madera, y están enfocados a compradores de poder adquisitivo medio–alto», asegura. También destaca la factura de las piezas del imaginero gaditano González Rey, hechas como imágenes 'de vestir', es decir, con un esqueleto metálico relleno de paja al que luego se le añaden las partes visibles esculpidas y posteriormente se viste. La muestra se puede visitar de 10.00 a 14.00 horas de lunes a viernes, y los sábados de 11.00 a 14.00 horas.
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