La noche de los 800 lapidianos

Exactamente lo que ocurrió este jueves en el teatro CajaGranada. Ochocientos fieles lapidianos vivieron una noche que nunca olvidarán. Veinte cantautores y bandas de dentro y fuera de Granada rindieron tributo al poeta eléctrico versionando sus temas. Un evento, gestado gracias al empeño de cinco de sus cualificados seguidores –Olga Elwes, Fernando Jaén, Javier Gilabert, Arancha Moreno y Jordi Vadell–, que en principio iba a ser un pequeño concierto en el transcurso de la presentación del libro 'El tiempo, lo soñado y lo real' y que, finalmente, se convirtió en un festival de casi tres horas de duración.

Un acontecimiento que contó con Lapido entre el público y que fue posible gracias a la Fundación CajaGranada y la Fundación Miguel Ríos, que lo integró dentro de su ciclo de actividades Espacio Caja Sonora. Y gracias también a la implicación de Nico Hernández-Carrillo y El Hombre Garabato. «A todo el mundo que le propusimos participar dijo que sí y los únicos 'noes' fueron de quienes ya tenían compromisos profesionales para esta fecha», explicó Gilabert, uno de los coordinadores. Como maestro de ceremonias, Sergio Berbel.

La función comenzó a las 20.30 horas. La platea, despejada por completo de butacas, se llenó de un público que agotó las invitaciones en apenas dos días –había que retirarlas de forma presencial en las oficinas de la Fundación CajaGranada–. Las expectativas se cumplieron. En efecto, fue una velada memorable.Memorable en el principio, el nudo y el desenlace.

El pimpampum empezó con Antonio Álvarez y 'Cuando vuelvan las palabras del exilio'. «Le gritaré un poema al vacío sabiendo que el eco me lo devolverá para hacerme creer que no todo está perdido». Después Héctor Tuya interpretó 'Cuando el ángel decida volver'. Siguieron Luis Arronte con 'En medio de ningún lado', Quini Almendros e Ihmaele con 'En el ángulo muerto', Popi y Eva –que le entregó una flor a la mujer de Lapido–, Esther Zecco, el 'secreto' Txetxu Altube, ataviado con la camiseta del último disco del homenajeado, 'A primera sangre'...

Hasta que a eso de las 21.20 horas se produjo el primer punto de inflexión con el Coro de Cámara de Granada, Nico Hernández-Carrillo y José Antonio García, uno de los personajes imprescindibles para entender la carrera de Lapido. El Pitos, vocalista de 091, abordó con emoción desbordada 'Nunca se sabe'. «Nunca se sabe si nuestro plan se irá por el desagüe, si al despertarme la tierra temblará bajo mis pies».

La segunda parte empezó con El Hombre Garabato haciendo del Hombre Garabato. Impresionante dúo con García con el pretexto de 'Malos pensamientos', uno de los temazos de Lapido. En esta parte eléctrica del show los Garabato oficiaron junto a Salva Serrano,Raúl Bernal, Nat Simons y los 'lagartijas' Antonio Arias y Juan Codorniú. En el tramo final estuvieron Sue, Mama Baker, Nievla, Víctor Sánchez y Burrianca, Carmencita Calavera y Niños Mutantes, que remataron la jugada con 'El dios de la luz eléctrica'. «Siempre creí que el cielo era el nombre de un bar con música para bailar y sillones de terciopelo».

Pero esta jornada en torno a la trayectoria musical de Lapido empezó mucho antes, a las 18.30 horas, con la presentación de 'El tiempo, lo soñado y lo real'. Homenaje a José Ignacio Lapido' (editorial Comares). El libro es un compendio de textos de diversas tipologías –narrativos, líricos, expositivos, testimoniales...– en el que han participado sesenta autores de muy diversa procedencia bajo la batuta de Olga Elwes, Javier Gilabert, Fernando Jaén, Arancha Moreno y Jordi Vadell.

En él encontramos a músicos como Miguel Ríos, Enrique Bunbury, Amaral, Mikel Erentxun, Quique González, Antonio Arias, José Antonio García y Tacho González (091) oJuan Alberto Martínez (Niños Mutantes).

La obra se divide en tres grandes capítulos. El lector también encontrará algunos códigos 'qr' para acceder a un 'bandcamp' creado para la ocasión para escuchar temas de Lapido a la manera de El Hombre Garabato y Víctor Sánchez y también inéditos –pero inspirados en tonadas de Lapido– de Antonio Álvarez y Salva Serrano.

Los ladridos de aquel 'perro mágico' se siguen escuchando un cuarto de siglo después. Aquellos ladridos que decían: «Ahí llega de vuelta el que dijo que no volvería».