
Héctor Alterio | Actor
«Necesito la mano del público en el hombro para crecer»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Héctor Alterio | Actor
«Necesito la mano del público en el hombro para crecer»Se llama Héctor Benjamín Alterio Onorato. Nació en Buenos Aires hace algunos años. No tantos como revela su permanente estado de búsqueda del disfrute en ... todo lo que hace, sea en el terreno personal o en el profesional. En lo personal, en estas semanas un hijo suyo ha entrado en contacto con la realeza, aunque sea en la ficción, pero lo que más le enorgullece es que su aportación biológica a la vida en la tierra sea, como él, feliz con sus acciones. En lo profesional, sólo la parca le va a retirar de los escenarios, es evidente. Sigue con esa capacidad de transmisión que le es innata, que no es una impostura. Entrevistarle es un lujo, y quienes acudan estos viernes y sábado al Teatro Isabel la Católica (19.00 horas) para verle contar 'Una pequeña historia' a caballo entre Madrid y Buenos Aires, pueden ser testigos, una vez más, del milagro.
–Dicen que a veces no es bueno volver a los lugares donde uno fue feliz. Pero usted, que se ha confesado en múltiples ocasiones enamorado de esta ciudad, vuelve a visitarla una y otra vez, inasequible al desaliento.
–No sé qué puedo responder a esa aseveración. Lo cierto es que estas calles me inspiran. Tengo amigos que me quieren, y pienso seguir ejerciendo mi derecho a disfrutar de esta ciudad mientras me sea posible. No pienso renunciar a él por nada. Granada tiene unas armas que me desarman: la bondad, la capacidad de acogimiento, la ternura... ¿Cómo no voy a volver una y mil veces?
—El espectáculo que trae usted a la capital en esta ocasión, 'Una pequeña historia', tiene también una fuerte conexión granadina, ya que nos remite a aquel con el que cerró el Festival Internacional de Tango en 2021.
–Ciertamente, ambos están conectados, porque en ambos están muchos de mis referentes. y sobre todo, está Juan Esteban Cuacci, un pianista maravilloso que me acompaña en mis proyectos desde hace unos años. Hemos fraguado una relación que trasciende lo profesional para entrar directamente en el mundo de las emociones, y eso, en un espectáculo como este, que habla al corazón, es algo absolutamente imprescindible.
–Usted ha formado parte de grandes repartos, tanto en el teatro como en el cine y la televisión. En este caso, se pone frente al público pertrechado exclusivamente por un piano y su propia voz.
–Cualquier trabajo actoral se basa en dificultades comunes, y plantea incógnitas e interrogantes comunes. El primero, y quizá el más importante, es verbalizar las propias sensaciones, cambiantes en cada ocasión. Es imposible que cada una sea igual a otra. Lo que une a todas estas experiencias es la espontaneidad, la profundidad, la alegría, la valentía. Todos estos elementos, o solamente algunos, pueden formar parte de la vivencia de colocarse ante el público. Y es preciso introducirse en esta complejidad de sensaciones para disfrutar en el trabajo. Ahí, no importa lo solo o lo acompañado que estés, porque te encuentras frente a ese espejo en el que el público te observa.
–Es una cuestión de verdad, entonces.
–Sin duda. Si no llevas la verdad contigo, nunca tendrás impulso, esa mano sobre mi hombro que me ayuda a seguir contando las cosas que cuento.
–Los dos mundos que ha pisado, los dos lados del Atlántico, ¿le han herido y curado por igual?
–Por igual absolutamente. Da igual donde me suba al escenario, voy con mi esencia por delante, y el público decide si quiere creerme o no. Esto es lo que voy a seguir haciendo hasta el fin de mis días. Mientras me quede aliento y fuerzas, voy a seguir viviendo, con mis heridas y mis cicatrices, pero feliz siempre con la senda elegida.
–¿Las pequeñas historias se escriben hasta hacerse grandes, o cuando se observan con humildad siguen siendo pequeñas?
–Siempre acaban creciendo, de una forma u otra, aun a costa de ser víctimas de las piedras que colocamos o nos colocan en el camino. A veces, es preciso poner el pie un poco más adelante para no volver a tropezar en la misma piedra. Pero, sobre todo, hay que tener confianza en la propia capacidad de decir la verdad.
–Su hijo ha entrado en contacto con la realeza en fecha reciente, al menos en la ficción. ¿Usted se ha sentido alguna vez rey, o asume su condición de bufón?
–(Sonríe) No quiero herir a nadie ni me gusta que me hieran. Esa es la máxima de mi vida.
–¿Cómo eligió los textos que forman parte del espectáculo?
–En esto, siempre me dejo aconsejar. A muchos los conozco, a otros me los recomiendan. En cualquier caso, mi objetivo es siempre compartir con el público lo que me gusta.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.