Sergio Dalma vuelve a Granada, «una ciudad grande por su belleza»

Así se llama su último álbum. Un trabajo que, según él, «decir que es especial es poco». «Es un disco creado y pensado durante el confinamiento, por lo que está dentro de unas coordenadas muy distintas de como lo había hecho anteriormente», aseguró ayer Dalma a este periódico.

Para él, resultó «terapéutico». A pesar de ese bucle en el que se sentía por estar encerrado, cada vez que recibía una canción se animaba. De ahí el título. «Hace unos años, 'Alegría' no habría tenido sentido, pero ahora tiene mucha fuerza. Todos somos más conscientes de lo importante que es disfrutar del momento, por eso en esta gira tenía tantas ganas de reencontrarme con el público y de contagiar optimismo y buena energía», confesó.

Nacido en Sabadell (Cataluña) en 1964, Dalma dio sus primeros pasos en el mundo de la música cuando apenas tenía 16 años. Por aquel entonces, se codeaba con artistas que rondaban los 40 y su único propósito era «aprender de ellos y absorberlo todo como una esponja».

«La música ha sido mi vida. Todavía siento esa ilusión y me emociono cada vez que canto, me pongo nervioso antes de salir al escenario…», admitió el catalán, que siente un profundo respeto por «esa gente que ha pagado una entrada y quiere verte». «Como artista, tengo la responsabilidad de sorprender al público, de evolucionar y no estancarme», apuntó.

Él se define como «trabajador de la música» y hace tiempo que apostó por trabajar también con gente joven, para «empaparse de su frescura». «Me gusta probar con autores diversos y con nuevos productores. Reinventarse es clave. La sociedad ha cambiado mucho, la gente consume música de otra manera y tienes que adaptarte para no quedarte atrás», explicó el cantante.

Más de 30 años de carrera y más de 4 millones de copias vendidas avalan el éxito de Sergio Dalma, que este fin de semana espera «pasear y respirar el ambiente de Granada, una ciudad grande por su belleza y por su gente». Después, fin de gira, pero con nuevos proyectos en el horno. Como él dice, así llega y así se irá, «constantemente metido en el lío, pero con 'Alegría'».