Juventudes Musicales de Granada, 1.000 veladas sonoras y una historia
La Asociación, creada a principios de los años 60, ha acercado a la música a miles de niños y jóvenes durante seis décadas
José Antonio Muñoz
Granada
Lunes, 16 de diciembre 2019, 01:29
La música ha sido desde siempre un antídoto contra muchos de los males del mundo. Decía el poeta Orfeo que «amansa a las fieras», pero ... también emociona, hace evocar momentos pasados, educa los sentidos y es capaz de fomentar la paz, a pesar de haber servido como banda sonora a muchas contiendas a golpe de tambor. Cuando nació Juventudes Musicales, en la Bélgica ocupada por los nazis en 1940, las bombas caían del cielo provocando una sinfonía de terror. En aquel momento, los jóvenes de aquel complejo país –lo es aún hoy–, quisieron unirse en torno a la música. Y lo consiguieron, de tal manera que crearon una federación internacional que aún hoy permanece, y que está presente en decenas de países de todo el mundo.
Ese amor por la música fue el que rigió la fundación de Juventudes Musicales en Granada, ahora hace 58 años. Fue un grupo de románticos quien lo puso en pie, como casi todas las ideas buenas, sin esperar nada a cambio. De este modo, la gestación de Juventudes Musicales de Granada se produjo al abrigo de las tertulias que un grupo de jóvenes músicos y melómanos mantenían en el antiguo Café Suizo y en el Centro Artístico. Entre los nombres que asistían a estos encuentros se encontraban, entre otros, el pintor Antonio de Haro; el crítico musical Juan José Ruiz Molinero; Francisco García-Nieto, quien posteriormente marchó a la Schola Cantorum de París, y el redactor y crítico musical del diario Patria, Dámaso García Alonso. Posteriormente, se unieron al grupo el periodista José Luis Castillo, el escultor Domingo Sánchez Mesa, el guitarrista Jorge Ariza y el que entonces era estudiante de Filosofía y director del Orfeón de la Facultad de Filosofía y Letras, Jesús López Cobos.
Con la inspiración y el asesoramiento de Julio García- Casas, pianista, catedrático de Derecho y presidente de Juventudes Musicales de Sevilla, el 14 de marzo de 1961 se fundó la delegación granadina de Juventudes Musicales. Su primer presidente fue Antonio de Haro Ortega, siendo vicepresidente Dámaso García Alonso, secretario Jesús López Cobos y tesorero José Luis Castillo. Con el apoyo de la Cátedra Manuel de Falla de la Universidad de Granada y el catedrático y luego rector Antonio Gallego Morell, la asociación granadina ofreció su primer concierto el martes 7 de noviembre del 1961 en el Aula Magna de la Facultad de Medicina. El recital corrió a cargo del guitarrista granadino Jorge Ariza Martínez, posteriormente catedrático del Conservatorio Superior de Madrid.
Entusiasmo
La idea fue acogida con entusiasmo en aquella España que comenzaba a despertar en lo económico y en lo social, tras varias décadas de marasmo. Tal y como afirma Mercedes García Molina, anterior presidenta, cantante, gestora cultural, a la par que hija del segundo presidente de JJMMGranada, Dámaso García, «aquel era un grupo de personas apasionadas. Mi padre era un gran admirador y estudioso de 'El Quijote' y definía a Juventudes Musicales como una orden de caballería andante. Y yo creo que él mismo era un poco como Don Quijote: luchando siempre contra molinos con la música como ideal». García añade: «Siempre con la ayuda de su 'escudero' y secretario, José González, tuvo como objetivo dar oportunidades a los jóvenes, que es el primer y principal objetivo de esta organización. De JJ MM de Granada han salido infinidad de músicos que ahora están dando conciertos por el mundo o formando otros músicos en conservatorios».
Entre estos, se encuentran nombres como Anna Gomà (mezzosoprano), los tenores Juan de Dios Mateos y Moisés Marín, el barítono Pablo Gálvez y el bajo Francisco Crespo, entre los cantantes. Entre los directores vinculados a la Asociación, el ya citado e inolvidable Jesús López Cobos, ya fallecido, o el propio Miguel Ángel Gómez Martínez, que dirigirá el concierto 1.000 el próximo sábado, y que es Socio de Honor desde 1983. Igualmente importante es la nómina de profesionales que, solo en fecha reciente –la relación es inacabable– han pasado por los conciertos y actividades de Juventudes. Nombres como los coros Tomás Luis de Victoria y Zenobia Scholars, la pianista Susana Gómez, el organista Aarón Rivas (organista), los directores Andrés Juncos y Dean Anderson, la Joven Orquesta Sinfónica de Granada, la Orquesta Filarmonía Granada, el Proyecto OCNOS, la clarinetista Claudia Reyes, y los pianistas Giulio Zappa, que ofrecerá el año próximo su cuarto curso anual para intérpretes; Rubén Fernández Aguirre, referencia indiscutible en los acompañantes de voces líricas, o Valentín Rejano, quien protagonizó el concierto 999.
Entre aquel primer recital protagonizado por Julio Ariza y el del próximo sábado día 21, han deleitado con su música a Granada, pues de eso se trata, la Filarmónica de Sevilla, la Joven Orquesta de Colonia, la Orquesta de la Radio Televisión de Rumanía, el pianista Josep Colom, Michael Thomas, Eugenia Gabrieluk, Mariola Cantarero, Ambrosio Valero, y muchos otros. La labor es constante, y siempre, como afirma el presidente actual de Juventudes Musicales Granada, Rafael Ruiz de Pablos –antes lo fueron Ramón Jurado y los mencionados Dámaso y Mercedes García–, «es preciso que más y más granadinos se sumen a este proyecto, sin ánimo de lucro, y que actualmente cuenta con más de 300 socios. Actualmente contamos con el mecenazgo de Caja Rural y la colaboración de instituciones como el Centro Artístico, el Ayuntamiento o la Junta». La directiva actual está formada por Ruiz de Pablos, José Román Muñoz como secretario, Enrique Guzmán como tesorero y Laureano Roldán como vicetesorero.
Cualquier tarde en su nueva sede de la Avenida de América puede convertirse en una fiesta. Lucía Úbeda es la directora del Coro Infantil, una de las más recientes iniciativas de la Asociación, que debutará el próximo día 21. «Están todos muy motivados; esa es la clave para acercarse a la música, disfrutar». Rafael Ruiz de Pablos afirma que «otro de los aspectos más importantes es lograr la implicación de los padres. Sin ellos, aunque los niños tengan ganas, es imposible». El Coro Infantil es la cantera del ya exitoso Coro de Ópera de Granada, que dirige artísticamente Carmen Checa y en lo musical, Pablo Guerrero. Checa afirma que «era necesario que en Granada hubiera un coro dedicado al canto lírico, y la iniciativa se ha acogido de forma muy favorable. Tenemos grandes voces, con mucha formación. Abrirse camino no está siendo fácil, pero nos estamos haciendo un nombre con actuaciones en la Ópera de Tenerife o en el Teatro de la Zarzuela». Según Ana Gallegos, coordinadora del Coro, hay 58 componentes «y muchos de los que comenzaron hace seis años están cantando en coros fuera de Granada e incluso fuera de España».
La alegría de la sede la ponen los más pequeños, con todo. Carla Rodríguez, tiene siete años, toca el piano, e gusta cantar y dedica diez horas a la semana a su afición. Javier Ortiz, de nueve años, toca el clarinete «porque es divertido hacer sonreír a los demás con las canciones». Mario Ortiz es percusionista, y aunque en las orquestas les sitúen detrás, siempre mira hacia delante, como lo hace esta Asociación que ha vertebrado la historia musical de Granada desde hace más de medio siglo.
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