Iván Centenillo y Ramón del Paso arrancan el Aula Flamenca de la ONCE

Iván Centenillo es un cantaor que se ha ido haciendo a sí mismo mediante el estudio, el trabajo y el contacto con los flamencos más veteranos, adquiriendo una personalidad contrastada. A su lado, el guitarrista hueteño Ramón del Paso, punta de lanza de la guitarra granadina de concierto, lo hamacó con la sabiduría de quien se siente fiel escudero.

La velada se abrió por alegrías de estilo tradicional. Propuso malagueñas y abandolaos, que se las dedicó a Rafael Huertas 'el Taruguillo', allí presente, una enciclopedia flamenca a sus 82 años. Las malagueñas fueron de Enrique el Mellizo y los fandangos de Granada (letra de Ángel Ganivet) y de Frasquito. La versatilidad de Iván quedó manifiesta acercándose a Pepe Pinto, marido de la Niña de los Peines, y su entrega dedicada a las madres, 'Madre de mi alma' (por lo que le llamaban 'El Madrero'): un recitado entre fandangos y un tercio de soleá por medio «y a ti te encontré en la calle».

Centrado en la época operística, aún rebuscó en la copla. Fue 'El maletilla' de Juanito Valderrama, con expresiva emoción, para pasar a una rueda de tanguillos: el 'Testamento gitano', que ya se cantaba en Granada a principios del siglo XX, entre algunos decires gaditanos a la manera de Chano Lobato, en los que hizo participar al público marcando el compás con las palmas.

A petición de un asistente, llegó la severidad de la granaína y la media granaína que dejo grabada Tía Marina, matriarca de los Habichuela, para terminar con un cuplé por bulerías, con la letra, entre otras, de 'María de las Mercedes'. Antes de irse, remató con algunos naturales agradecidos.