«Me es imposible imaginar un mundo sin discos»

-25 años casi, la mitad de toda una vida...

-Bueno, 25 años a estas alturas parece más de media vida, yo diría toda una vida. También es verdad que no sólo nos hemos dedicado al estudio, sino a proyectos de otras índoles dentro de la música, como grupos, un garito... Pero si es verdad que ha sido y es una parte fundamental en nuestras vidas.

-Que el Ayuntamiento les reconozca su labor cultural es..

-¡Una maravilla! Yo estoy encantado. Me imagino que obedece a la larga trayectoria del estudio y al elenco tan amplio de músicos relevantes que han pasado por aquí.

-¿Cuántos discos han grabado?

-No somos mucho de hacer cuentas (por eso no somos ricos). La verdad es que han sido muchísimos en 24 años. Me da incluso un poco de pánico mirar atrás por varias razones, pero sí que es un privilegio haber participado de tantos proyectos, decepciones, ilusiones, y aprender tanto...

-Del que más orgulloso (de los que más) están, ha sido...

-Es complicado elegir porque cada disco tuvo un significado especial en su momento, probablemente diferente al que tiene ahora, pero quizá el primer disco de Del Ayo 'Take a trip around yourself'; el primero de José Ignacio Lapido 'Ladridos del perro mágico'; uno en especial de Mamabaker 'El mar de la intranquilidad'; muchos discos de Los Niños Mutantes; 'Impronta' de Lori Meyers; la reedición de 'Omega' que hice con Antonio Arias; 'Tendrá que haber un camino' de Soleá Morente... Ah! y la primera maqueta de los Planetas, cuando se llamaban Los Subterráneos, a los que di suerte de por vida.

-Y el más extraño...

-En esto no tengo dudas. Un disco en especial de Mama Ladilla llamado 'Analfabada'. Creo que no me he reído tanto en la grabación de un disco como en este. Estos tíos no hacían canciones, contaban chistes y los musicaban. De hecho cuando terminaban el disco afirmaban seriamente «risión cumplida»

-¿A quién, vivo o no, les gustaría haber podido grabar?

-Soñemos... Pues a lo mejor un disco de Los Ángeles con Enrique Morente y producido por Alain Milhaud. Y a mi querido Scott Walker.

-Cuando se graba un disco ¿se intuye el recorrido que va a tener luego?

-Bueno, esto sí que es soñar. Creo que todo el mundo se ha equivocado en sus predicciones la mayoría de las veces, por defecto o por exceso. Salvo en casos 'cantados' nunca sabes que va a pasar con un disco. Pones los mejores ingredientes, hay una buena producción, promo, buenas vibraciones y... la gente siempre decide y no sabes cuál es la manera de sentir de cada persona con respecto a una obra. Cuando hablamos de música es muy complicado tener una predicción fiable. En el caso de los 'productos' si que funcionan mejor las matemáticas, aunque no siempre.

-Tenían una extensión en Órgiva que, aseguran, era un paraíso...

-La verdad es que fue muy agradable poder grabar en ese espacio tan maravilloso durante diez años, pero se acabó por razones diferentes. De todas formas estamos muy felices en nuestro reinaugurado estudio, al que le hemos dado un nuevo impulso estético y técnico.

-Hacia esto vamos, pero ¿se imaginan un mundo sin discos?

-Me es imposible imaginar un mundo sin discos. Es que desde los cuatro años recuerdo los vinilos en casa de mis padres, el tocadiscos Bettor Dual, el ojo mágico del tocadiscos, el olor a válvulas, a vinilo, a música... toda la vida comprando vinilos, sobre todo. No quiero imaginarlo, aunque tampoco podía imaginar que el nombre de pila de mi maravilloso VOXAC30 se iba a convertir en una mierda de partido.

-¿Algún día podremos escuchar al fin 'El ombligo del mundo', el disco que llevan casi los mismos 25 años grabando?

-Algún día no muy lejano...