De Estambul a Granada sin billete de vuelta
jorge fernández bustos
Lunes, 3 de agosto 2020, 00:34
El patio del Ayuntamiento de Granada recibió en el día de ayer enmarcados en el Festival de la Guitarra un doble recital. Se trataba en ... primer lugar del guitarrista, cantante y compositor turco Berk Gürman, que conjugó el antiguo folklore de su país, de Anatolia y del Mar Negro, con el flamenco o sus proximidades, centrado en bulerías y soleares, pero también tangos y fandangos (aunque en compás de 5 por ocho), remedando a sus ídolos, sobre todo Camarón, Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar, a quien le dedicó el concierto. También confesó que escuchaba desde pequeño el flamenco antiguo de Antonio Mairena o Manolo Caracol. La Embajada de Turquía y la Casa Turca Centro Cultural Yunus Emre han hecho posible que conozcamos a este creador, único en su género, que se atreve a cantar incluso en español, resultando algo sumamente interesante pero, bajo el prisma flamenco, no acaba de cuajar.
Con cinco temas y un fandango de regalo, Berk Gürman, acompañado de su guitarra, supo captar la atención de un público sensible a las proposiciones de este Festival. Miguel Soler, nuestro cantor más sensible, copó la segunda parte. Miguel es un cantante y pianista granadino, a medio camino entre el flamenco y la canción de autor. Sus orígenes son flamencos, pero su querencia le ha llevado por otros derroteros. Compone sus propias canciones y versiona temas poético-musicales de los más variados artistas, en un concierto variable, que lleva acompañándole varios años, bajo el título común de 'Íntimo'.
Ayer domingo, comenzando agosto, olvidó sus letras y se sumergió en poemas de García Lorca, como 'La baladilla de los tres ríos' y 'Por tu amor me duele el alma', con los que comenzó el recital. Continuó con Leonard Cohen y su 'Pequeño vals vienés', arrimándose a la versión de Enrique Morente. De Joan Manuel Serrat interpretó 'Romance de Curro el Palmo', de la que dijo que era una copla y la cantó en su mayoría fuera de micrófono. Para terminar se acordó de Miguel Hernández y su tremenda 'Elegía a Ramón Sijé' (el poema más bello de la literatura española, llegó a decir), con música propia, dedicada a las víctimas d
Para esta ocasión no trae su piano y las tremendas melodías que lo asaltan, sino que se hace acompañar de tres guitarras de lujo —un espectáculo en sí mismas— que amortiguan sus baladas. Se trata de su hermano Rafa Soler, Fabio Bosch, como artista invitado, y el versátil Miguel Ángel Corral, que dimensionó el concierto con préstamos del jazz. Un acompañamiento musical de cinco estrellas, donde las guitarras no suenan en una conjunción simétrica, sino que son independientes y se imbrican entre ellas como si fueran todas ellas la protagonista y no hubiera guitarras dependientes.
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