El bueno, el feo y el malo disparan su última bala en Covarrubias

El trabajo de Oliveira fue nominado a los Goya, ganó varios premios (aunque no el cabezón) y Netflix lo llevó a 192 países, situando en el mapa un desconocido rincón de la España vaciada, al que empezaron a arribar cinéfilos de todo el mundo atraídos por la magia de Sad Hill y ese clímax final con el desasosegante cruce de miradas de Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach (como si fueran tres gladiadores en el 'circo romano' ideado por Sergio Leone) bajo la épica de los acordes de Morricone.

«Nos dejamos el alma en sacar Sad Hill adelante, queríamos poner en valor el legado de una época dorada del cine en España, en este caso en una comarca burgalesa erigida en uno de los principales platós de los 'spaghetti western' rodados en nuestro país», señala Joseba del Valle, uno de los 'locos' que empezaron aquella apasionante aventura de devolver el esplendor a Sad Hill.

No contentos con revitalizar el emblemático enclave burgalés, Del Valle y algunos de sus colegas decidieron que aquello no bastaba, que había que impulsar un museo que diera contexto a Sad Hill, a 'El bueno, el feo y el malo' y a lo que el 'spaghetti western', con la 'Trilogía del Dólar', había significado en la España de los años 60. Fue entonces cuando se cruzó en su camino la familia del arquitecto italiano Carlo Simi, fallecido en 2000 y creador de la escenografía de varias de las películas de Sergio Leone.

Conocedores del «increíble» trabajo de rescate de Sad Hill, los Simi ofrecieron a Joseba la colección particular del escenógrafo, un legado que incluye cientos de planos, bocetos, piezas y material de atrezzo utilizados en 'El bueno, el feo y el malo', 'Por un puñado de dólares' y en otros grandes rodajes en los que participó el italiano, como 'Hasta que llegó su hora' o 'Érase una vez en América'. Del Valle constituyó la Asociación Cultural Carlo Simi, que preside, y en la tarea de buscar ubicación para el museo, él y su equipo iniciaron conversaciones con ayuntamientos del valle del Arlanza, donde se localiza Sad Hill.

Covarrubias, una villa medieval de 500 vecinos, se interesó rápidamente por el proyecto cultural y tras un año largo de conversaciones, este pasado lunes Giuditta Simi, hija de Carlo Simi, y el alcalde de la localidad, Raúl Gredilla, rubricaron el convenio «que culmina una década de esfuerzos», apunta Del Valle, que ha llevado el peso de las gestiones entre la familia Simi y el Ayuntamiento.

El centro se llamará Museo Carlo Simi-Sad Hill y ocupará la Casilla de Santo Tomás, un viejo inmueble junto a la iglesia medieval de Santo Tomás, que ya se está rehabilitando de cara a iniciar la musealización del espacio a partir de mayo y abrirlo al público «a finales de año», como apunta Yolanda Cuevas, concejala de Turismo de Covarrubias.

El museo albergará una exposición permanente en su planta baja con todo aquello relacionado con las localizaciones creadas por Simi para el rodaje de sus wéstern. La planta superior se destinará a exposiciones temporales, que rotarán a lo largo del tiempo dada la magnitud del patrimonio de Simi. Y un altillo del edificio se dedicará al estudio y búsqueda de información sobre la trayectoria de Simi.

«Con la firma del convenio que regirá el funcionamiento del museo hemos superado el último escollo, y ahora ya podemos decir que estamos a punto de cumplir un sueño, que se hará realidad con la apertura del museo», indica Del Valle, también portavoz de la familia Simi. «Este museo es un triunfo colectivo. Desde 2015, hemos luchado para que España, tierra que Carlo Simi amó, sea reconocida como custodio de su arte. Sad Hill era un símbolo olvidado en la provincia de Burgos; hoy es un faro cultural gracias al apoyo de voluntarios, instituciones y, sobre todo, a la confianza de la familia Simi», añade.

Como responsable de Turismo de Covarrubias, Yolanda Cuevas confía en que el museo, que contará también con un pequeño anfiteatro natural para proyecciones cinematográficas, permita dinamizar el turismo de la comarca, ahora muy centrado en las visitas de un día a las joyas medievales de pueblos como el propio Covarrubias o Santo Domingo de Silos. «Queremos que el turista se quede más tiempo con nosotros y creemos que el turismo de cine, como escaparate nacional e internacional, puede ser un impulso para ello», comenta Cuevas.

Para lograr ese objetivo, cuenta con el papel que jugará el Museo Carlo Simi-Sad Hill, pero también con las localizaciones exteriores de la 'Trilogía del Dólar', en varios municipios de la misma comarca del Arlanza. Entre las que aparecen en 'El bueo, el feo y el malo' destacan el Puente de Langstone (el que salta por los aires, en Hortigüela), el Fuerte de Betterville (en Carazo), la Misión de San Antonio (en el Monasterio de San Pedro de Arlanza); y el propio cementerio de Sad Hill (en Santo Domingo de Silos). Todos estos lugares se encuentran en los alrededores de Covarrubias y dentro del Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla, otro atractivo natural «para que el viajero disfrute de estos enclaves y alargue su estancia en nuestra comarca», señala la edil.

Con el convenio firmado y las obras de rehabilitación del edificio en marcha, sólo queda por saber qué piezas del legado de Simi se exhibirán en el museo, «lo que no será fácil porque hay mucho donde elegir», precisa Del Valle, que ya baraja una lista de ilustres invitados para la inauguración del centro. Entre los nombres sobresale el del británico Christopher Frayling, de 78 años y primer biógrafo de Sergio Leone, que cayó rendido al encanto de Sad Hill cuando lo conoció por primera vez en 2016. «Ojalá pueda venir», suspira Del Valle, quien, puestos a desenfundar sueños, desearía tener ese día en Covarrubias a 'El bueno' de Clint y escucharle decir eso de «El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan. Tú cavas».