Miguel Ángel Revilla hace honor a su fama y divierte a sus fieles en la Feria del Libro
Sus seguidores le esperaron desde dos horas antes en el Espacio Central, y dejó 'perlas' de su pensamiento en una entretenida charla
En el mundo de la edición de libros, que no de la literatura, aparecen de vez en cuando fenómenos que rentabilizan su repercusión pública escribiendo ... libros, o tutelando la escritura de ellos. Esos libros versan normalmente sobre sus hazañas, pero en el caso del expresidente de la comunidad autónoma cántabra, Miguel Ángel Revilla, el propio personaje da para mucho más. A sus 81 años, pisó Granada ayer por primera vez. «Algo imperdonable», reconoció, «pero tampoco he ido a Toledo; me queda pendiente». Comenzó afirmando que hoy, cuando pise la plaza de las Pasiegas, llorará en recuerdo de aquellas paisanas suyas que cruzaban España para ser amas de cría en un viaje que duraba un mes acompañadas por un perruco que les chupaba de los pechos para evitar que se les retirara la leche.
Revilla, que trajo bajo el brazo su libro 'Toda una vida', editado por Espasa, quiso en primera instancia justificarse, afirmando que nunca había robado y había tratado ser buena persona. Añadió que aborrece el actual ambiente político, donde los responsables públicos carecen de formación y tratan a los rivales como enemigos. Reivindicó sus orígenes, en un valle donde solo se producen patatas y pastan las vacas tudancas. «Nací en 1943, en un día en que nevaba muchísimo, en un pueblo de 27 vecinos cuyo estatus se diferenciaba por la cantidad de cerdos que se mataban cuando llegaba Navidad. El rico mataba dos; el pobre uno».
Aseguró que la suya fue una infancia feliz, aun cuando los niños esperaban que se despeñara una vaca para poder comer carne. Subía a la Cruz de Cabezuela a guardar las vacas y las ovejas con siete años, haciendo ocho kilómetros hasta una fuente donde comían las ovejas antes de volver a bajar. En este punto, contó uno de los conflictos que mantiene actualmente con el Gobierno, con la ministra Ribera concretamente, sobre la protección del lobo «en contra de los ciudadanos, sus ovejas y sus cabras. Me hizo un bizcocho para convencerme de que proteger al lobo es bueno, pero no me convenció», dijo.
Cambio de vida
El 22 de diciembre de 1975 le cambió la vida. «Hice una carrera que me pagué yo solo, era director de un banco y me estaba haciendo un chalé. Tenía un barco y era miembro del Club Marítimo de Santander, y me dedicaba a pescar y a pasear chavalas en el barco. Daba clases de Economía en la Facultad de Derecho. Perdí toda esa vida cuando me invitaron a una charla que se llamaba '¿Adónde va España?' y donde dije que teníamos que recuperar el nombre de Cantabria», aseguró.
«He metido la pata alguna vez, pero sin mala intención. Si he llamado a alguien ladrón fue porque había sido condenado en sentencia firme», dijo, ante la hilaridad de los presentes. También contó anécdotas de la Boda Real del actual monarca Felipe VI, desde un traje que le costó 110.000 pesetas y se acabó subastando para un proyecto en Mali por 875.000, hasta la escasez del condumio, que detalló en profundidad. También el regalo que les ofreció Cantabria –una campana de 3.500 kilos– y fue prolijo en los detalles fisiológicos –con el expresidente andaluz Manuel Chaves como compañero de fatigas– provocados por la ausencia de baños. Desde luego, como monologuista no tendría precio.
Revilla echó mano de sus clásicos, imitó al rey emérito Don Juan Carlos I, a quien denominó 'El Fugado', habló de anchoas y de sobaos pasiegos, y reivindicó su manera de ser, enemiga, dijo, de los coches oficiales, los asesores y los privilegios. «No valgo para hacer lo de los políticos de ahora, que en campaña dicen una cosa y luego hacen la contraria». Genio y figura.
Alfonso Méndez y la historia de Los Planetas
A media tarde, Alfonso Méndez presentó su libro divulgativo 'De viaje por Los Planetas: En una nueva dimensión' (Editorial Ondas del Espacio), donde hace un recorrido por los primeros años de la banda granadina. En un año en que, tal como recordó durante la presentación, la repercusión de la banda granadina crecerá por los más diversos medios. En el libro se narran pormenorizadamente los primeros pasos del grupo, incluyendo canciones de sus primeras maquetas -que, piensa, nunca verán la luz- como 'En las nubes'. La obra llega hasta el momento en que May, la bajista fundadora, dejó el grupo.
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