«A lo mejor el rap ha perdido la inocencia que tenía al principio»
Recién clausurada la trilogía 'Antónimo', 'Sinónimo' y 'Homónimo', estará hoy en la Copera
JUAN JESÚS GARCÍA
Sábado, 9 de abril 2022, 00:30
Por su nombre, David Martínez Álvarez, apenas le conocen en la Agencia Tributaria, para el resto del mundo es Rayden. Y más cuando ha sido ... uno de los finalistas más apoyado en la preselección de ese Festival de Eurovisión insólitamente venido a más. Algo que no oculta que fuera ganador del campeonato mundial de la Red Bull Batalla de los Gallos en 2006, más un largo trabajo con los colectivos A3Bandas o Crew Cuervos y más aún individualmente. Recién clausurada la trilogía 'Antónimo', 'Sinónimo' y 'Homónimo', está en Granada en la Copera (22h) este sábado no se sabe si en 'La calle de la llorería' o mudado como Sabina a la de la alegría.
–Acaba de cerrar una trilogía. ¿Por qué 'pensó' en esa fórmula triangular?
–Porque creo que una idea, como concepto, solo se puede explicar en tres partes; en mi caso era una forma de ir de continente a contenido, ésa es la palabra: contenido, y por eso hablé de antónimo, sinónimo y homónimos.
–Hay más: heterónimo, acrónimo, topónimo…¿se anima?
–Era cerrar un concepto (risas), no hay más.
–Mi madre, con 98 años, sabe quién es Rayden. Su participación en la preselección de Eurovisión le ha permitido acceder al gran-muy-gran público parece ser ¿lo nota?
–Si su madre tiene buenos 'tapers' que me llame (risas). Y sí, ha servido para poner un megáfono a mi música, y lo he notado a nivel de marca. Ha habido gente a la que sonaba mi nombre pero no sabía lo que hacía, y gracias a esto lo saben. Ha servido.
–A usted… Y a Rigoberta, a Tanxugueiras… ¿Se esperaba esa insólita difusión?
–Para nada, en el momento en que se presentó la recuperación del Festival de Benidorm, para buscar lo que el de San Remo era para Italia, me decidí. En ningún momento esperaba la dimensión que iba a coger la cosa.
«La preselección en Eurovisión ha servido para ponerle un megáfono a mi música»
Rayden
–Por cierto que con un tema que he visto bailar a unos tanguistas; hay quién le encuentra ecos balcánicos, y hasta carnavalescos… Ya lo dijo un sabio: «la originalidad ya no existe más allá de la mezcla»… estará de acuerdo, imagino.
–Sí, por supuesto, y en esa canción era lo que buscaba: un estribillo cínico, irónico, como una chirigota, y luego música que denostase nostalgia, pero vista como un elemento positivo, que sume. Creo que en la mixtura está el amor.
–El rap nació como fórmula expresiva, la más barata, de la vida en los márgenes, como grito de supervivencia, y ahora hasta hay políticos que rapean y es habitual en la publicidad más consumista ¿se ha perdido intencionalidad por el camino?
–No creo que sea necesariamente así, ocurre que es un estilo joven, aunque ya tenga 37 años. Lo que ocurre es que como todo el mundo la ha visto crecer, pues rápidamente tiene que madurar. A lo mejor ha perdido la inocencia que tenía al principio.
–Aunque usted no tiene la lengua afeitada: en 'Don creíque' y 'Dios odio' reparte bien repartido. Precisamente esta última, cuando arrecian los vientos de guerra, adquiere otras lecturas/audiciones…
–Me gusta hacer canciones que sean como cebollas, que vayan por capas. Que la oigas y te vayas, pero luego veas la crítica y la ausencia de autocensura. Iba a decir que como matriuskas, pero no es el momento, si acaso un caballo de Troya, que luego sea muy ácido para un público masivo.
–Y hablando de sentido crítico de la vida: va a llenar en Granada la sala que completó hace nada también el granadino Yung Beef ¿cómo observa el fenómeno de lo/as trapero/as?
–Entendiéndolo estrictamente como música, me parece totalmente válida.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión