Manuel de Falla y Leopoldo Matos o la teoría de la atracción de los polos opuestos
El catedrático Manuel Titos presentó ayer el libro sobre la relación fraternal entre el compositor y el político conservador
Las teorías del magnetismo dicen que los polos opuestos se atraen. También hablan de ello las teorías del corazón. Las que explican amistades tan intensas ... como la de Manuel de Falla, el compositor que vivía en sí mismo, y Leopoldo Matos, uno de los personajes más influyentes de los años veinte del siglo pasado –fue ministro durante el reinado de Alfonso XIII–. De ello, de la relación entre Falla y Matos, trata el libro que presentó ayer Manuel Titos, catedrático del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, en el Palacio de la Madraza.
La obra, editada por la Universidad de Granada, el Patronato de la Alhambra y el Archivo Manuel de Falla, se titula 'Epistolario Manuel de Falla-Leopoldo Matos (1906-1936)' y recoge, tras un estudio preliminar, las 270 cartas que se remitieron Falla y Matos, con más de 400 anotaciones del autor a pie de página, desde que se conocieron a principios del siglo XX hasta que Matos fue asesinado en Fuenterrabía en 1936, a los pocos meses de iniciarse la Guerra Civil.
Un hecho éste, el ajusticiamiento de Matos por parte de una brigada anarquista, que tuvo una influencia enorme, según Manuel Titos, en la vida de Manuel de Falla, que se aisló del mundo prácticamente un año, encerrado en su carmen de Granada, porque nunca llegó a entender que sus dos grandes amigos, Federico García Lorca y Leopoldo Matos, fueran aniquilados por 'justicieros' de ambos bandos, azules y rojos. Aunque no está claro cuándo y cómo se conocieron, una de la hipótesis más verosímil es que lo hicieran por mediación de unos primos, entre 1902 y 1903. Los dos se entendieron desde el primer momento y desarrollaron un vínculo casi fraternal.
El 'banquero' de Falla
Tanto es así que Manuel de Falla, un alma sensible y poco preocupada por lo mundanal, confió a Matos sus finanzas. Matos le gestionaba inversiones, valores públicos y también sus cuentas corrientes. Le abrió una en el Banco de Bilbao, otra en el Hispano Americano y también en la Banca Rodríguez Acosta, que estuvo activa durante veinte años, hasta el fallecimiento de Falla, y de cuyos apuntes tiró Manuel Titos en sus investigaciones hasta llegar al estudio pormenorizado de la correspondencia entre ambos, que se halla en el Archivo Manuel de Falla.
Según Manuel Titos, Matos nunca vio con buenos ojos que Falla instalara su residencia en Granada porque estaba retirado de los grandes focos de producción artística de la España de la época. Matos venía con cierta frecuencia a Granada y se veía con Falla. En algunos casos viajaba por su labor como abogado o por sus responsabilidades políticas en el Partido Conservador –fue diputado en el Congreso por la circunscripción de las Islas Canarias entre 1910 y 1933– y en otras exclusivamente para visitar a Falla.
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