Luis Arance, un granadino en la ópera más importante del año
El tenor ha formado parte del Coro de 'Aída', la producción que ha abierto la temporada en el Teatro Real de Madrid
José Antonio Muñoz
Granada
Jueves, 17 de noviembre 2022, 10:11
El tenor granadino de adopción, aunque nacido en Adra (Almería), Luis Arance Ortega, ha formado parte de la que, sin dudas, se puede calificar como ... la producción operística más importante del año, 'Aída', que ha abierto la temporada del Teatro Real de Madrid. Arance se une así, en este montaje, a la mezzosoprano igualmente granadina Sandra Pastrana, quien incorporó el papel de Sacerdotisa en la anterior ocasión, en 2018, cuando se programó este título en la madrileña Plaza de la Ópera, con la misma espectacular escenografía de Hugo de Ana y la dirección musical de Nicola Luisotti.
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Arance ha interpretado el papel de uno de los integrantes del pueblo, encarnado por el Coro Titular del Teatro Real. «Hice una audición hace algunos años para Intermezzo, la empresa responsable del Coro. Es una organización que ha crecido mucho, y además es responsable de los coros de las óperas de Oviedo y Tenerife. Así que durante estos años, he participado en las cuerdas de tenores de 'El ocaso de los dioses' y 'Fidelio' en Oviedo, varios conciertos en el Festival de Perelada y una 'Novena' en el Auditorio Nacional. Esta misma temporada me llamaron primero para 'El abrecartas', -la ópera lorquiana de Luis de Pablo que el coliseo madrileño estrenó en febrero- y luego para esta 'Aída'», cuanta el tenor granadino.
El cantante ha permanecido en Madrid desde el pasado 8 de septiembre, siguiendo el lógico pero a veces desconocido proceso que requiere una producción de este calibre. «Los ensayos van creciendo poco a poco. Primero ensayan los refuerzos, luego las cuerdas -familias vocales-, y luego comienzan los ensayos musicales», comenta. Arance asegura que todo en este teatro es colosal, y sin embargo, hasta el más mínimo detalle se cuida con mimo. «En la procesión que se ejecuta al principio, todo está impecable. Pero es que el trono, la barca que aparece, la propia pirámide que el espectador ve ante sus ojos, es increíblemente bello. El vestuario de sacerdotes, del pueblo, las lanzas, cualquier detalle de atrezzo está muy cuidado», asegura.
Sobre el escenario se unen cantantes, figurantes, bailarines, y las estrellas, por supuesto. Entre ellas, Arance destaca la cercanía y sencillez de la soprano rusa Anna Netrebko, una de las grandes divas de la ópera actual. «Nos la cruzábamos cada día al entrar y salir de escena, y siempre tenía una sonrisa y un buen gesto para todos. Cuando le pedí plasmar el momento en una foto, se prestó con mucho cariño, y nos dio ánimos». En total, han sido 19 las funciones que interpretó Arance hasta el pasado lunes. Y aunque los precios de las butacas de patio alcanzaban precios prohibitivos para la mayoría de las economías -más de 300 euros las entradas más caras-, los llenos han sido diarios.
Aprendizaje
Luis Arance valora el gran aprendizaje que supone vivir inmerso durante más de dos meses en una producción de estas características. Aunque para él, la preparación comenzó mucho antes, en casa. «Empecé a estudiar el pasado verano. Primero te enfrentas al reto de la partitura en la intimidad. Te vas dando cuenta de que tienes que dosificarte, medirte, ver hasta dónde llegas, pero eso requiere muchas horas de estudio. Luego, una vez en Madrid, es preciso preservarse para dar lo máximo posible en escena. Y estar siempre atento a lo que la batuta marca. Hemos tenido tres directores musicales distintos, tres elencos diferentes, con artistas inmensos, y de todos aprendes, vocal y escénicamente», comenta. Así, el trabajo no termina cuando se domina la partitura; cada día hay que repasar, una y otra vez, porque cada responsable musical marca un ritmo y tiene unas exigencias, no contradictorias, pero sí distintas.
El cantante granadino ha sido un estudiante tardío. «Durante años recibí clases de mi maestro, el bajo granadino Francisco Crespo, pero tenía la espina clavada de entrar en el Conservatorio Superior y completar mis estudios allí. Me presenté hace dos años a las pruebas, me aceptaron y ya voy por el tercer curso. Me quedan dos», afirma, ilusionado. Sobre la diferencia de edad con la mayoría de los alumnos, asegura que lo importante «es sentirse joven. Y yo me adapto rápidamente a todo». En la producción de 'Aída' ha hecho grandes amigos, y ha contado con el apoyo de Andrés Máspero, director del coro; su asistente, Miguel Ángel Arqued, y el pianista repetidor, Abel Iturriaga. Para todos tiene palabras de agradecimiento y cariño.
Entre los próximos proyectos de este licenciado en Bellas Artes y especialista en diseño que ha desarrollado su carrera en el mundo editorial -ahora ha pedido una excedencia en su empresa para dedicarse a la música-, están la 'Cavalleria Rusticana' que se pondrá en escena en el Teatro Isabel la Católica en enero, y una producción de 'La Lola se va a los puertos', del granadino maestro Alonso, que produce la Universidad de Granada y podrá verse en primavera. Arance es un artista completo, porque además de cantar, se automaquilla, aunque en 'Aida', se puso gustosamente en manos del estupendo equipo del Real. «Ha sido una experiencia excepcional, espero repetirla muchas veces», concluye.
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