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«La Niña de los Peines o la Paquera de Jerez no son menos que Janis Joplin»

«La Niña de los Peines o la Paquera de Jerez no son menos que Janis Joplin»

El sevillano conversa con algunas de las figuras más importantes del arte jondo en 'Grandes del flamenco' Luis Ybarra Periodista y escritor

PABLO RODRÍGUEZ

GRANADA

Domingo, 12 de agosto 2018, 02:30

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No ha tenido un padre cantaor ni una prima bailaora, pero hoy canta, habla y respira flamenco. El periodista Luis Ybarra Ramírez (Sevilla, 1996) se enamoró de lo jondo con Camarón gracias a Internet y el idilio da ahora un paso más con la publicación de 'Grandes del flamenco' (Almuzara, 2018), un libro que reúne algunas de las entrevistas realizadas a las más importantes figuras de las últimas décadas. Fosforito, Estrella Morente, Menese, Lebrijano, Eva Yerbabuena, El Pele o Riqueni son algunas de las voces que guardan unas páginas que se erigen como una invitación «a todas las personas que no son aficionadas pero que tienen curiosidad por este arte».

-¿Cuál es el primer recuerdo que tiene del flamenco?

-No nací en un ambiente flamenco. Lo descubrí a través de Camarón y lo hice en Londres, con Internet. Primero escuché discos como 'Soy gitano' o 'La leyenda del tiempo' y luego salté a sus primeros trabajos. De ahí salté a Paco de Lucía y llegué a otros como Antonio Mairena, Pepe Marchena, Lebrijano o Enrique Morente. También a otros como Manuel Vallejo. Es el valor de Camarón, Paco de Lucía o Chiquetete, que atraen públicos inmensos al flamenco.

«Si alguien tiene un poco de sensibilidad, se acaba enamorando del flamenco»

-Después cantó flamenco. ¿Cambia eso la perspectiva?

-Sí. Creo que todos los aficionados, más o menos, cantiñean o tocan la guitarra o hacen algo de percusión. Todo el mundo se arrima y es importante porque, para conocer el flamenco de verdad, hay que cantarlo, tocarlo o bailarlo. Sea de una manera profesional o no, pero te abre a los estilos, la melodía, las letras.

-En el libro se acerca a los más grandes, ¿cómo son de cerca?

-Me encontré muchísima humildad y cariño por que un chaval de 20 años se acercara a ellos. Fue un privilegio. Imagínate que a muchas de las entrevistas iba muy nervioso, incluso con un poco de miedo porque son mis ídolos. Hablar con ellos de flamenco me ha enriquecido muchísimo. Piensa en lo que significa sentarse frente a alguien que convivió o cantó con la Niña de los Peines.

-¿Cómo surgieron los encuentros?

-Nacieron como artículos para Internet. Después me di cuenta que quería invitar a la gente de mi entorno a que escucharan a estos artistas. Ese es el motivo principal del libro, ser una invitación a gente que no es aficionada pero que tiene curiosidad. Si alguien tiene sensibilidad, se enamora del flamenco.

-El momento más vibrante es el encuentro con José Menese en la que fue su última entrevista en vida. ¿Cómo la recuerda?

-Con mucho cariño. Contó cómo fue su debut y su relación con Mairena. Era una persona a la que le gustaba hablar sobre su pasado. Tenía un bagaje que ya quisiéramos todos. Hace poco se cumplía un año de su muerte y aún me impresiona.

-En los últimos tiempos no se le había cuidado lo suficiente, ¿ha faltado justicia con él?

-Creo que ha faltado justicia casi con toda su generación. En los últimos años se han ido Paco Taranto, Juan Habichuela, Lebrijano y él. Han fallecido muchos y muy buenos. Algunos seguían en los carteles, pero sobre casi todos faltaba atención. Recuerdo con Menese un detalle. Participó en un ciclo en Sevilla. Hizo tres o cuatro cantes y anunció que tenía que marcharse porque no le habían contratado para más. Después salió Argentina, que hizo el resto. Me llamó la atención que estaba cantando a un nivelazo, que estaba gustándose y que casi lo estábamos echando.

-Son varios los granadinos que pasan por el libro. ¿Cómo percibe a los flamencos de aquí?

-Cada zona tiene una forma de cantar y Granada, como Jerez, Utrera o Lebrija, la tiene y muy buena. Algunos de los cantaores que más me gustan son de aquí. El Parrón, por ejemplo, me parece maravilloso. Además en los últimos tiempos es una zona que se está reivindicando. Hay mucho y muy bueno en Granada.

-Con el Lebrijano habló sobre los límites del flamenco y su 'culpa' al llevarlo al encuentro con otras culturas. ¿Bendita culpa, no?

-Bendita culpa, sí (risas). Lebrijano hizo encuentros con la música andalusí y árabe y todavía son muchos los que siguen ese hilo. Segundo Falcón, por ejemplo. Es fundamental que la gente coja el legado de alguien e innove desde él porque quiere decir que está vivo.

«Tenemos el complejo de creer que el flamenco es una música menor y nada más lejos»

-García Reyes, en otra de las entrevistas, habla de cómo se están distorsionando los palos del flamenco. ¿Está de acuerdo con él?

-Sí, absolutamente. Lo hablé también con José de la Tomasa. Me dijo que hay veces que cuando empieza el guitarrista, él no sabe qué palo está tocando. Por mucho ritmo de soleá que tenga, si no suena a soleá, no es una soleá. Se pueden hacer muchas cosas, pero lo que no se puede es ir nunca contra la naturaleza del cante. Queremos innovar muchas veces, que es positivo, pero es algo que hay que hacer si aporta de verdad. Menese decía que él nunca había innovado en los cantes porque no se le ocurría una mejor forma de hacerlo.

-¿Tiene la impresión de que algunos innovan sin conocer la raíz?

-Uno mira los grandes pilares de la innovación -Camarón, Morente, Paco de Lucía, Lebrijano...- y son figuras que conocen en profundidad el camino del flamenco y que lo dejaron grabado en discos. Morente es el ejemplo. Estamos locos con 'Omega, que es brutal, pero tiene discos como el que dedica a Chacón o el que hace con Sabicas que son clásicos y son también una maravilla. Hoy hay artistas que quieren innovar y su transformación es artificial porque no tienen el fondo de esta gente. Morente no innovó por vender más, sino por necesidad creativa y desde el conocimiento más absoluto.

-¿El flamenco es la música de Andalucía como le dice Fosforito?

-Sí. Muchas veces tenemos el complejo de creer que el flamenco es una música menor y nada más lejos. El flamenco está a la altura del rock, del blues o del jazz. La Niña de los Peines o la Paquera de Jerez no son menos que Janis Joplin. Es algo que se percibe fuera de aquí. Tuve la suerte de ver a Gerardo Núñez en Gales y es impresionante el respeto y el cariño que se le tiene a la cultura andaluza fuera.

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