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Una quincena de álbumes después, Lagartija Nick es una de las marcas imprescindibles para entender el discurrir de la historia del rock patrio. Juan Jesús García
Lagartija Nick: La muralla de sonido

Lagartija Nick: La muralla de sonido

El grupo granadino graba un disco en directo con dos llenos en Cajagranada

Juan Jesús García

Sábado, 26 de abril 2025, 09:56

Treinta y cinco años es toda una vida, la de aquel proyecto que pergeñaron Antonio Arias y Eric Jiménez tras dejar sus grupos anteriores (091 y KGB) y que dio sus primeros pasos en una discoteca con, entonces, José Ignacio Lapido de guitarrista por una noche. Una quincena de álbumes después, Lagartija Nick es una de las marcas imprescindibles para entender el discurrir de la historia del rock patrio. Tanto por su crepitante producción, llamémosle 'estándar' (que tampoco) y su capacidad de influencia en sus consecuentes, como por esa manifiesta inquietud creadora omnidireccional que los ha llevado a piezas y discos temáticos inspirados por Barry Gray, Val del Omar, Lorca, Jesús Arias o Buñuel entre otros nombres (citemos aquí desde Víctor Jara a Vientos del pueblo o Los Quero por ejemplo). Este fin de semana se han encerrado en el teatro Cajagranada para de alguna manera poner la guinda a esa larga existencia con un disco en directo.

Las últimas veces que los LN se han subido a escenarios granadinos techados lo hicieron con dos proyectos que exigían unas complicadas puestas en escena, fuesen los estrenos de 'Los Cielos Cabizbajos', en versión Big Band bajo una cegadora ducha de luz blanca vertical, o su trabajo dedicado a rescatar el poemario buñuelesco, con todo tipo de proyecciones y proyectores. Casi nos habíamos olvidado de ver al cuarteto solo en un escenario vacío a su disposición, en este caso tan solo con efectos 'a chorus line' en una especie de jaula luminosa y luces estroboscópicas mayormente blancas. No necesitan de mayor compañía, ni técnica ni humana para plantear un concierto demoledor, «brutal», citando el adjetivo favorito de Jesús Arias. Si Spector inventó el 'muro de sonido' en un estudio, la muralla de LN en directo es prácticamente inabordable. Me repito, lo siento: '¡Tiranosaurus Nick!'.

La historia de la formación da para mucho, desde aquel iracundo y espídico postpunk de sus inicios, pasando por las etapas más psicodélicas, las metálicas o el casi pop posterior, hasta llegar a la imprevisible y caleidoscópica presentación de sus últimos años. Pero siempre con los vúmetros en la zona roja y el anhelante cantar de Antonio Arias como denominador común. Los regresos de Juan Codorniu y Eric Jiménez, con su enrabietado y punzante toque el uno, y la sobrehumana solidez del otro (¡que anuncia en redes las únicas baquetas que aguantan su pegada!) han poligonado el círculo, que con el aporte de Machuca en los teclados, la electrónica y ruidofonías diversas se redimensiona en fondo y forma hasta las 5D por lo menos. Y todas esas etapas figuraron en el programa de 'grandes momentos' previstos para estos dos conciertos.

Arrancar con 'Sonic Crash' es hacerse justicia histórica, era su salida a escena de siempre, la denominación de origen, en tromba, con una fuerza casi taurina, la apertura amurallada a más de dos horas de antología en directo. Les ha debido costar resumir a una treintena de piezas todo lo ya grabado, pero dudo que la audiencia haya echado de menos algún ítem (¿'No lo puedes ver' y 'Déjalo sangrar' acaso?) puesto que todo lo más relevante sonó sin orden temporal necesariamente, sino en bloques compactos sin apenas un segundo para respirar entre tema y tema. Por ejemplo, la sucesión 'enramonecida' de 'Crimen…', cosida a 'La Curva de las cosas' y 'Tan raro', con el epílogo de 'Buenos días Hiroshima' resultó letal; dedicada esta última a «todos los que debieran estar aquí pero viven en la memoria», como dijo Arias.

De la trilogía fundacional sonaron también 'Estratosfera', 'Nuevo Harlem', 'Satélite', 'Rockandroll zine', 'Anfetamina' y 'Conmigo crece el caos'. De las referencias posteriores apenas una por selección, por orden cronológico: 'Celeste', 'Fulcanelli', '20 versiones', 'Signo de los tiempos', 'Sin salir', Agonía-Agonía', y 'La historia de los Quero'; y de lo más reciente acudieron a 'Strummer-Lorca' y 'Me gustaría/La Jirafa' de Buñuel. En un detalle con los más eruditos hurgaron en la memoria remota para rescatar 'Qué harás por mí', primera canción que sonó de la marca, en el recopilatorio de la Diputación 'GRX' de allá por 1989. En esa etapa de formación también debieron escuchar mucho a los angelinos psicodélicos Electric Prunes, tanto como para hacerles un guiño con su 'I Had Too Much To Dream', la única cita ajena del concierto.

Y sí, el 'Omega' estuvo presente, cómo no. En el capítulo de 'invitados' los hubo, pero de cuerpo ausente, caso de Juan Pinilla, Víctor Charico (jaleado por Arias: «¡Canta Charico, que te oye todo Granada!», y Enrique Morente, con su estremecedora pista en la introducción de 'Vuelta de paseo', que con los aires magrebíes de 'Ciudad sin sueño', para terminar la noche en alto, recordaron ese feliz encuentro entre ambos mundos.

Hoy sábado repetirán ya con menos nervios en el difícil intento, por no decir casi imposible, de comprimir semejante borrasca de energía en unos miserables bits digitales. Cierra la Muralla.

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