Juan Habichuela Nieto y Kiki Morente conquistan el Isabel la Católica

El flamenco ha estado jalonado de cantaores a los que se les asocia un guitarrista como elemento inseparable para entender su trayectoria y su entrega. La pareja que todos tenemos en la cabeza es la de Camarón y Paco de Lucía, pero en este caso el rizo se riza al conocer que el guitarrista oficial de Enrique Morente fue durante mucho tiempo Pepe Habichuela y su hermano Juan. Ahora encontramos el curioso paralelismo de Habichuela (Juan) con Morente (Kiki); otra generación, pero igual enjundia, notabilidad y respeto por el cante. Es más, remedaron a sus mayores, en su cante, en su toque, en su hermandad, pero Kiki no es su padre ni Juan sus abuelos y en algún extremo tendrán que distanciarse.

No es de ahora esta sociedad; desde pequeños se han entendido como siameses. Sus caminos son paralelos (cada uno graba y actúa por independiente) y, cuando coinciden, saltan chispas de creatividad, comunión y duende. Popo Gabarre los arropaba con eficacia a la percusión, aunque sentimos que a veces estaba de más, no por su carencia, sino por lo sobrado de los otros.

El 10 de julio actuaron al alimón en Torrenueva para La Caña Flamenca, anoche continuaron su encuentro abriendo precisamente con la caña, donde aún Kiki estaba tenso. Tuvo que pasar el primer acercamiento a los tangos morentianos para, ya por malagueñas y cartagenera, relajarse y dominar la escena al completo; Morente al cien por cien y subiendo. En la soleá por bulerías vimos la simbiosis perfecta; unas bulerías para escuchar; una soleá que sonaba a Granada. La pareja a continuación supo ser larga por seguiriyas, en las que el Habichuela, como dice la letra de Moreno, le tocó despacito a Morente sin molestar al cante.

Juan se queda solo en el escenario para dedicarle una zambra a su mujer, la bailaora Saray 'la Pitita', el día de su aniversario y su reciente maternidad. ¡Bestial! Al igual que los sonidos, estremecían los silencios (marca de la casa). Un solo de percusión da paso a los tangos 'Como canta', que ya son populares; y después una canción, posiblemente de composición propia (Kiki, publicará en octubre su segundo álbum 'El Cante' en el que se estrena como letrista), que se convierte en fandangos abandolaos con la 'Elegía' de Miguel Hernández, y después pasa a ser la bulería 'Adiós Málaga'. El dúo termina su entrega con unas ricas bulerías que encierran una media granaína de Chacón.

Los artistas disfrutaban en el escenario tanto como el público disfrutaba con ellos, los quiebros de Kiki, sus altibajos; las falsetas de Juan, su velocidad. Un mano a mano de genio; un concierto reconocido y aclamado. El bis vino por tangos, donde hacen un recorrido por el Morente de 'Sacromonte' ('Tienes la cara') y el público hace compás como pocas veces se ha visto.