Fabulosa noche de aniversario
Javier Ruibal, Carmen Linares y Soleá Morente celebran el 50 aniversario del disco 'Se hace camino al andar'
Jorge Fernández Bustos
Domingo, 14 de septiembre 2025, 21:49
La Bienal de Flamenco de Granada y la Fundación Enrique Morente se unieron la noche del sábado en la Abadía del Sacromonte para celebrar un ... doble aniversario: los 50 años de la publicación del disco 'Se hace camino al andar' de Enrique Morente y el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado. Para lo cual, convinieron en citar en el patio emblemático del monasterio granadino a dos de los grandes, que tienen íntima relación con la familia del cantaor albaicinero: Carmen Linares y Javier Ruibal. Como espectadores de excepción, centrados, en primera fila, Aurora Carbonell y Kiki Morente. Soleá presentó el proyecto y, a los postres, secundaría a Carmen en su cante final, de hecho, es su ahijada.
Ruibal, con su guitarra, francamente emocionado por el honor de cantar en Granada para Enrique, su admirado amigo, en la primera Bienal de Flamenco de Granada; y por compartir la noche con Carmen Linares, se mostró entrañable y distendido. Venía acompañado de su hijo, Javi Ruibal, a la percusión y por José Recacha como segunda guitarra, aunque también hacía coros e incorporaba el bajo en algunos de los temas propuestos. Canciones sentidas, que comenzaron con 'Por tu amor me duele el aire', de García Lorca, incorporada hace tiempo a su repertorio. Desde este primer instante adivinamos una voz exclusiva, limpia, potente y llena de color. El cantautor gaditano prosiguió con 'Guárdame' y 'Sueño que te sueño'. Hizo un esfuerzo por acercarse al flamenco, con ayuda del guitarrista Edu Espín, que le pidió prestado a la de Linares, con los tangos 'A la hora de la muerte', del celebrado disco de Enrique. El homenaje continuó con 'A Morente'. «Más que una canción es una oración», declaró el artista. Dedicado a La Pelota, interpretó 'Aurora', antes de emprender su faceta más reivindicativa con 'La geisha gitana', un alegato por tanguillos, que viene a decir que: «Ahora nacen los flamencos donde les da la gana» y un tema contra las adiciones, por rumba, en la que introdujo la guitarra eléctrica. Terminó Ruibal con su célebre 'La rosa de Alejandría', de su primer trabajo discográfico, en la que solicitó la intervención del público.
La dama del cante
La segunda parte la ocupó Carmen Linares, 'la dama del cante', en mejores condiciones las que se podía esperar. Con la edad, la voz no es la misma que la de su juventud, pero ha ganado en sabiduría y recursos, sabiendo redondear un concierto de varios quilates. Acompañada de sus habituales Ana María González y Rosario Amador en los coros y palmas y a la guitarra por Salvador Gutiérrez y Eduardo Espín, su hijo, comenzó por cantiñas acordándose de La Mejorana, para continuar con tangos de La Repompa y de algunas otras mujeres cantaoras.
Puesta en pie interpretó ese himno a los trabajadores que escribió Miguel Hernández: 'Andaluces de Jaén', grabado en su disco libro 'Verso a verso', que empieza folías, sigue con petenera y remata por tarantas de Linares. La incursión de la jienense en el disco de Enrique vino con los tientos 'Yo seré como la mimbre'. Y con unas seguiriyas de buena factura, dio paso a los fandangos de Huelva, en los que insertó el poema 'Moguer', de Juan Ramón Jiménez, musicado por Juan Carlos Romero. Acabó la noche con las bulerías de Morente 'Yo escucho los cantos', junto a Soleá, con la emoción propia del recuerdo.
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