Jiménez Millán dibuja su 'Línea de sombras' esta tarde en Librería Picasso

Precisamente, Justo Navarro introduce en el prólogo, el concepto de 'arquitectura secreta del tiempo' en la obra de Jiménez Millán. El autor lo explica: «Creo que el tiempo ayuda a construir esta secuencia de poemas: ya en mis dos primeros libros, escritos a finales de los setenta, hay poemas en prosa, pero no he rescatado ninguno. La selección empieza a partir de 1981 y en el primer apartado de 'Línea de sombras' incluyo poemas que no formaron parte de ningún libro. Así, el margen de tiempo que abarca el libro es bastante amplio: 1981-2019. Y, como dice muy bien Justo Navarro, el conjunto se puede leer como una secuencia que tiene cierta unidad».

El devenir vital se adivina como un edificio en permanente construcción, sin imposible remate, algo en lo que está de acuerdo el autor: «Sí, pero lo importante es que se mantenga en pie. Y la identidad, como intento expresar en el poema en prosa 'Carnets':la única certeza es lo inestable». Sobre los paisajes que el lector debería recorrer leyendo el volumen, comenta que «hay muchos que se repiten en los libros de cada autor, sobre todo si lleva mucho tiempo escribiendo. Pero aquí pienso que existe una variedad de tonos –desde el reportaje a la celebración, desde una cierta nostalgia a la ironía e incluso el sarcasmo-, que sería difícil escoger un sentido u otro».

Gran cinéfilo y ojeador del arte en general, a Jiménez Millán siempre le ha gustado mirar donde muy pocos lo hacen. Hay referencias en 'Línea de sombras' a películas como 'El extraño' de Orson Welles o a la obra de Edward Munch o Hopper. Al respecto, afirma que «siempre me han interesado mucho la fotografía, la pintura, la música o el cine como referencia para la literatura. En el libro 'Biología, historia' (2018) hay un apartado que se dedica exclusivamente a esa mirada». Una línea que ahora sigue: «También recupero en 'Línea de sombras' la sección 'Emblemas y paisajes' del libro 'Casa invadida' (1995), donde todos los textos remiten a cuadros de Courbet, Munch, Delaunay o Hopper, entre otros artistas. Ahora he incluido un texto escrito en los noventa que no figuraba en ese libro: formaba parte de una carpeta de grabados, como complemento de una obra del pintor José A. Díaz Del».

La capital del Sena es una gran protagonista de esta obra. El inédito 'Noche en París', escrito en fecha muy reciente, refleja la realidad que se esconde bajo las rutas turísticas. ¿Pero cuál es la búsqueda del autor cuando visita una ciudad? «París no se acaba nunca, escribió Ernest Hemingway, y repitió Enrique Vila-Matas. Para mí, es una ciudad inagotable, sigue ejerciendo casi la misma fascinación que la primera vez (y ese primer viaje fue en 1976). Es una ciudad a la que se ha dedicado tanta literatura que permite mezclar continuamente la experiencia vivida y la experiencia leída, la impresión inmediata y la reflexión. Y, claro está, vuelven a aparecer la fotografía, el cine o la música. En cuanto a las rutas turísticas, ya resultan muy agobiantes, no solo en París: en Barcelona, en Roma, en Venecia…»

En lo que se refiere al modo de expresión que usa en este volumen, la poesía en prosa, comenta que «es un recurso que permite una forma distinta de narración, menos ajustada que el necesario ritmo del verso y más propicia al uso de diferentes tonos y maticas. Por ejemplo, admite mejor la anécdota, aunque ese es un riesgo: no hay que caer en la trivialidad». Feliz con el resultado final de un trabajo realizado por amigos y entre amigos, afirma que su próximo objetivo es finalizar 'Noche en París'. Será un paseo más a orillas del Sena para un autor acostumbrado a vivir en su mundo de palabras, recuerdos, visiones y sueños.