«El jazz es la música popular más refinada de Occidente»
Juan Perro, que estrena sonido y banda en su nuevo disco, inaugura el martes la 34ª edición de Jazz en la Costa
Juan Jesús García
Martes, 20 de julio 2021, 00:48
Santiago Auserón no necesita ningún tipo de presentación a estas alturas. Casi más agitador cultual que cantante, sus propuestas siempre se salen del estereotipo y ... de las rentas, de las que podía vivir perfectamente exprimiendo el legado de Radio Futura (un nombre que ya nunca volverá tras el fallecimiento de Enrique Sierra). Auserón se reinventó en clave afrocubana como Juan Perro, acercándose de paso al jazz en varias ocasiones. Tras experimentos varios entorno a su nombre de guerra en solitario, Juan Perro, estrena sonido, banda y entorno: el disco 'Cantos de Ultramar' y su libro 'El ritmo perdido', sobre el influjo de los ritmos africanos en nuestro país con parada y fonda en Cuba. Inaugura la 34 Edición de Jazz en la Costa el martes (22h)
–Después de que usted nos descubriera Cuba vendría Jordi Pujol y sus joyas del sello Tumbao, Manolo Domínguez y Nubenegra, Nick Gold y sus Buenavistas… Pero usted fue el primero…
–Si nos tocó fue el destino. Es un honor. Mi objetivo inicial era informarme y hacer una búsqueda que me permitiera desarrollar una línea de composición; luego me di cuenta que allí había mucha tela y que había que compartirla. Algo tenía que devolverle España a la Perla del Caribe. Era una deuda que había que saldar. Y es curioso que fuera la generación del rock and roll la que haya recuperado esa pista de nuestra tradición interétnica y la necesidad del vínculo oceánico.
–La última vez que hablamos quedó pendiente tocar por primera vez en La Habana por el luto por Fidel Castro. ¿Ha actuado ya?
–Nos coincidió en Guadalajara (México) y al día siguiente viajábamos a La Habana. Entonces los músicos decidieron volver, pero mi manager y yo fuimos a La Habana. Esos días no hicimos más que observar sin banda sonora, pero al año siguiente ya volvimos a la feria Cubadiso, tocamos con la banda en Matanzas, en el Museo de Bellas Artes y luego pude hacer varias actuaciones en formato solo. Me he resarcido tocando a gusto y explicándole mi repertorio a un público interesado en investigaciones etnográficas y musicales. ¡Y hasta bailaban! Estoy muy agradecido.
–Parece que cada vez que hablamos hay una conmoción en la isla…
–Tremendo, es una situación muy tensa la que se vive actualmente y no tiene fácil solución.
–La conexión Habana-Nueva Orleans fue muy fructífera culturalmente… Había un barco nocturno diario revolviendo tradiciones africanas, francesas, nativas y españolas… ¡Menudo ajiaco!
–Exacto, una mezcolanza curiosa, lo que demuestra en qué circuito estamos insertos. Ese es el nivel de consciencia que tenemos que adquirir con nuestro compás para estar vinculados a esos ritmos.
–La gran serie 'Treme' tenía como protagonista la B.S.O. de Nueva Orleans. ¿Sería necesaria y/o posible una serie así en nuestro país?
–Magnífica serie. Yo creo que sí. Algo parecido se ha hecho en la 2 de Televisión Española, donde además me propusieron que la presentara, pero deseché la oferta, y era buena, porque no quería salirme de mi pequeño camino. Luego lo hizo Ariel Rot, con mucho acierto. Ahí se ha reactivado el conocimiento de las regiones musicales de la península, encadenando el trabajo de los veteranos y los jóvenes, que es muy buena perspectiva. Se podría ahondar más, buscando la candela más fuerte: adentrándose en Jerez, en Granada, en Triana… O que recorriera las escuelas del nuevo jazz en Cataluña, País Vasco, Levante, Galicia… A los nuevos folcloristas que están mezclando las tradiciones con la herencia negra…
–Por cierto que, y supongo que estará de acuerdo porque lo ha hecho por escrito en un libro, Ali Farka Touré me decía en una entrevista que el blues no nació en los algodonales americanos, sino en Malí…
–De algún modo Ry Cooder, que es un folclorista sensato y gran conocedor de las raíces de norteamericanas, reconoció estos hechos cuando fue a buscar a Touré para grabar con él. Hay rastros: músicos del Sagel y del Sahara tienen algo que les viene de adentro, y están haciendo una tremenda música. Es bueno reconocer que las raíces son las que son y vienen de donde vienen, pero también la especificidad de cada fenómeno, en esta caso la de los esclavos negros llevados a Norteamérica, y que luego contagió a todo el planeta.
–La última vez que vino por aquí fue a dúo, se lo pregunto porque siempre dice que su pensamiento es colectivo, de hecho ahora firma como 'La banda' de Juan Perro…
–Me encuentro más cómodo en plural. No soy un cantautor. Me dedico a escribir y cantar, pero la mentalidad del cantautor es más intimista, girada hacia lo interno, yo me vuelco hacia lo exterior, y pienso en la mecánica del grupo. Desde el momento que compongo con unas guitarras y una voz estoy pensando en cómo van sonar el resto de los compañeros. Soy autodidacta y me he educado así, en el local de ensayo, esa es mi escuela.
–Este disco está grabado en 2019, sin prisa, redimensionando hacia al jazz el disco 'El viaje', y sale ahora…
–En verdad salíamos en abril de 2020, y ahí llegó el bicho.
–No es la primera vez que se acerca al jazz, lo hizo con La Fábrica de Tonadas o la Big Band del Taller… ¿Qué encuentra en el jazz?
–El jazz es la música popular más refinada de Occidente. Habría que comparar con otras orientales, pero aquí el jazz es el poder, la inteligencia de la música popular. Y ese grado, que viene de la negritud también, es un ejemplo modélico; puede llegar a ser muy complejo sin perder ese pulso básico, o ser muy intelectual, o un reventón de calentura sin perder elegancia… Como ocurría con Duke Ellington o Louis Armstrong
–Este periódico va a publicar una serie de reportajes sobre conciertos legendarios, y entre los seleccionados está su Zarabanda de Etnosur…
–Fue una ventura una propuesta de sus responsables y ajustado al perfil del Etnosur. Yo estaba trabajando en el libro 'El ritmo perdido' y muy metido en los bailes negros del siglo XVII, y entonces se me ocurrió rescatar La Zarabanda como figura de la escena, que de hecho figuraba en los entremeses de la época. Fue un lujo aquel proyecto con tantos compañeros implicados.
–Así se llamaba también el suplemento de música de este periódico: Zarabanda.
–Buen nombre cogieron, sí, qué bueno (risas).
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