Inocencio Arias: «Me abochorna que el presidente del Gobierno se reúna con delincuentes»
Entrevista con quien fuera embajador y director general del Real Madrid presenta su libro 'Con pajarita y sin tapujos' mañana en el Aula de Cultura de IDEAL
José Antonio Muñoz
Granada
Domingo, 8 de marzo 2020, 03:11
Inocencio Arias (Almería, 1940), es un testigo privilegiado de lo ocurrido en España y el mundo durante las últimas décadas. En fecha reciente ha publicado ' ... Con pajarita y sin tapujos' (Plaza y Janés), donde, sin pelos en la lengua, muestra su versión y su visión sobre ciertos acontecimientos que están haciendo temblar los cimientos del mundo tal y como él lo ha conocido. El diplomático y escritor presenta el libro mañana a partir de las 19.30 horas en el salón de actos de la ONCE (plaza del Carmen), dentro del Aula de Cultura de IDEAL, en un acto que cuenta con el patrocinio de la Obra Social de 'La Caixa'.
–¿Qué opina de los atuendos que muestran en fecha reciente algunos de nuestros políticos?
–Nuestro país se ha vuelto un poco loco. Abandonar frecuentemente la corbata choca un tanto pero no es blasfemo. Ahora bien, ir a ver al Rey Don Felipe sin corbata y con atuendo totalmente deportivo y unos días más tarde aparecer en la ceremonia de los Goyas con esmoquin es una burla, una chiquillada infantil y ególatra. Una parte de nuestra izquierda no acaba de asimilar que el Rey, con sangre azul, roja o blanca, es el Jefe del Estado. Si en España hubiera una república y un monárquico fuera al Palacio Real a ver al Presidente y tampoco llevara la vestimenta adecuada sería igual de zafio y de inelegante.
–¿Cómo comenzó su historia de amor con la pajarita? ¿Qué significa para usted?
–Fue en Murcia. La llevé al principio de la carrera de Derecho, luego la abandoné, y la recuperé en mis primeros años de diplomático. Creo que con ella me traiciona mi ego. Quizás me la puse por parecer diferente y ya soy prisionero de ella. Por supuesto que la encuentro más elegante que la corbata.
–¿Qué le hizo torcer la pajarita por el bochorno?
–Un par de declaraciones de Zapatero me sonrojaron, y ver a algún amigo o conocido beodo, muy beodo en algún acto importante. Y más que todo eso contemplar el servilismo, la comodidad con que el presidente Sánchez se encuentra y se reúne con gente que ha delinquido seriamente, no dicen que se arrepienten y proclaman a él, a usted y a mí, que lo van a repetir y que están dispuestos a romper España mañana por la mañana. Da vergüenza y bochorno, mucho más que lo del plagio de su tesis, que tampoco es edificante, pero eso es lo que tenemos.
–¿Han olvidado nuestros responsables públicos la importancia de la diplomacia, intentando ponerla a su servicio?
–Eso pueden hacerlo. Estamos a sus órdenes. Los diplomáticos están para servir al gobierno. El gobierno toma las decisiones, nosotros las ejecutamos fielmente. Lo malo es cuando tenemos que hacer el ridículo por obedecer instrucciones. ¿Qué habrán explicado mis compañeros a gobiernos extranjeros con los que trabajan sobre el caso Ábalos-Delcy? ¿ Podían decir que la venezolana no pisó suelo español, algo totalmente ridículo, cuando es obvio que sí lo hizo aunque no podía? Es de Gila o de Miliki y Fofito, una payasada.
«¿Qué habrán explicado mis compañeros a gobiernos extranjeros cno los que trabajan sobre el caso Ábalos-Delcy?»
–¿Tiene el asunto catalán alguna solución válida? ¿Hay actualmente alguien que pueda implementarla?
–Tiene poca solución mientras no se supervise la educación en Cataluña y otros sitios. Generaciones y generaciones estudiando que España les roba, que ellos son mejores, que los asfixiamos culturalmente, que ellos fueron independientes, etcétera. Todo patrañas. Eso año tras año cala. El problema de la enseñanza tiene difícil solución pero con este gobierno ninguna. Si cada día Sánchez les hace una concesión, ¿ cuantas 'letras' les ha firmado para que le apoyen, cómo va a hacer correctivos en los textos educativos?
–¿Quiénes son las personas más elegantes, en el exorno y en lo interno, que ha conocido?
–No las he conocido pero Jackie Kennedy y la mujer de Trump visten siempre muy bien. En lo interior, imagino que Juan Pablo II, al que sí conocí.
–Usted es un profundo conocedor de EE UU. ¿Trump es una anomalía?
–Es una anomalía pero consecuencia de la globalización, el crecimiento de las desigualdades y del populismo más que de la debilidad de los partidos. Hizo, además, una campaña electoral muy astuta. Aclararé un par de cosas: hay más Trumps en el mundo y el actual presidente de EE UU, siendo un bocazas, mentiroso y un tanto fanfarrón, no se equivoca en todo lo que hace como creemos aquí; por ejemplo, no está haciendo nada ilegal ni escandaloso queriendo construir un muro en la frontera con Méjico y lleva razón en que los europeos somos unos gorrones en los temas de defensa.
«A veces, la ONU es una organización muy ineficaz»
–El papel de la ONU ha sido constantemente puesto en tela de juicio: sueldos estratosféricos, escándalos, falta de operatividad, decisiones que muchos no cumplen...
–En la ONU no hay sueldos estratosféricos ni mucho menos, escándalos los justos... Ahora bien, con cierta frecuencia, como usted apunta, la Organización es ineficaz. A veces, muy ineficaz. La causa principal no es que su maquinaria esté anquilosada, aunque tampoco sea ejemplar, sino que los países que la integran son egoístas y no quieren cumplir sus compromisos o meter en cintura a uno que viola la ley internacional. Un ejemplo evidente es el de Siria. Su presidente es en buena medida responsable, no sólo él, de una guerra que ha causado 430.000 muertos, varios millones de refugiados que huyen, etc. El régimen sirio, además, ha utilizado armas químicas pero no se puede hacer nada. ¿Por qué? Porque es amiguete de Putin y Rusia, y Rusia tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad.
–Usted tuvo mucho trato con el rey emérito, uno de los artífices de esa Constitución que ahora nos ha dado por denostar. ¿Por qué hay quien piensa que algo es bueno por ser joven y nuevo?
–Tuve bastante trato, en viajes, etcétera; no mucho. Hizo muy buena labor en momentos claves de nuestra democracia, muy buena. Le apasionaba España y le encantaba defenderla. Ciertamente hay una obsesión ahora con aparcar a la gente de edad. La experiencia tiene su valor y hay jóvenes que están bastante verdes. Los hay verdes en este gobierno, meten la pata en cosas garrafales no ya porque sean sectarios, aunque a veces lo son, sino porque son pipiolos con poca experiencia en la vida y en el trabajo, y de pronto se encuentran siendo ministros, secretarios de estado, etcétera, y meten la pata.
–Fernando Morán falleció hace escasas fechas. En su momento, fue objeto de chistes. ¿Se ha sido justo con él?
–Los chistes sobre Morán eran claramente injustos. Ni era tonto ni inculto, todo lo contrario. Y era honrado. Un poco ingenuo el rasgo, un poco juvenil, pero no era nada tonto.
«Hay que desenmascarar a los farsantes y a los que hacen circular trolas en los redes»
–Como lector impenitente de prensa, ¿cuáles son las claves para sobreponerse al 'periodismo ciudadano' y las 'fake news'?
–Difícil me lo pone. Los jóvenes, y ahí incluyo a los menores de 35 años, no compran un maldito periódico. Se nutren de las redes sociales y ahí hay muchas trolas. Hay que desenmascarar a los farsantes y a los que hacen circular trolas. ¿Pero cómo se hace eso si los referentes son Trump, Boris Johnson o Pedro Sánchez que mienten incesantemente casi sin darse cuenta? Si los modelos teóricos hacen trampa, los referentes, todo se complica.
–El fútbol es una de sus pasiones. ¿Ha seguido al Granada y sus logros?
–El Granada era mi segundo equipo porque yo vivía en Huéscar, mi padre era granadino, e IDEAL narraba detalladamente los partidos de Los Cármenes. He tenido el corazón dividido en la semifinal, porque el Bilbao en los años cuarenta era enormemente popular, más que el Madrid o el Barcelona, y fue el otro equipo de mi niñez. Ahora soy madridista, me convirtió de joven DiStéfano cuando el bilbaíno Zarra se apagaba.
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