«Es importante que la mirada femenina esté en el relato bélico y en los procesos de paz»

Le avalan 40 años de ejercicio profesional en los lugares más remotos, desde Estados Unidos a Asia-Pacífico pasando por Moscú y Buenos Aires, entre otros. Su intervención de casi dos horas con las intervenciones del público versó sobre la su dilatada experiencia periodística y temática de las mujeres en contextos de conflictos armados. Tal y como estaba previsto, la veterana periodista del pelo rojo y mechón plateado, –sugerencia, según trascendió del estilista catalán, Lluís Llongueras–, llegó antes al lugar donde el público que abarrotaba la sala le esperaba expectante. Tras la presentación a cargo de la vicepresidenta del Ateneo, Rosa María González de Patto y del director del Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR, José Ángel Ruiz, que anunciaron su propuesta para que la periodista «que despierta un halo de simpatía y confianza» le sea otorgado su cuarto doctorado por la UGR, Rosa María Calaf no defraudó y lanzó al aire su valioso testimonio. Ofreció numerosas afirmaciones que bien podrían convertirse en titulares: «No me considero corresponsal de guerra, aunque sí he estado en lugares donde ha estallado la guerra», «La información y la educación son los dos pilares de la construcción social» o «Las guerras no solucionan nada, para lo único que sirven es para masacrar a la humanidad». Además de contar algunas vivencias y anécdotas de su devenir periodístico manifestó que es importante «que la mirada femenina esté en el relato bélico y en los procesos de paz».